El anuncio inminente de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) sobre el regreso del fenómeno de La Niña pone a Uruguay frente a un panorama climático que podría tener implicancias significativas para los próximos meses.
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Este patrón climático, caracterizado por el enfriamiento de las aguas del Pacífico ecuatorial y su interacción con la atmósfera, puede alterar los patrones de lluvia y temperatura en diversas regiones, incluyendo Sudamérica.
Históricamente, La Niña ha estado asociada con sequías en la región, impactando sectores claves como la agricultura y el suministro de agua potable.
En particular, los cultivos de verano podrían estar en riesgo si las lluvias escasean durante los meses críticos de desarrollo.
Qué dice el informe de Metsul
Aunque el informe de Metsul Meteorología enfatiza los efectos inmediatos en Brasil, el retorno de La Niña podría traer un déficit de precipitaciones en Uruguay, agravando un posible estrés hídrico ya experimentado en eventos previos de este fenómeno.
Según las proyecciones de modelos climáticos citadas por Metsul, este episodio de La Niña se prevé corto, con una duración estimada de tres a cinco meses. A pesar de su menor intensidad en comparación con eventos anteriores, no debe subestimarse su capacidad para causar variaciones significativas en el clima regional. Las lluvias por debajo de la media, combinadas con posibles olas de calor, podrían impactar tanto en la producción como en el consumo energético.
Ante este escenario, es crucial que los productores y autoridades en Uruguay refuercen el monitoreo climático y desarrollen planes de contingencia para mitigar los posibles efectos adversos de La Niña. El manejo eficiente del agua y estrategias de adaptación en el sector agrícola serán esenciales para minimizar los impactos socioeconómicos.