Desde el comienzo de la pandemia y por efecto de sus consecuencias sobre la economía, además de las políticas desarrolladas por el gobierno de coalición, decenas de miles de personas en todo el país se alimentan diariamente en ollas populares. Sostenidas por organizaciones barriales, sindicatos, municipios y gobiernos departamentales, cubren las necesidades de alimentación de una gran parte de la población. Tan solo en el Municipio de Salinas, uno de los más extensos de la costa de Canelones, más de 30 ollas y merenderos dan alimento a más de mil personas por día.
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En este municipio, que va desde el arroyo Pando hasta Atlántida y agrupa a las localidades de Salinas, Marindia, Fortín de Santa Rosa, Pinamar, Neptunia, La Montañesa y Villa Juana, el municipio brinda respaldo e insumos a 16 ollas y 15 merenderos además de entregar canastas a decenas de personas, al tiempo que una coordinadora agrupa a 12 ollas que dan de comer a niños y adultos.
“El 90% de las ollas y los merenderos, por lo menos del Municipio de Salinas, está siendo bancadao por la intendencia y el municipio con recursos propios”, sostuvo el alcalde Oscar Montero.
Como forma de dar a conocer la situación ante la opinión pública, el pasado sábado 1º de mayo un grupo de ollas y merenderos de la zona realizó una movida en la ruta Interbalnearia y avenida de los Pinos, Pinamar. Allí Soledad Rodríguez, referente de ese grupo, explicó a Caras y Caretas que “entre todas las ollas comen unas mil personas” y que a su juicio “faltan respuestas por parte del gobierno nacional a este estallido social que fue lo que trajo la pandemia y que no está a la altura de las necesidades”.
Señaló que 12 ollas y merenderos conforman la Coordinadora de Ollas del Municipio de Salinas. “Entendimos que era necesario organizarnos para tener más fuerza, más coordinación”, sostuvo. Y agregó que el año pasado “se dio un proceso sumamente rico desde el comité de Emergencia del Municipio de Salinas, donde se trabajaba en forma coordinada, no solamente atendiendo las necesidades de alimentación, sino también otras que comenzaron a aflorar también como consecuencia de la pandemia”.
Rodríguez destacó que este año “el comité de emergencia no está funcionando, las ollas lo está precisado porque sabemos que este trabajo comunitario, además de precisar plata requiere de insumos y también necesita hasta el apoyo en lo emocional”.
Cuestionó el planteo de la “libertad responsable” señalando que “es lindo en el discurso, pero no todos los pueden hacer. Entonces, esa gente que no lo puede hacer es la que come en las ollas populares. En ese sentido nos organizamos para defender lo que entendemos es el derecho a la alimentación. Que se deje de romantizar un poco eso de la solidaridad, estamos muy orgullosos de que la comunidad sea solidaria, pero no alcanza”.
Municipio apoya
No obstante, el Municipio de Salinas viene desplegando una ardua tarea de respaldo a las ollas y merenderos de esa amplia zona. Así lo señaló a Caras y Caretas el alcalde Oscar Montero, quien indicó que en la zona se encuentran 16 ollas y 15 merenderos
“El 90% de las ollas y los merenderos, por lo menos del Municipio de Salinas, lo están bancando la intendencia y el municipio con recursos propios”, sostuvo Montero. “A nadie le faltan comestibles”, sentenció.
Precisó que el gobierno local ayuda a todos los que lo requieren, incluso con canastas proporcionadas por el Instituto Nacional de Alimentación (INDA). “No le preguntamos a nadie para qué viene a buscar una canasta. Se le da la ayuda y solo se le pregunta cuál es su problemática, porque hay miles de problemas distintos y cada caso se deriva a los asistentes sociales”, agregó.
Indicó que el municipio cubre una amplia gama de apoyo a las ollas de la zona y a quienes concurren a ellas, así como a los merenderos. “Aportamos todo lo que se necesita para cocinar, desde fideos y lentejas hasta aceite y salsa de tomate, pasando por azúcar, cocoa, leche en polvo, todo lo necesario. Hasta garrafas estamos aportando”, explicó.
Montero fue claro al señalar, ante algunas críticas, que “la emergencia ahora es darle de comer a la gente”. Y agregó que a la zona “viene gente en busca de trabajo”, lo que hace más compleja la situación generada por la pandemia y las políticas económicas del gobierno.
Explicó que los municipios viven un momento complejo debido a los cambios generados por las nuevas normas de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP). “Durante los primeros seis meses los municipios tenemos un trabajo grande porque ahora la OPP cambió las reglas de juego, por lo que estamos atareados con los planes, el plan quinquenal. Recién estamos saliendo de todo eso”, agregó.
Sobre la ayuda para el futuro destacó que “en el municipio votamos medio millón de pesos para lo que resta del año para seguir comprando comestibles” para las ollas y merenderos.
Además, se están entregando entre 60 y 70 canastas en forma individual.
Recordó Montero que esta “no es la función del municipio, pero en la medida que el gobierno no da lo que debería, como puede ser una renta básica para que la gente se quede en su casa, lamentablemente la situación lleva a que tengamos que hacernos cargo de eso”.
Por su parte, para la coordinadora, “las ollas populares están aguantando una explosión, por qué si no están, hay que preguntarse esa gente a dónde va a comer, cómo se la va a rebuscar. Estamos aguantando el estallido social”.
“Acá estamos reclamando la renta básica, que sea igualada a un salario mínimo y que se den respuestas”, señaló Rodríguez por su parte. Destacó su disgusto con que “se naturalizó que la gente sea solidaria y ponga ollas populares en su casa, pero no alcanza con eso. Y no debería pasar. En realidad la lectura que hacemos los trabajadores es que cada persona pueda vivir en su casa. Las ollas populares lo que están haciendo es dar el plato fuerte de comida que para muchos es el único plato en todo el día”.
Para Rodríguez y sus colegas de la coordinadora, “lo peor está por venir. Lo peor no fue el invierno pasado, lo peor será el invierno que viene cuando ya la pandemia hizo estragos”.