En los primeros días de junio comenzó a funcionar el programa de reestructuración voluntaria de deudas, que tenía como objetivo que más de 800 mil personas pudieran cancelar o pactar nuevas financiaciones para préstamos o créditos no cancelados.
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Fue impulsado por los integrantes de la industria financiera, con la articulación del Banco Central (BCU) y el Ministerio de Economía (MEF).
Los usuarios que ingresaron al plan con el compromiso de aceptar las condiciones previstas podrían salir de la categoría 5 del BCU (deudores irrecuperables) y recuperar su calidad crediticia.
Este viernes, al cierre del programa se efectuaron 272.000 cancelaciones y reestructuraciones de deudas
El programa
La cartera de morosos en el sistema financiero era de 865.119 personas. El plan fue dirigido a aquellos que tuvieran una deuda menor a $ 100.000 en cada una de las instituciones adheridas. Debían estar registradas en la Central de Riesgos Crediticios del BCU al 30 de abril de 2022 y haber permanecido en la misma situación hasta mayo de este año. El tope de deuda por persona fue de $ 200.000 y para acceder al plan el deudor debía tener un ingreso mensual menor a $ 100.000.
Además se incluyó una opción para deudores con un saldo de capital menor a $ 5.000 en cada institución. En este caso, las empresas y bancos aceptaron renunciar al cobro del préstamo impago sin que eso conllevara ningún trámite para el deudor. Con esta propuesta se estimó que se condonarían 110 mil clientes del sistema financiero con créditos pendientes menores a esa cifra.