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Un “malandra” llamado Trump

Por William Marino

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El autogolpe de Estado que pretendió darse el presidente de EEUU no fue más que el resultado final de un gobierno plagado de injusticia, y al mejor estilo del cowboy del lejano oeste. Lo que actualmente no existían eran los pistoleros y él pretendió poner a sus seguidores por más de cuatro años en una recreación de la guerra fría. EEUU siempre fue, desde sus inicios, un país violento para las minorías y los pobres. Es una de las cunas en América de las mafias de los esclavos, la prostitución, la droga, el alcohol, la coima, las estafas, el juego. Sin hablar de querer ser el gendarme del mundo, desde su origen como país. Casi en el mismo año que se declara la independencia -1776- extermina a la nación indígena de los iroqueses.
El 2 de diciembre de 1823, el entonces presidente de EEUU, James Monroe, envía su mensaje anual al congreso de la nación, lo que con el tiempo se conocerá como “doctrina Monroe”, que dice en la práctica “América para los norteamericanos”, con el pretexto de que es su patio trasero. Será el principio de la conquista a sangre y fuego de vastos territorios. Del Atlántico hasta el Pacífico se debía extender territorio de su imperio. Todo el siglo XIX será el siglo del confinamiento y exterminio casi total de los nativos, los llamados pieles rojas. Aun así no les alcanzaba con exterminar a los dueños de las tierras, las grandes compañías irán ocupando las grandes extensiones de tierras para quedarse con el oro, la plata, luego el petróleo, los grandes bosques por su madera, el agua. Todo sirve.

El 14 de abril 1865, al finalizar la guerra civil “entre el Norte y el Sur”, que no fue tan así, pues fue una guerra de dos grupos sociales muy diferentes, matan en un teatro a la vista de todos los espectadores al presidente Abraham Lincoln. Podríamos decir que EEUU fue una tierra de oportunidades para algunos, pero no para todos. Desde su creación fue una tierra de emigrantes, en la que se regalaban acres de tierra que antes pertenecía a los indígenas. A estos se los iban confinando en “reservas” que no eran otra cosa que campos de concentración al mejor estilo nazi. Con la Biblia y la espada matando y asesinando tribus enteras de aborígenes norteamericanos, se irá construyendo de a poco “esa gran nación”. Aniquilando la milenaria cultura indígena para dar paso al sueño americano. Pero nunca fue ni es una gran democracia. Allí sucederán las cosas más extrañas: el segundo presidente asesinado, John Kennedy, por un chivo expiatorio -Lee Oswald-, detenido y llevado a una comisaria de Dallas, Texas, donde será asesinado por un soplón de la policía, Jack Ruby, delante de más de 50 personas. Muchos años después la famosa comisión investigadora Warren dirá que los asesinos eran más de uno, dos o tal vez tres vinculados a las mafias estadounidenses, en resumidas cuentas dirán que detrás del asesinato “del presidente hubo una gran conspiración”.

De qué democracia hablan cuando ellos son los que fomentaron y fomentan los golpes de Estado a lo largo y ancho del mundo. Han invadido decenas por no decir más de un centenar de países a lo largo y ancho del mundo. Han ocupado y/o comprado decenas de territorios creyéndose los gendarmes del mundo. El 11 de setiembre de este año se cumplirán 20 años del atentado, o auto atentado, contra las Torres Gemelas en el centro de Nueva York. Allí murieron unas 4.000 personas y esto dio lugar a la invasión de Afganistán donde se encontraban los talibanes en el poder. El presidente Bush, cuyos antecesores crearon ese “monstruo” llamado “los talibanes”, fue el que poco menos fue al grito de la Biblia contra el Corán, y así les fue.
EEUU no es una democracia, pues allí los derechos civiles no son respetados por los poderes del Estado. Sí puede ser una tierra donde, si vas a vivir de rodillas, tengas muchas oportunidades, pero no es una democracia.

Hoy más de 26.000 soldados (Guardia Nacional) blindan Washington DC y en especial el Capitolio por temor a que vuelva a ser ocupado por los seguidores de Trump, como el 6 de enero pasado, cuando murieron cinco personas incluyendo un policía del congreso, cosa jamás vista en ese país; al parecer, se dio vuelta la torta. Lo que ellos fomentaron en todos los países de América, hoy el propio presidente Donald Trump quiere hacerlo en su propio país, un autogolpe. En el propio congreso de EEUU se oyen voces acusando a Trump de ser “el capo de una mafia”, que no desea perder su poder absoluto sobre el mundo. El imperio comenzó a ver su decadencia el 11 de setiembre de 2001, con su autoatentado no solo a las Torres Gemelas, sino también al Pentágono, donde murieron decenas de oficiales, en especial del ejército.

Decía Sun Tzu, en su libro el Arte de la Guerra, que lo que antecede a una gran derrota son pequeñas derrotas que en ocasiones no son observadas aun por los más ingeniosos y poderosos. Pero también está aquello de la propaganda real y mentirosa hoy dada en llamarse mentiras verdades. En todo, y aun antes de haber ganado en el colegio electoral pues en los votos perdió por unos 2 millones de votos a manos de Hilary Clinton. Trump tuvo mucho apoyo de los grandes medios de comunicación, pero lo fue perdiendo por sus egocentrismos y estupideces, aunque siempre recibió apoyo del poderoso don dinero, de manos de la industria armamentística que en EEUU es mucho decir.

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