A estas personas se les imputan los delitos de estafa, blanqueo de capitales y pertenencia a organización criminal.
La modalidad de la megaestafa
La estafa del «hijo en apuros» se hacía mediante lo que se conoce como ingeniería social, llevando a cabo una manipulación de las victimas que les permite a los delincuentes generar confianza con la persona manipulada y de esta forma conseguir el dinero.
El contacto, generalmente se realizaba a través de WhatsApp, pero previamente los estafadores estudiaban los perfiles de sus futuras víctimas para conocer más de cerca a la persona. Con el fin de engañar, se contactaban diciendo que eran el “hijo” y que tuvieron un problema con el celular, con el fin de justificar el número de celular distinto.
Luego de que lograban engañar y establecer “confianza” afirmaban que se encontraban atravesando un problema y que necesitaban dinero urgente, por estar impedidos de acceder a su cuenta bancaria. Las víctimas accedían a enviar el dinero que se ubicaba entre los 800 y 55.000 euros.