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Sociedad línea 121 |

informe forense

Un caso de somnolencia fatal: las conclusiones tras el accidente en la línea 121

Tres versiones del chofer del ómnibus 121 tras el trágico accidente en Montevideo revelaron episodios de amnesia y fatiga extrema.

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El trágico accidente ocurrido el pasado 26 de octubre en Montevideo, protagonizado por un ómnibus de la línea 121, sigue generando repercusiones. Ese día, el vehículo cruzó varias cuadras a contramano por avenida Brasil, atravesó la rambla y terminó estrellándose en la orilla del río. En el incidente viajaban una quincena de pasajeros, varios resultaron heridos de gravedad, y una mujer falleció días después a causa de una infección hospitalaria contraída tras su internación.

Desde entonces, las autoridades han buscado esclarecer qué ocurrió en esos minutos críticos. El conductor del ómnibus, identificado como Antonio, fue señalado como figura clave en la investigación. Inicialmente se especuló que podría haber sufrido un accidente cerebrovascular (ACV) o incluso haber actuado de manera intencional. Sin embargo, un informe psiquiátrico reciente del Departamento Médico Criminológico del Instituto Técnico Forense (ITF) parece ofrecer una explicación más sencilla: el chofer se quedó dormido.

Los hallazgos del informe forense

Según publicó El País, el informe, elaborado por los peritos Gabriel Barreiro y Álvaro Trindade, concluye que Antonio experimentó un episodio de somnolencia extrema. Al cambiar de senda en el tramo final del recorrido, el conductor “se duerme, no logrando un estado de plena vigilia al despertar”. Aunque en un momento pareció recuperar el control del ómnibus, su capacidad de discernimiento y respuesta permaneció comprometida.

El análisis de las cámaras del ómnibus muestra que Antonio presentaba signos evidentes de fatiga durante una hora antes del accidente. A las 6:50, fue registrado frotándose el rostro y los ojos, e incluso durmiéndose por instantes. Más adelante, a las 7:15 y 7:25, sus brazos se desplomaron sucesivamente mientras conducía. Según el informe, veinte segundos antes del impacto contra el muro de la rambla, algunos pasajeros intentaron advertirle de la situación, pero el conductor reaccionó de forma pasiva, sin lograr recuperar la conciencia plena.

Declaraciones inconsistentes y pericias descartadas

Antonio, quien sufrió lesiones graves y estuvo varios días en CTI, ofreció diferentes versiones de lo sucedido. Inicialmente dijo a los médicos que había perdido los frenos. Luego, afirmó no recordar nada desde las 6:10 horas, cuando realizaba un recorrido anterior, hasta despertar en el sanatorio. En una tercera declaración, sostuvo que no tenía memoria de los minutos previos al siniestro ni del accidente mismo.

Las pericias también descartaron la influencia de alcohol, drogas o medicamentos en el comportamiento del conductor. Aunque Antonio toma medicación para tratar diversas enfermedades y había consultado a un neurólogo años atrás por temblores en las manos, los peritos concluyeron que nada de esto tuvo incidencia en el accidente.

El informe forense señala que el conductor no sufría ninguna patología mental que afectara su juicio crítico. El episodio fue atribuido a un simple pero devastador error humano: quedarse dormido. En su despertar parcial, Antonio no logró procesar adecuadamente los estímulos externos ni actuar de manera consciente.

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