Yoga: ¿cómo hacerlo bien?

Mide bien el esfuerzo. No es cuestión de acabar agotada sesión tras sesión. Utiliza una escala del 1 al 10, 1 es el más fácil y el 10 el más difícil, y puntualiza cada asana que realices; no todas tienen que llegar a 10. Todo dependerá de tu cuerpo y tu rutina diaria. En una práctica de yoga es esencial dejar de lado el ego, escuchar las señales del cuerpo e ir poco a poco.

Cuida la respiración. La respiración es uno de los pilares fundamentales del yoga, marca el ritmo de la práctica y te conecta con el presente. Cada rutina tiene su secuencia de respiración, pero un consejo básico es: no retener el aire, que circule.

¿Antes o después de comer? No conviene que pautes tu sesión de yoga diaria justo después de una comida. De hecho, algunos estilos de yoga se realizan en ayunas a la mañana. El cuerpo debe estar concentrado en los movimientos y no en la digestión.

Huye de la ropa ajustada. Hay que elegir bien las prendas con las que vas a realizar yoga. Conviene que dejes a un lado los zapatos y la ropa demasiado justa mientras practicas yoga. ¿El motivo? Si aprieta un poco en la parte superior de la espalda puede restringir el movimiento de la caja torácica y el pulmón, lo que puede provocar una respiración incompleta.

¿Agua? En general, podemos decir que el yoga no es un entrenamiento de intensidad extrema que requiera estar bebiendo agua de forma constante. Beber demasiada agua entre la práctica de yoga no es recomendable, porque puede hacerte sentir pesada e hinchada, lo que podría incluso dificultar la práctica. La clave, entonces, está en tomar algunos sorbos. Con eso debería ser suficiente en su opinión.