Con una sólida formación, a través de sus obras de una solidez única y de una avanzada en el pensamiento social, económico y político, Rosa Luxemburgo logra una elaboración conceptual única que se enriquecen y sostiene en su militancia con aportes únicos y de total actualidad en lo que hace la la defensa de los derechos y la dignidad humana y la protección de las minorías, con una crítica al modelo imperante. Pero, además, con el valor adicional de que lo hace desde su condición de mujer en un mundo dominado por los hombres.
La lucha por la igualdad de derechos y oportunidades para las mujeres es un valor que trasciende y que se replica para otras minorías y muchas realidades. La causa de las mujeres es la causa de los niños y niñas, de los vulnerables, de los cuidados, de los grupos más desprotegidos.
Es inagotable, pero podemos repasar mucha de la actualidad de algunas de las frases reconocidas de esta referente.
En su momento, con mucho énfasis, Rosa Luxemburgo defendía la necesidad de la democracia plena. Al respecto afirmaba que: “Sin elecciones generales, sin libertad de prensa, sin libertad de expresión y reunión, sin la lucha libre de opiniones, la vida en todas las instituciones públicas se extingue, se convierte en una caricatura de sí misma en la que sólo queda la burocracia como elemento activo”. Pero sumaba el concepto de libertad, hoy tan mal usado y tan menoscabado para justificar medidas que terminan generando mayores beneficios para los ya más privilegiados. Para Rosa la libertad sólo para algunos no es libertad.
La clase trabajadora es un valor fundamental en el proceso económico y en la creación de valor, pero a la vez en los procesos sociales y culturales que también son fundamentos de la comunidad. De esta forma, sigue siendo más que valida la idea de que “a pesar de que los obreros crean con sus manos el sustrato social de esta cultura, sólo tienen acceso a la misma en la medida en que dicho acceso sirve a la realización satisfactoria de sus funciones en el proceso económico y social de la sociedad capitalista”.
Un aspecto fundamental del hacer política y de gobernar es que “no debemos olvidar, empero, que no se hace la historia sin grandeza de espíritu, sin una elevada moral, sin gestos nobles”.
Un elemento de total actualidad, el cual viene siendo objeto permanente de ataque de la derecha, por miedo, por su importancia y por la capacidad única de movilización para la participación verdadera y la concreción real de la democracia: el fortalecimiento, permanencia y aplicación del movimiento social. Al respecto, Rosa Luxemburgo afirmaba que: “Quien desee el fortalecimiento de la democracia, debe también desear el fortalecimiento, y no el debilitamiento, del movimiento socialista. Quien renuncia a la lucha por el socialismo, renuncia también a la movilización obrera y a la democracia”.
Militar, hacer política, construir instituciones y política solo y para “un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres”.