Uruguay dio un paso significativo hacia la regulación de la pirotecnia con la aprobación de un proyecto de ley en la Cámara de Senadores. La normativa busca establecer límites sonoros para la importación y fabricación de productos pirotécnicos, con un enfoque especial en reducir el estruendo asociado con estos artefactos durante las festividades.
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El proyecto, que este miércoles pasa a la Cámara de Representantes para su revisión final, ha generado interés principalmente por su impacto en las festividades actuales. La ley entrará en vigencia 90 días después de su aprobación, pero con una particularidad clave: no afectará las celebraciones inminentes.
La legislación prohíbe la importación y fabricación de pirotecnia que exceda los 110 decibeles, marcando un cambio significativo en la percepción del estruendo durante eventos festivos. Sin embargo, el proyecto contempla un período de transición de dos años, durante el cual se permitirá la comercialización del stock existente en el país.
Durante este periodo de gracia, el límite sonoro permitido disminuirá gradualmente hasta llegar a los 105 decibeles. Esta estrategia tiene como objetivo suavizar el impacto de la nueva regulación, permitiendo a los ciudadanos disfrutar de las festividades con los productos pirotécnicos ya en circulación.
La diputada Silvana Pérez Bonavita, una de las impulsoras del proyecto, destacó que la normativa busca acompañar un cambio cultural en las preferencias de la población. Según Pérez Bonavita, aproximadamente el 15% de las ventas corresponden a productos de alto estruendo, y la ley apunta a fomentar una transición hacia fuegos con un mayor espectáculo lumínico.
En términos de fiscalización, se establece que el servicio de material y armamentos del ejército medirá "producto por producto" para garantizar el cumplimiento de los nuevos límites sonoros. Bomberos y los gobiernos departamentales estarán encargados de supervisar el uso adecuado de la pirotecnia en el país.
Aunque inicialmente se planteó un límite sonoro de 90 decibeles en el proyecto original, este se ajustó a 110 en la versión aprobada en Senadores, con una reducción gradual a 105 decibeles durante el periodo de transición. La diputada Pérez Bonavita reconoció que no es el límite esperado, pero enfatizó la importancia de dar un paso en la dirección correcta.
Esta nueva ley de pirotecnia en Uruguay busca equilibrar la tradición festiva con la necesidad de reducir el impacto sonoro y ambiental asociado con los fuegos artificiales. La transición gradual y el enfoque en el stock existente buscan garantizar que la regulación no afecte negativamente las celebraciones actuales mientras se avanza hacia una práctica pirotécnica más sostenible.