La denominada enfermedad celíaca, conocida también como celiaquía, es una intolerancia permanente al gluten que produce, en individuos predispuestos genéticamente, una lesión grave en la mucosa del intestino delgado, provocando una atrofia de las vellosidades intestinales, lo que determina una inadecuada absorción de los nutrientes de los alimentos (proteínas, grasas, hidratos de carbono, sales minerales y vitaminas).
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El gluten es una proteína presente en algunos cereales como trigo, cebada, centeno, triticale (híbrido de trigo y centeno) y, posiblemente, avena.
Las primeras descripciones sobre celíacos que se conocen datan de hace unos 2.000 años y fueron realizadas durante los siglos I y II d.C. por el médico griego Areteo de Capadocia. La describió como “ una enfermedad celíaca de naturaleza crónica”. Su nombre proviene de la palabra griega koiliakos (trastorno del intestino).
Posteriormente, durante la década de 1940, el pediatra neerlandés Willem Karel Dicke observó que la escasez de trigo motivada por la Segunda Guerra Mundial disminuyó casi a cero las muertes de los niños celíacos y que una vez que el trigo estuvo de nuevo disponible, la tasa de mortalidad subió a los niveles previos.
En 1950 demostró que si se excluía el trigo, la avena y el centeno, la celiaquía mejoraba drásticamente. Dos años más tarde, Anderson demostró que el gluten era el factor perjudicial.
Fue recién en 2010 que la comunidad científica reconoció oficialmente la sensibilidad al gluten no celíaca, en la que todas las pruebas para enfermedad celíaca son normales, pero hay una mejoría con la dieta sin gluten, aproximadamente 30 años después de que fueran descritos los primeros casos.
Según indica la Asociación Celíaca del Uruguay (Acelu), la sintomatología de esta enfermedad es amplia y variada: diarrea crónica, pérdida de peso, distensión abdominal, vómitos, dolor abdominal recurrente, cambios de carácter, falta de apetito, anemia y retraso del crecimiento en niños. Sin embargo, los síntomas pueden estar ausentes, lo que dificulta él diagnóstico.
El diagnóstico se realiza mediante biopsia intestinal. Nunca se debe suprimir el gluten de la dieta de una persona sin haber realizado previamente una biopsia intestinal que lo justifique.
El único tratamiento existente a día de hoy consiste en el seguimiento de una dieta estricta sin gluten de por vida que conlleva la recuperación y normalización tanto clínica como funcional, así como la reparación de la lesión de las vellosidades intestinales.
Por su parte, el Ministerio de Salud Pública (MSP) en su página web advierte que se trata de una enfermedad subdiagnosticada a nivel mundial, por lo tanto, el diagnóstico precoz y la consecuente adhesión a su único tratamiento efectivo: la dieta libre de gluten, evitan altos costos sociales y económicos en el sistema de salud, mejoran la calidad de vida de las personas celíacas y disminuyen las complicaciones a largo plazo.
La dieta libre de gluten (DLG), precisa el MSP, deberá cumplirse de forma rigurosa y permanente -una vez confirmado el diagnóstico - durante toda la vida.
La DLG, consiste en la exclusión de prolaminas tóxicas presentes en los cereales: trigo, avena, centeno y cebada, reconocidos bajo la sigla “TACC”, cualquiera de sus variedades e híbridos; los productos de sus moliendas, sus derivados y todo producto que los contenga. También requiere aprender a reconocer aquellos alimentos procesados que pueden tener ingredientes o aditivos con gluten, o haberse contaminado en el proceso de industrialización.
No comer gluten
Por su parte, en un informe al respecto la famosa Clínica Mayo advierte que si alguien padece de enfermedad celíaca, comer gluten desencadena una respuesta inmunitaria en tu intestino delgado. Con el tiempo, esta reacción daña el revestimiento del intestino delgado e impide que éste absorba algunos nutrientes (malabsorción). El daño intestinal a menudo causa diarrea, fatiga, pérdida de peso, hinchazón y anemia, y puede provocar complicaciones graves.
En los niños, la mala absorción puede afectar el crecimiento y el desarrollo, además de causar los síntomas que se observan en los adultos.
No existe cura para la enfermedad celíaca, pero para la mayoría de las personas, seguir una dieta estricta sin gluten puede ayudar a controlar los síntomas y promover la curación intestinal.
Síntomas
Los signos y síntomas de la enfermedad celíaca pueden variar ampliamente y difieren entre niños y adultos. Los signos y síntomas digestivos para los adultos incluyen los siguientes:
- -Diarrea
- -Fatiga
- -Pérdida de peso
- -Hinchazón y gases
- -Dolor abdominal
- -Náuseas y vómitos
- -Estreñimiento
- Sin embargo, más de la mitad de los adultos con enfermedad celíaca tienen signos y síntomas no relacionados con el sistema digestivo, que incluyen los siguientes:
- -Anemia, generalmente por deficiencia de hierro.
- -Pérdida de densidad ósea (osteoporosis) o reblandecimiento óseo (osteomalacia).
- -Erupción cutánea con picazón y ampollas (dermatitis herpetiforme).
- -Úlceras en la boca.
- -Dolores de cabeza y fatiga.
- Lesión del sistema nervioso, incluidos. entumecimiento y hormigueo en los pies y las manos, posibles problemas con el equilibrio y deterioro cognitivo.
- -Dolor articular.
- -Disminución del funcionamiento del bazo (hipoesplenismo).
Niños
Los niños con enfermedad celíaca son más propensos que los adultos a tener problemas digestivos, incluidos los siguientes:
- Náuseas y vómitos
- Diarrea crónica
- Abdomen hinchado
- Estreñimiento
- Gases
- Heces pálidas y con mal olor
- La incapacidad de absorber los nutrientes puede causar lo siguiente:
- Retraso en el desarrollo de los bebés
- Daño al esmalte dental
- Pérdida de peso
- Anemia
- Irritabilidad
- Baja estatura
- Pubertad tardía.
- Síntomas neurológicos, incluido el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), problemas de aprendizaje, dolores de cabeza, falta de coordinación muscular y convulsiones.
Enfermedades asociadas
La intolerancia al gluten puede causar esta enfermedad de la piel que produce picazón y ampollas. El sarpullido generalmente ocurre en los codos, las rodillas, el torso, el cuero cabelludo y las nalgas. Esta afección a menudo se asocia con cambios en el revestimiento del intestino delgado idénticos a los de la celiaquía, pero la afección cutánea podría no causar síntomas digestivos.
Los médicos tratan la dermatitis herpetiforme con una dieta sin gluten o medicamentos, o ambos, para controlar el sarpullido.
Se recomienda consultar al médico si hay diarrea o malestar digestivo que dure más de dos semanas. Consultar con el pediatra en caso de padres cuyo hijo está pálido, irritable o no crece, o tiene una barriga y heces con mal olor y voluminosas.
Advierte la necesidad de consultar al médico antes de probar una dieta sin gluten. Suspender o incluso reducir la cantidad de gluten antes de hacer la prueba para la enfermedad celíaca puede cambiar los resultados de la prueba.
Asimismo, recuerda que la enfermedad celíaca tiende a ser hereditaria. Si algún familiar tiene la afección, preguntar al médico si se debe hacer la prueba.