El tornado que sufrió la capital de Cuba, La Habana, el pasado domingo, se cobró la vida de tres personas y dejó un saldo de aproximadamente 172 heridos.
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Las autoridades calificaron el fenómeno, como un evento «extraordinario» y de características que no se habían observado en las últimas décadas en esa ciudad.
El potente tornado provocó 125 derrumbes de viviendas, entre totales y parciales, caída de postes eléctricos y árboles y daños en 13 centros educacionales.
Según declaraciones a la prensa de Luis Antonio Torres ,primer secretario del Partido Comunista en La Habana, la cifra de muertos podría aumentar una vez se hayan despejado las zonas de escombros que dejó el derrumbe de viviendas.
Por su parte, el presidente cubano, Miguel Díez-Canel, se reunió con los equipos de emergencias a primeras horas del lunes después de recorrer algunas de las zonas afectadas y manifestó en su red social la seriedad de los daños provocados.
«Los daños son severos. Hasta el momento lamentamos la pérdida de tres vidas humanas y se atienden 172 heridos. Varias brigadas trabajando ya en el restablecimiento».
Al parecer, el Instituto de Meteorología había advertido horas atrás sobre la formación en el sudeste del golfo de México de «una baja extratropical» que podría provocar «tormentas eléctricas».
De acuerdo a lo recogido por el diario Granma, el tornado se desató en medio de una esperada tormenta que ya afectaba a la zona oeste de Cuba con ráfagas de hasta 100 kilómetros por hora y penetración del mar. Según fuentes del sector de comunicación del gobierno, los habitantes de la isla ya acostumbrados a estos avisos, no sospecharon la magnitud de lo que se avecinaba.
Fuente: BBC Mundo