El lunes pasado, ante la noticia de la muerte del sumo pontífice, el prelado del Opus Dei, monseñor Fernando Ocáriz, anunció en un comunicado que el X Congreso General ordinario de la institución, previsto para estas semanas en Roma, quedó "reducido al mínimo imprescindible: la renovación de los cargos del Consejo general y la Asesoría central, que están previstos que se nombren o renueven cada ocho años”, explicó Ocáriz.
Reforma de los estatutos postergada hasta el nuevo papado
El resto de los temas que estaban en agenda, mencionados en un mensaje anterior del 8 de abril, serán pospuestos, aseveró el prelado.
“Las otras cuestiones que se iban a tratar en el Congreso (…) se estudiarán más adelante, pues ahora es momento de luto, oración y unidad con toda la Iglesia”, afirmó Ocáriz.
Las "otras cuestiones" no eran temas nada menores para el Opus Dei, puesto que hacían referencia a la reforma de los estatutos que debía presentar ante la Santa Sede y las líneas pastorales que se iban a proponer para los próximos ocho años, luego de que el papa Francisco limitara la autonomía de La Obra y ciertas potestades otorgadas a la institución durante el papado de Juan Pablo II.
La periodista y escritora argentina, Paula Bistagnino, autora "Te serviré" (libro que devela la oscura historia detrás de la multimillonaria herencia de una uruguaya benefectora del Opus Dei) explicó a RTS Noticias que el papa Francisco “les puso un ojo y les dijo que la Iglesia iba a empezar a controlar: dejó de nombrar obispos a los prelados del Opus Dei, los trasladó del dicasterio de los obispos al del clero y exigió cambios en las normas internas".
Las propuestas rechazadas por el papa Francisco
“El Opus Dei nunca va a cambiar salvo que lo obliguen a hacerlo”, le dijo a la periodista un miembro de la institución fundada en España.
Bistagnino recordó que el argentino rechazó dos veces las propuestas presentadas por la institución, por creeralas insuficientes.
El Opus Dei respondió con dos propuestas que no fueron aceptadas. “Entregaron los estatutos cambiados y el Papa dijo: esto no es un cambio”, indicó.
Para este miércoles, estaba previsto que el X Congreso definiera una nueva propuesta, pero la organización, caracterizada por el pragmatismo y el secretismo, decidió posponer dicha instancia para más adelante. Tal vez con un papa más conservador y cercano a la Obra de Dios.