Al comienzo de esta semana el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) anunció una reducción del déficit fiscal en 2021, el que cerró a diciembre en 4,1% del Producto Interno Bruto (PIB). Al cierre de 2020, señala el MEF, el déficit había cerrado en 6%. Y agrega que se trata del déficit más bajo desde noviembre de 2018 (3,8%).
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Indicó Economía, a través de un comunicado, que los ingresos del gobierno central y Banco de Previsión Social (BPS) cerraron en 27,2% del PIB, lo que implicó un aumento de 0,1% con respecto a 2020. Por su parte, los ingresos de la Dirección General Impositiva (DGI) se ubicaron en 17,1% del total del PIB y tuvieron una suba interanual de 0,6% del PIB.
Un dato nada menor, y que ilustra la característica de la baja, fue que “los rubros de remuneraciones, pasividades y transferencias disminuyeron 1,1% del PIB en su conjunto (0,3%, 0,4% y 0,5% del PIB, respectivamente)”. Esto demuestra la caída del poder adquisitivo de las pasividades tal como lo han denunciado desde diferentes ámbitos.
Para el economista y exsubsecretario de Economía, Pablo Ferreri, la reducción del déficit fiscal es de “mala calidad” ya que se realizó en base a la reducción de salarios, jubilaciones y de inversiones en infraestructura.
Hacer esta reducción es de alguna manera estirar la arruga porque las inversiones que no se hacen hoy empeoran servicios en infraestructuras públicas y en algún momento va a haber que hacerlas. En realidad el efecto de esa baja es transitoria”
En diálogo con Caras y Caretas, Ferreri indicó en primer lugar que el país tiene un déficit fiscal alto y debe, en el mediano y largo plazo, “tener una estrategia de reducción de ese déficit fiscal”. No obstante en estas cuestiones, agregó, “importa mucho el momento y la velocidad en la cual se disminuye el déficit y a través de que decisiones. Creo que en este este caso se han tomado decisiones que no son buenas porque si bien hay una reducción el ajuste que se ha hecho es de mala calidad. Porque se ha logrado básicamente reduciendo salarios y pasividades, por un lado. Por otro lado reduciendo inversiones en infraestructura,. Estamos en los niveles más bajos de inversión en infraestructura pública de los últimos años. Y cuando vemos algunas empresas públicas, en el caso de Ancap ha habido una desinversión en el stock de combustible que tenía, entonces uno ve que ese tipo de medidas redundan en una reducción del déficit fiscal, pero es de mala calidad. Porque si se hace a través de salarios, pasividades y no invertir para el país, para mejorar niveles de productividad en el mediano y largo plazo, no parece un camino no muy adecuado”.
Sostuvo que de acuerdo al contexto y el momento no es para generar estas reducciones. “Una reducción significativa en el momento en que Uruguay debe hacer despegar su economía, en particular luego de una pandemia que tuvo también complicaciones en aspectos económicos, no parece el mejor momento. El gobierno hasta sobrecumple sus metas fiscales. Podría haber invertido más y aún así cumplir con la meta fiscal que tenía planteada. Creo que es un error el momento elegido en el que tiene que apuntalar un rebote importante de la economía para que haga un ajuste tan fuerte y de mala calidad. Es a costa de reducir salarios, jubilaciones e inversiones”.
Tras insistir en que el país tiene un alto índice fiscal, el que a “mediano y largo plazo, y con medidas correctas”, es “deseable que el déficit sea menor porque eso asegura la sustentabilidad de las cuentas públicas. Uruguay tiene que converger a un déficit fiscal menor . Es algo que esta fuera de discusión. Pero lo que importa es como, cuando y a que velocidad. Esas son cuestiones que importan en este caso”.
“Hacer esta reducción es de alguna manera estirar la arruga porque las inversiones que no se hacen hoy empeoran servicios en infraestructuras públicas y en algún momento va a haber que hacerlas. En realidad el efecto de esa baja es transitoria”, subrayó.
Creo que en este este caso se han tomado decisiones que no son buenas porque si bien hay una reducción el ajuste que se ha hecho es de mala calidad»
Por otra parte, agregó. “si se reduce el déficit bajando los salarios públicos y pasividades creo que no es bueno parea la economía y para la sociedad. Tenemos muchos uruguayos que tienen menores ingresos reales de lo que tenían hace dos años”.
De seguir por este camino al gobierno se abrirán dos caminos, indicó. “En algún momento va a pasar alguna de dos cosas. O va a haber que hacer de golpe inversiones que no se hicieron ahora o va a haber que aceptar que la calidad de las infraestructuras va a ser peor que ahora. La inversión en infraestructuras es para mejorar pero también para mantener. ¿Queremos tener peores carreteras, peor infraestructura en salud, en las empresas públicas o vamos a tener que hacer un esfuerzo después porque no se hizo ahora? Estaría bueno haberlo hecho ahora para generar políticas contracíclicas en un momento en que la economía estaba cayendo. Hubiera sido bueno que las inversiones ocurrieran”, precisó.
Fuerte reducción
El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) anunció el pasado lunes, a través de un comunicado, que el déficit fiscal se redujo en el último trimestre de 2021 y cerró en los 12 meses a diciembre en 4,1% del Producto Interno Bruto (PIB).
Recuerda que al cierre de 2020 había cerrado en 6%, por lo que este 4,1% es el más bajo desde noviembre de 2018, cuando se ubicó en 3,8%.
Detalla el MF que los ingresos del gobierno central y Banco de Previsión Social (BPS) cerraron en 27,2% del PIB, lo que implicó un aumento de 0,1% con respecto a 2020, mientras que los ingresos de la Dirección General Impositiva (DGI) se ubicaron en 17,1% del total del PIB y tuvieron una suba interanual de 0,6% del PIB.
En cuanto a las pasividades indica que estas y las transferencias «disminuyeron 1,1% del PIB en su conjunto (0,3%, 0,4% y 0,5% del PIB, respectivamente)».