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Política Mides |

Con la ministra de Desarrollo Social

Arismendi: “Si el PN ganara las elecciones, el Mides y las políticas sociales correrían peligro”

Según sus palabras, las críticas por parte de la oposición al Mides y el discurso de que las políticas sociales son para mantener vagos serán cada vez más frecuentes. En ese contexto, consideró que es necesario recordar que históricamente el PN y el PC nunca aprobaron leyes a favor del pueblo.

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Se acercan las próximas elecciones y una de las cuestiones que frecuentemente utiliza la oposición, especialmente el Partido Nacional (PN) para criticar al Frente Amplio (FA), es el rol del Ministerio de Desarrollo Social (Mides) y de las políticas sociales, sostuvo a Caras y Caretas la ministra del Mides, Marina Arismendi, quien afirmó que si la derecha ganara las elecciones, las políticas sociales “correrían peligro”; sin embargo, sostuvo que como el FA va a ganar el cuarto gobierno, Uruguay será una “isla” dentro de la región.

“Estamos quedando como una isla en la región. Es la época de Donald Trump (EEUU), Jair Bolsonaro (Brasil) y Mauricio Macri (Argentina), no importa si llegaron con elección o sin ella, lo que están haciendo es una embestida feroz contra el pueblo. Vamos a pelear para que el cuarto gobierno del Frente pueda seguir desplegando estas políticas”, agregó la ministra.

Durante la entrevista, la ministra introdujo el concepto del “Mides invisible”, ya que consideró que las políticas de ese ministerio no son conocidas por la mayoría de los ciudadanos, lo que da lugar a que las críticas por parte de la oposición se basen en afirmaciones que no tienen argumento.

“Cuando uno habla de este ministerio, la gente piensa en los programas sociales, pero no saben muy bien lo que es. Suponen que son dineros que se dan. Sin embargo, la única transferencia monetaria que hace el Mides son las tarjetas de Uruguay Social, que son para alimentación y artículos de higiene. No son montos que te cambian la vida, sólo te apoyan”, agregó.

Por otro lado, afirmó que, en estas próximas elecciones, el discurso de que “las políticas del Mides son destinadas a mantener vagos” será cada vez más fuerte.

“Frecuentemente la institución a la que la oposición hace más críticas es el Mides y creo que eso no es casualidad, porque lo que nosotros recibimos en 2005 es la herencia de todos los años de los gobiernos de alianza blanco-colorada. Yo fui 10 años senadora de la oposición (…) Estuve en aquellas leyes ómnibus donde se metía de todo un poco para votar y se vendían como normativas de urgencia cuando era en contra de los trabajadores (…) Ahora hemos cambiado la realidad y gran parte de esa transformación tuvo como protagonista al Mides”, agregó.

¿Cree que muchos ciudadanos desconocen las políticas que impulsa el Mides?

Sí. A mí me gustaría hablar sobre el Mides invisible, ese Mides que no es, por lo menos a nivel metropolitano, visto. Cuando uno habla de este ministerio, la gente piensa en los programas sociales, pero no saben muy bien lo que es. Suponen que son dineros que se dan.

Sin embargo, la única transferencia monetaria que hace el Mides son las tarjetas de Uruguay Social, que son para alimentación y artículos de higiene. No son montos que te cambian la vida, sólo te apoyan.

¿Cuál es la situación de la indigencia y pobreza en Uruguay?

En el 2005 teníamos un 4% de indigencia medida por ingresos y uno de cada tres uruguayos estaba por debajo de la línea de pobreza. ¿Qué quería decir ese 4% de indigencia en aquel momento? Significaba que un 4% de los uruguayos no tenía una vez por día un plato de comida.

La pregunta que yo hago sobre ese Mides invisible es; ¿dónde fueron a parar esas personas? ¿Se fueron del país? No. Están trabajando de las más diversas formas, en los programas que tiene el Mides. Uno de ellos es Uruguay Trabaja, que ya cumplió diez años y es muy visible en el interior.

Actualmente, en el tema de indigencia, tenemos un 0,3%. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe dice que estadísticamente es totalmente irrelevante, pero nosotros no conversamos sobre números, sino sobre personas y familias.

Con respecto a las personas que están viviendo en la calle, ¿de cuántos estamos hablando? ¿De dónde provienen y por qué están ahí?

Tenemos equipos móviles en la calle. Puede haber algún caso en algún departamento en el interior, especialmente en la frontera con Brasil, pero el grueso del problema lo tenemos en el área metropolitana. En términos generales, 2.041 personas fueron atendidas por el equipo móvil. No hay que interpretar que ese número es la cantidad de personas atendidas, porque puede ser que un mismo individuo haya sido acogido más de una vez. Asimismo, en puerta de entrada, que es donde la gente va para pedir refugio, se hicieron 25.688 entrevistas.

Después tenemos 33 centros nocturnos donde fueron atendidas 3.032 personas. Fueron acogidas 948 mujeres con niñas, niños y adolescentes en centros de 24 horas y en invierno abrimos todos los años lo que se llama la contingencia, que son 200 cupos nuevos. Si yo hago una foto de hoy, hay 1.664 camas ocupadas. Nosotros conocemos a las personas que están en situación de calle, tenemos todas las historias informatizadas.

Uno de los grandes generadores de que haya personas en la calle es la cárcel. Hace diez años teníamos hasta familias. Eso no lo vas a ver hoy. Hoy lo que tenemos son personas con consumo problemático de sustancias, con problemas de salud mental y salidos de la cárcel. Estos últimos tienen conductas que tienen que ver con la mentalidad de la cárcel. Tú vas a ver que arman como unas carpas, ponen colchones uno al lado del otro y no soportan, salvo que el tiempo esté muy malo, estar en un dormitorio compartiendo con otros 4 hombres. Se nos hace difícil trabajar con esta situación. Nosotros hemos tenido casos de consumo de sustancias problemáticos que han llevado a que profesionales estén en la calle.

Lo cierto es que cambió la población que vive en la calle. Generalmente son hombres jóvenes. Mujeres y niños no se ven, hay algunos excepcionalmente.

Si tuviera que comparar Uruguay con la región, ¿cómo ve al país en el tema de situación de calle?

Estamos regios. Pero el problema es que nosotros nos comparamos con nuestra situación y nos medimos con nuestro nivel de exigencia. Ahora bien, Uruguay en el mundo y en la región es Gardel. Cuando otros vienen acá, te dicen: por favor, de qué se quejan. Ustedes tienen un sistema, tienen una institucionalidad.

Estuve el año pasado en Buenos Aires y tuvimos que tomar por otros caminos porque había mucho tránsito; la verdad es que quedé impactada. Hacía dos años que no iba. Nueva York, Las Vegas, París, que tienen además el problema del frío, tienen una situación preocupante.

Además, porque la calle es un tema que va mucho más allá de si tengo casa o no, o si tengo familia o no. Hay gente que sale y después vuelve a recaer. En el caso de mujeres con niños, si hacés un seguimiento de su vida, esa mujer en general estuvo en el INAU en amparo. Cuando cumplen 18, no tienen a dónde ir, la familia no las acoge, andan por allí, después tienen un hijo y cuando querés acordar  está en la puerta del Mides y le tenés que dar apoyo.

Pero, de cualquier manera, la verdad es que estamos en una realidad distinta a la de 2005. También es más dura. El que está en la calle es porque no quiso quedarse en un refugio.

¿Qué políticas de inserción en el mercado de trabajo están impulsando?

Hoy tenemos muchas salidas. Tenemos casi 7.000 personas que están dentro de cooperativas sociales, en las que se acompaña y se capacita a la gente. En las cooperativas sociales lo importante es el trabajar juntos en base a un emprendimiento.

De hecho, tenemos emprendimientos productivos, de servicios y rurales. Ese es el Mides invisible, es el Mides que hace uniformes para el Ministerio de Defensa y para el de Interior. Estamos hablando en su enorme mayoría de mujeres que se autonomizan, se independizan, se afianzan. Son formales, tienen boleta, tienen su cobertura de salud y todos los derechos que puede tener alguien que está en el BPS. Cumplen con las normativas y ahora están teniendo post, por lo que cualquiera puede ir con su tarjeta y comprarles. Tienen calidad, eso es otra cosa que tampoco la gente sabe. No es que son estas pobres mujeres que hacen una artesanía. No. Nosotros tenemos hace ya unos años la marca Provas, que son Procesos de Valor Social. Está registrada y el LATU es el que acredita su calidad.

Nosotros vemos a las personas cambiar, crecer, estar de otra manera, transformarse hasta físicamente y eso nos enorgullece y nos motiva aún más. Por otro lado, ahora tenemos la salida a la capacitación como asistentes personales en el Sistema de Cuidados, que implica también estar en el BPS y que significa un impulso a la gente para seguir estudiando. Es un trabajo que los robots no van a sustituir.

Usted estuvo mencionando el Mides invisible y estamos ante un período muy especial, de elecciones. Frecuentemente la institución a la que la oposición hace más críticas es el Mides. ¿Cómo ve esta situación?

Creo que no es casualidad que se ataque al Mides, porque lo que nosotros recibimos en 2005 es la herencia de todos los años de los gobiernos de alianza blanco-colorada. Yo fui 10 años senadora de la oposición, que en aquel momento era el Frente Amplio, estuve en el ajuste fiscal de Sanguinetti y en la reforma de la seguridad social, cuando se inventaron las AFAP. Estuve en aquellas leyes ómnibus donde se metía de todo un poco para votar y se vendían como normativas de urgencia cuando era en contra de los trabajadores. Estuve perdiendo durante diez años la aprobación de la ley de domésticas. Yo decía en momentos de desesperación que conque pusiéramos una normativa que dijera que las domésticas son trabajadoras ya alcanzaba, porque si lo son, tienen todos los derechos. Nunca pudimos votarla hasta que ganó el Frente.

Los peones rurales eran parte de otro debate que nunca ganamos. Todos los derechos que tienen que ver con el entender el papel de la mujer fueron avances del Frente.

Si queremos pensar en un Uruguay que se desarrolle, estamos pensando en un país en el que una mujer pueda ir a trabajar, estudiar, crecer y desarrollarse, porque tiene los mismos derechos y capacidades que los hombres. Pero recién ahora se está hablando de esto. Todos esos derechos que se han adquirido, el derecho de las personas a la diversidad sexual y el de los afrodescendientes, son construcciones y avances de los gobiernos de izquierda. Obviamente que el Mides no ha sido el único, pero ha jugado un papel importante en esto, porque fue creado por el gobierno del Frente Amplio para cumplir estas funciones.

Hoy se inventa la ideología de género como si fuera una cosa rara que se pensó para la izquierda. Pero hay que recordar que la premisa de que el pueblo está primero es al revés de lo que estos sectores han hecho durante toda su vida política.

Estamos quedando como una isla en la región. Es la época de Donald Trump, Jair Bolsonaro, Mauricio Macri, no importa si llegaron con elección o sin ella, lo que están haciendo es una embestida feroz contra el pueblo. Vamos a pelear para que el cuarto gobierno del Frente pueda seguir desplegando estas políticas para poder llegar al 100% de los niños nacidos y para hacer que la gente tenga su asistente personal, por lo cual la mujer va a poder trabajar y estudiar.

A veces se escucha y se da a entrever en algunos medios que las políticas del Mides son destinadas a mantener vagos. ¿Usted cree que este discurso será cada vez más fuerte en las próximas elecciones?

No me cabe duda. En primer lugar, las personas quieren trabajar y quieren crecer. Nosotros tenemos 3.000 cupos por presupuesto para Uruguay Trabaja por año. El año pasado se anotaron 22.000, entonces la premisa de que la gente no quiere trabajar es absolutamente falsa y la puedo demostrar. Cuando hacemos el sorteo hay que ver la cara de los que no salen.

Con este tema realmente me enojo. He conversado con mucha gente sobre esto. Cuando van a la escuela pública, ¿quién se las pagó? El pueblo. ¿Fueron a la universidad o al liceo público? ¿Quién se los pagó? Todos los uruguayos. ¿Fuiste a una institución privada todo el tiempo? También lo pagó el Estado, porque él renuncia a cobrarle impuestos a la educación privada. No estoy hablando de sacarle a esa educación esos privilegios, pero lo cierto es que la plata de los impuestos que el Estado decide no cobrarles a las instituciones privadas equivale a todo el presupuesto del Mides. Dicho de otra manera, si yo le hiciera pagar a la educación privada impuestos, podría tener el doble de políticas sociales que las que tengo hoy.

La gente ahora habla sobre los impuestos, lo cual es una cosa nueva, porque yo me acuerdo que durante la campaña de Jorge Batlle teníamos que ir explicando a la gente qué era eso.

Algunos dicen que “es horrible la plata que les dan a los vagos”. También me pregunto, si yo soy una mujer sola con un hijo y a mí me dan una tarjeta Uruguay Social de 1.050 pesos, ¿puedo mantener la canasta familiar todo el año con esa plata? Lo mismo me pregunto cuando tenés cuatro hijos y te brindan 2.000 y pico de pesos. Por tanto, estamos hablando de un ayuda y no de una gran suma de dinero.

¿Usted cree que, en caso de que la oposición ganara las elecciones, el Mides y las políticas sociales correrían peligro?

Tengo la seguridad de que correrían peligro, pero como vamos a ganar, no va a pasar eso.

 

 

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