Eduardo Larralde es uno de los representantes por los trabajadores activos en Caja Bancaria y aspira a un nuevo mandato en una elección que se celebrará esta semana.
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Desde esta posición analizó el informe en mayoría de la Comisión de Expertos en Seguridad Social (firmado por los miembros nombrados por el Poder Ejecutivo y por los partidos integrantes de la coalición de gobierno) con recomendaciones. “Esto no es un diálogo social”, señaló Larralde. “Esto son expertos que establecieron una propuesta que ya estaba delineada en el libro que escribió su principal referente, el Dr. Saldain. En vez de ser una discusión sobre la seguridad social, se centra pura y exclusivamente en un ajuste muy violento de las prestaciones”.
A consideración de Larralde, la reforma que plantea la coalición de gobierno elude los dos grandes desafíos que presentan los sistemas de seguridad social: el demográfico (la gente vive más tiempo y por lo tanto el continente de personas mayores de 65 años es cada vez mayor) y el relativo a cómo mejorar los recursos (los cambios tecnológicos hacen que vayan desapareciendo cada vez más puestos de trabajo). “De estos dos temas la propuesta de reforma no los menciona, es más, los empeora”, advierte Larralde, quien enfatiza en que se busca únicamente “recortar prestaciones y derechos”. “Se busca fortalecer el mecanismo de ahorro individual. En Uruguay se hizo una reforma en la década de los 90, cuyo principal referente fue precisamente el Dr. Saldain. La jubilación que deriva de la reforma de las AFAP es de 7.000 pesos en promedio. Ese es el sistema que se pretende profundizar”, señaló en diálogo con Radio Camacuá.
Las propuestas y las cuentas
El consejero de Caja Bancaria señaló que desde la mayoría de la comisión de expertos ya se tenía claro qué reformas proponer (priorizar el ahorro individual, aumentar la edad de jubilación, entre otras) y luego se sacaron las cuentas.
“En realidad es al revés, generalmente uno primero hace las cuentas y luego hace las propuestas”, dijo Larralde. Frente a un problema, uno tiene una hipótesis orientadora. A partir de ahí se arranca a investigar. Ahora, cuando ve que los datos no confirman mi hipótesis, sino que más bien lo contrario, lo que indica el método científico y el sentido común, es que debo reformular mi hipótesis inicial”, apuntó.
Esta forma actuar de la Comisión de Expertos, hizo que aunque desde la Caja Bancaria se haya demostrado sobradamente la sostenibilidad y viabilidad del instituto, se insiste en proponer una reforma que puede traer desequilibro al sistema.
“La Caja Bancaria, a partir de su exitosa reforma de 2008, se trazó una trayectoria en tres etapas. Una etapa de acumulación que terminó en 2018; una etapa de déficit operativo que se cubre con las reservas acumuladas en la etapa anterior; y una etapa de nueva acumulación de reservas a partir de los primeros años de la década del 30. En caso de haber una reforma, esa secuencia se interrumpiría, por lo tanto ninguno de los compromisos que están hechos (pago de prestaciones futuras o pago de bonos a las empresas) podrían efectivizarse. En vez de ser una reforma para dar sostenibilidad al sistema, en realidad es una reforma para generar un enorme agujero en el bolsillo de las arcas del Estado y de quienes somos los afiliados a Caja Bancaria”, advirtió Larralde.
Para afrontar esta coyuntura, AEBU viene trabajando en varios niveles. De manera muy estrecha con el Equipo de Representación de los Trabajadores del Pit-Cnt en primer lugar. También se lo hace en un ámbito más reservado con la Asociación de Bancos Privados, para estudiar esta etapa de Caja Bancaria. Paralelamente se continúan realizando jornadas de intercambio y debate con militantes en todo el país.