A causa del aumento del índice de salinidad en el agua de OSE, la Sociedad Uruguaya de Pediatría (SUP) emitió esta jornada un comunicado advirtiendo por el impacto del consumo de la misma en menores.
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En este sentido, desde la SUP señalan que en los primeros seis meses de la vida de un niño, estos tienen una limitación en la eliminación renal del sodio y que el consumo elevado del mismo durante la infancia tiene una correlación con un aumento en la prevalencia de presión arterial, nefropatías y otras enfermedades crónicas no transmisibles hasta la edad adulta.
Ante esta situación, los pediatras aconsejan que los niños menores de un año que no reciben pecho materno deben recibir, como primera opción, fórmulas para lactantes preparadas con agua que esté embotellada y en aquellos casos que los niños no tengan este alimento disponible y reciban leche de vaca, ésta debe diluirse con agua embotellada.
“En aquellos niños en los que este alimento no esté disponible y reciban leche de vaca, la misma debe ajustarse a las diluciones recomendadas, realizadas con agua embotellada. La alimentación complementaria, entre los 6 y 24 meses, no debe tener sal agregada”, señala el comunicado.
Por último, recomendaron no agregar sal a las comidas y evitar el consumo de alimentos ultraprocesados, e hicieron énfasis en que el agua filtrada tiene la misma cantidad de sal que la de la canilla.
“Es responsabilidad de los representantes sanitarios, los equipos de salud y las sociedades científicas que esta información sobre un tema tan sensible, que puede determinar consecuencias graves a corto, mediano y largo plazo, llegue a la población”, concluye el comunicado.
Comunicado completo: