Bárbara Jórcin es joven, 26 años, pero su camino en la música ya es bastante largo. No solo ha andado mucho; también ha estado en varios lados. Es de Colonia y ahí fue que empezó a tocar piano y a cantar siendo aún una niña. Luego, se mudó a Montevideo y siguió aprendiendo y ampliando su universo artístico, que empezó a abarcar la actuación. De Montevideo, un salto sobre el charco hacia la gran ciudad, Buenos Aires.
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Ahí se recibió de música profesional en la Escuela de Música Contemporánea, pero en vez de quedarse a darle sus canciones a los porteños retornó a Montevideo.
Cuando bajó del barco en nuestro puerto ya tenía unas cuantas canciones a plasmar en su primer disco, «Índigo » (2018). Este arranca a puro piano, su instrumento, y reconcilia a las capitales rioplatenses gracias a la voz que posee y a las teclas de las que dispone. Indigo fue una paradoja artística: una explosión de expresión hecha con escaso combustible, más que nada voz y piano.
Su mas reciente disco, Si canto es porque puedo, demuestra otras cosas. Como una banda con arreglos más finos y adornados. O la ambición de hacer convivir detalles murgueros con jazz, “violínpop” y una forma de tocar el piano que, luego de años de estudio, es capaz de abarcar muchos estilos y géneros distintos.
Una importante parte de todo ese recorrido, y los frutos que ha dado hasta ahora, es lo que estará presentando en Sala Zitarrosa el viernes 11 de marzo.
Sobre el ciclo Marea
MAREA es el Ciclo de la Sala Zitarrosa que busca visibilizar a las mujeres y disidencias de la música y el audiovisual. Es un espacio de relevancia donde damos valor a estas artistas a nivel nacional y regional, a lo largo de todo el año, promoviendo una programación paritaria.