En noviembre de 2016, hace ya dos años, veía la luz una nueva propuesta electoral, un nuevo partido denominado Partido de la Gente. Nacido de los estertores del Partido de la Concertación, apareció sostenido sobre sólidas bases publicitarias y una fuerte tendencia al personalismo.
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El Partido de la Concertación se creó específicamente para vencer al Frente Amplio en las elecciones departamentales de 2015 en Montevideo, presentando tres candidatos: Álvaro Garcé (Partido Nacional), Ricardo Rachetti (Partido Colorado) y Edgardo Novick como independiente. Si bien el resultado se mantuvo del lado de la coalición de izquierda, la candidatura de Novick salió fortalecida de esa contienda. Un empresario, esencialmente un outsider de la política que consiguió más votos que los otros dos candidatos sumados. En aquella elección Novick cosechó más de 200.000 votos y eso seguramente significó el acicate suficiente para lanzarse por el gobierno nacional y, sobre todo, a la creación de un nuevo partido. El lema Partido de la Concertación no le pertenecía, por tanto, creó el suyo propio y lo presentó en la Corte Electoral en noviembre de 2016 y lo bautizó con el paradigmático nombre Partido de la Gente (PG).
El PG comenzó a rodar sostenido únicamente en su líder y los intentos de este por diferenciarse del resto de la oposición (siendo extremadamente pragmático y planteando la necesidad de unirse), sus ataques sistemáticos a Mujica (que él mismo convirtió en su némesis) y dos temas de agenda: la corrupción y la seguridad. Es claro que el PG es Novick.
A lo largo de estos dos años, Novick ha cosechado apoyos varios, que se suman a los ediles que ya poseía por las elecciones departamentales. Guillermo Facello (diputado colorado), uno de los primeros, Daniel Bianchi (senador colorado), Daniel Peña (diputado blanco), ediles en Rocha, en Florida y hasta en Salto, pertenecientes al Frente Amplio.
Javier de Haedo fue otro de los que se sumó al PG y generó mayor revuelo; actualmente es quien dirige las comisiones que están diseñando un programa. Robert Parrado y el exfiscal Zubía también se sumaron, aportando claramente desde la experiencia sobre los temas de seguridad pública.
Pero más allá de apoyos, campañas publicitarias, la llegada de Rudolph Giuliani, el marketing o las metáforas futboleras (“Novick, un cambio de frente”), la pregunta que debemos hacernos en un país como Uruguay, con la historia política que posee, con la historia de partidos fuertes, en una contienda política que se canaliza siempre a través de estos, es: ¿qué ideología, qué bases ideológicas alimentan el discurso del PG?
Ideología del PG
Revisando las bases programáticas fundacionales, bautizadas como “Declaración de principios”, que se encuentran en la página web de Novick y algunos discursos del líder, se pueden apreciar algunas pistas.
En estos tiempos de política 3.0, desechable, de candidatos y candidatas entregados al discurso liso y llano, ramplón, ese discurso que rinde aplausos fácilmente, es bueno analizar justamente qué se esconde detrás de esos discursos. Siempre es una especie de falsación.
No se observan mayormente otras ideas fuerza en la agenda del partido más allá de algunas declaraciones del líder en algunos medios. Pero se sostiene en la “Declaración de principios” que “el Partido de la Gente considera a Uruguay y a toda su gente como una comunidad espiritual unida por la búsqueda de un destino común”. Por cierto, mesiánico y cargado de ideas, sobre todo, la idea de que somos una comunidad espiritual. Pero más adelante agrega que en el PG comparten una visión “libre de ataduras a ideologías extremas”. Y la pregunta es ante todo: ¿qué son ideologías extremas? ¿En qué estaba pensando el redactor de esos principios? Quizás esa respuesta nos responda otras.
Los principios sostenidos mencionan una palabra que es casi mágica en estos tiempos: “gestión”, que termina por licuar la política y convertirla en un cascarón vacío. Sólo es un tema de gestión y las ideologías parecería que quedan en el diván. La “Declaración de principios” maneja de forma extremadamente tangencial algunos temas de la agenda de todos los partidos políticos. Es extremadamente esclarecedor y ridículo el divorcio entre principios y acción en el papel de la mujer en el PG: “Asimismo, se bregará por la equidad de oportunidades sin discriminación de naturaleza alguna, reivindicando el rol de la mujer en todos los ámbitos de la sociedad”. No hemos visto una sola mujer en la plana mayor del partido.
Propugna una especie de balance entre Estado y Mercado, claramente desmarcándose del neoliberalismo de los años 90, que en Uruguay no logró mayores apoyos. Pero igualmente queda tiempo para preguntarse quien será el que arbitre ese partido, pues está colocando en igualdad de condiciones a una organización política (la mayor que nos damos los seres humanos) sostenida en leyes y un lugar ficticio gobernado por la oferta y la demanda. Leyendo entre líneas, podemos encontrar justamente algunas líneas ideológicas.
Novick ha sostenido en varias oportunidades y estrados que izquierda y derecha como concepciones ideológicas están perimidas. De hecho, ha llevado adelante un casting para intendente, una verdadera falacia, en tanto va a medir a las personas por sus estudios y su carrera, dejando de lado la integralidad del ser humano. Para el candidato del PG, lo que divide simplemente a los partidos es cómo hacen las cosas, si las hacen bien o las hacen mal. El problema en esa concepción es que hacer bien o mal las cosas es en sí mismo un juicio de valor basado en un “deber ser”. Ese “deber ser” está justamente sostenido en bases ideológicas, está prácticamente impregnada en ellas. Las concepciones de izquierda y derecha surgen en la Revolución francesa a fines del siglo XVIII y claramente han ido mutando e identificando diferentes posturas, pero son concepciones de base en la política occidental.
El 7 de noviembre de 2016, cuando el PG se presentó en la Corte Electoral, Novick declaró “Las ideologías extremas han dividido a los uruguayos y divididos no avanzamos”. ¿Cuáles son esas ideologías extremas?
Otra de las bases del PG son las declaraciones del líder chocando directamente con el gobierno, pero también con la oposición, en muchos casos representada por el expresidente Julio María Sanguinetti. Novick percibe que debe ser él quien encarne la unión de los partidos fundacionales.
Claramente apunta y dispara con cristalinas intenciones. El pasado 17 de marzo en Atlántida, lanzando la campaña, disparó contra el gobierno en estos términos: “Este gobierno hace mal las cosas; nunca laburaron”. Una de las predicas más sostenidas por Novick es su condición de self-made man criollo, y sistemáticamente se jacta de haber trabajado y que el resto del escenario político no lo ha hecho. Seguramente ese palo también va para filas blancas y coloradas, pero es aplicado sobre todo a Mujica. Es algo así como si Novick tuviera el monopolio del trabajo, aunque tampoco se sostiene con sus representantes; sus ataques al Pit-Cnt han sido furibundos, tildándolos de “sindigarcas”. Más allá de estos ataques, en su “Declaración de principios” aparece la libertad de trabajo y los derechos de los trabajadores. Veremos cuál concepción es más fuerte.
De esta forma, el discurso del PG licúa la política, es como “la política de la no política”. Pero si rascamos un poco y quitamos la pátina populista, podemos encontrar claramente los preceptos ideológicos. Novick ha sostenido sin cortapisas que “Achicar el Estado nos permitirá que haya menos impuestos y bajar tarifas, además de atraer inversores”; no es extraño que se lo haya declarado al diario El País. Justamente el candidato que habla de que no hay izquierda ni derecha en su concepción, el candidato que la reza a la gestión únicamente, está planteando una idea típica del neoliberalismo, base si las hay de esa ideología nacida en la Universidad de Illinois de la mano de Milton Friedman. Por tanto, si es esa la concepción que va a llevar adelante, es justamente esa la ideología de la que se alimenta.
Detrás del discurso político existe inevitablemente la ideología, lo que es sano para la democracia. Cuando esta se esconde, debemos abrir muy grandes los ojos y estar atentos.