Sufrió un calvario, denunció acoso laboral y sexual y terminó sancionada

Un proceso de revictimización

La trabajadora, al presentar su denuncia, buscaba justicia ante un contexto de abuso en el que se encontraba inmersa. Según las declaraciones de Carolina Silva, integrante del Suinau, el proceso judicial inicial resultó en una primera instancia donde la comisión encargada de investigar acoso sexual consideró que había pruebas suficientes para determinar que efectivamente se había configurado la situación de acoso. Pero, sorprendentemente, en lugar de sancionar al agresor, el procedimiento terminó derivando en un sumario administrativo contra la denunciante. Esto culminó con una sanción "gravísima", la más severa antes de la destitución completa, seis meses de suspensión de su cargo y retención de su salario.

Carolina Silva, en una entrevista realizada en el programa "Pasaron Cosas", destacó la gravedad de la situación y señaló que este tipo de sanción envía un mensaje devastador al resto de los trabajadores. “No es solo que la institución no te cree, que eso es terrible para una víctima de violencia. Es que, además, la sancionan gravemente. Seis meses fuera del cargo, sin salario. Esto pasa ahora a la justicia, y confiamos en que se revertirá, porque además de lo ideológico del directorio, no sabemos qué otra fuerza operó para que todo se diera vuelta de forma tan sorprendente”, afirmó Silva.

Silva también explicó que este caso no es aislado. "Llevan años en esto", aseguró, refiriéndose a la larga batalla que han tenido que librar estas compañeras para ser escuchadas. Tras agotar todos los recursos de apelación dentro de la institución, se encontraron con la determinación del directorio de mantener la sanción, algo que consideran una clara señal para que el resto de las trabajadoras se mantengan en silencio. "Todo el mundo a cerrar la boca", lamentó Silva.

Una movilización histórica

Frente a esta injusticia, el Suinau decidió tomar acciones y las trabajadoras organizaron el primer paro sectorial por género en la historia del sindicato, más allá de los tradicionales paros realizados cada 8 de marzo. La movilización fue un éxito y logró una importante visibilidad para el reclamo. Durante el paro, las trabajadoras ingresaron a la sede del INAU y el directorio se comprometió a revisar tanto la sanción impuesta a la trabajadora denunciante como la situación de la directora del Proyecto Travesía, quien también fue objeto de un sumario.

El caso sigue en desarrollo y las trabajadoras del Suinau se mantienen en pie de lucha, decididas a no permitir que la impunidad prevalezca dentro de una institución que, irónicamente, tiene como misión proteger a las personas más vulnerables de la sociedad.