Debido a la emergencia sanitaria instalada a raíz de la llegada del coronavirus, las trabajadoras sexuales se encuentran imposibilitadas desarrollar su actividad laboral. Esta situación les trae como consecuencia serias complicaciones para alimentar a sus hijos y, en muchos casos, para pagar su alojamiento.
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El viernes pasado, Karina Nuñez, integrante del colectivo de trabajadoras sexuales «Otras», subió a las redes sociales un vídeo en el cual explica la situación que se encuentran atravesando más de 700 mujeres y disidencias trabajadoras sexuales cuyo único ingreso deriva del trabajo sexual. Según expresó, estas mujeres se encuentran viviendo momentos de angustia e incertidumbre y ,muchas de ellas, «están en vilo por no saber si al día siguiente podrán darle de comer a sus hijos».
Mediante esta comunicación virtual, contó que el fin de semana anterior 130 mujeres trabajadoras sexuales «que no perciben ni tarjeta de Mides ni beneficios del BPS» pudieron alimentar a sus hijos gracias a iniciativas solidarias y donaciones. «Los menores que van a clases tienen el almuerzo cubierto, pero no a la noche ni los fines de semana. Tampoco en todas las localidades hay ollas populares, ni las compañeras tienen nexo de apertura para vincularse con el resto de la ciudadanía», explicó.
En tal sentido, agradeció a todas las personas que colaboraron para ayudarlas y mencionó a la Red de Mujeres a Contracorriente y a la directora del programa, Alejandra Caíno, que realizaron un gran aporte para viabilizar la llegada de donaciones para las trabajadoras y sus hijos.
Nuñez también contó que se realizó un formulario para registrar la cantidad de mujeres que necesitan ayuda, su ubicación y así tener información como para facilitar la gestión de ayuda que se solicitó. Se registraron más de 700 mujeres. En este contexto, Nuñez se comunicó con el ministro de Desarrollo Social, Pablo Bartol, vía mensaje de texto para trasladarle la situación que esta viviendo este colectivo y para hacer efectivo el pedido de ayuda. El ministro le respondió de forma escueta que «podrían» ver la forma de incluirlas en los beneficios orientados a la población vulnerable.
Ese «podrían» aún sigue siendo incertidumbre y Nuñez confiesa que esa respuesta le genera «dolor de tripas y mal presagio». En el vídeo se puede ver que Nuñez mira fijo a la cámara y le habla directo al ministro: «¿podría transformar ese podría en un sí?», le pregunta. «Este es el momento que tienen de hacer algo por nosotras. No nos dejen solas», pidió.
Un Estado ausente, en este tipo de contextos, deriva en situaciones que realmente atentan contra la dignidad de estas trabajadoras que están pidiendo a gritos que no las dejen solas. «Tenemos compañeras que no han podido pagar alquiler porque cerraron las whiskerías. Tenemos compañeras que se han tenido que ir a vivir a la whiskería con sus hijos, o pagarle con favores sexuales a los propietarios de estos establecimientos, o a sus amigos, para poder mantener la pieza».
Caras y Caretas Portal se comunicó este lunes con Karina Núñez quien confirmó que por el momento no han recibido ninguna solución certera a la problemática que atraviesan.
Por otro lado, Nuñez manifestó su preocupación por otras situaciones puntuales de compañeras que por retrasarse en los pagos de sus alquileres están viviendo situaciones aberrantes. «A una de ellas, la patrona entró a la pieza, le pegó y la quiso sacar a la fuerza. Como no pudo sacarla, porque intercedió la policía, le cortó la luz y el agua y ella esta sin esos servicios básicos y sin poder irse a otro lugar. También tenemos otras compañeras que son pacientes oncológicas o insulinodependientes y no tenemos respuestas de ayuda para ellas».
Al finalizar, Nuñez contó que se encuentran recibiendo donaciones para las trabajadoras y que aquellas personas que quieran colaborar pueden dirigirse a las referentes del colectivo Otras que hay en cada localidad. También pueden contactarse directamente con ella mediante sus redes sociales. «Esta es la única forma de apoyo que tiene el colectivo», concluyó.