Por Pablo Tosquellas
Hacete socio para acceder a este contenido
Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.
ASOCIARMECaras y Caretas Diario
En tu email todos los días
Fotos: Verónica Caballero
La economía es como los platitos chinos: es necesario conservar el ritmo en las manos para mantener el equilibrio entre la micro y la macroeconomía. Esta frase la suele repetir el precandidato del Frente Amplio (FA) Mario Bergara entre sus allegados, con quienes se reúne en su búnker o los recibe en su casa para compartir un delicioso guiso, según dicen.
Otra de las frases que suele decir -como reconocido buen jugador de truco- es: “En esta etapa hay que barajar y dar de nuevo”. Esto es en referencia a la interna de la coalición de izquierda. Para Bergara llegó el momento de realizar cambios en la estructura del FA para que el votante se vea reflejado en el partido. Asimismo, que se lo debe aggiornar y trabajar en la construcción de nuevos liderazgos.
“Queremos más y mejor FA, más transparente y democrático, más participativo y diverso, con una efectiva renovación de sus elencos dirigentes, con especial énfasis en la feminización y el rejuvenecimiento de la política y las personas. Una nueva cultura está aflorando y debemos contribuir a que crezca sana y pujante”, escribió en una carta pública que se conoció días atrás.
Y en la misiva agrega: “Solo con disposición de aprender y contar con el resto, con estricta ética republicana y seregnista -empezando por nosotros mismos- y propuestas responsablemente audaces y creativas, lograremos estar a la altura de lo que el país y su gente merecen y la historia del FA obliga”.
Pero lo que más le preocupa al exministro de Economía y titular del Banco Central del Uruguay (BCU) son los cambios imprescindibles que se deben aplicar en el mundo del trabajo ante el avance de la tecnología y la necesidad de prepararse para minimizar los costos que los mismos van a generar. De hecho, el pasado jueves 25 se realizó un taller de robótica exclusivamente para niñas. Es que, según los especialistas, las mujeres son las que “tardan más” en incorporarse a las nuevas tecnologías. Por su parte, también se desarrollan encuentros informativos sobre asuntos ambientales y de igualdad de género. “Es una nueva forma de hacer política”, dijo uno de sus colaboradores.
Mario, como le dicen sus allegados, decidió “abandonar” la economía y dedicarse de lleno a la actividad política. De hecho, de perder las internas, será el titular de la lista al Senado que se presentará en octubre. “Esto es la construcción de un espacio seregnista de futuro”, explicó una de las personas más cercanas a él. Bergara fue uno de los hombres de confianza del líder histórico del FA, Liber Seregni, a quien acompañó hasta su fallecimiento. El general lo conoció a través de diversos seminarios y decidió incorporarlo al Centro de Estudios 1815, lo que matrizó políticamente al economista. “Seregni lo adoptó”, sostuvo un funcionario que trabajó con él. Y acá se genera un punto de inflexión en la vida política del precandidato.
En la parte final de la carta pública antes mencionada, promete: “Vamos a cerrarle el paso a la antidemocracia, que afuera aúlla en portugués y en casa jadea expectante. Vamos a hacerlo con todos los sectores democráticos, como enseñó la lucha contra la dictadura, y hoy nos lo reafirman con sobriedad todas las juventudes políticas”.
Bergara agrega: “Cambiaremos lo que haga falta sin autocomplacencia. Escuchar a la gente, respetar a la oposición democrática -política y social-, recibir los aportes de la sociedad civil, de la academia, de otras experiencias internacionales, debe ser parte de nuestro proceder”. “Trabajar con este horizonte es mi compromiso. Lo asumo como parte de un pueblo maduro dispuesto a seguir construyendo sin pausa un país mejor”, concluye.
La historia de Bergara
Nació en el Cerrito de la Victoria el 4 de mayo de 1965 dentro de una familia de clase media. Realizó primaria y secundaria en el ámbito público: concurrió a la escuela 137 y al liceo 26. En 1983 ingresó a la Facultad de Economía. Allí fue férreo militante de la Asceep-FEUU, uno de sus principales referentes. Al mismo tiempo, militó en la Unión de la Juventud Comunista (UJC), en donde integró un importante cuadro político.
Bergara se recibió de economista en 1987, pero su madre quería que fuera contador. Por aquellos años, este último era un título que tenía prestigio. La señora quería cumplir el famoso sueño de los uruguayos de M’hijo el dotor, al decir del escritor Florencio Sánchez. Y Mario decidió cumplirle el sueño a la ‘vieja’ y continuó estudiando hasta recibirse de contador en 1990.
Ese año se autoproclama independiente dentro de las filas del FA. En tanto, en su vida profesional, obtuvo en 1998 un doctorado en Economía en la la Universidad pública de Berkeley (California, Estados Unidos). Durante el gobierno de Jorge Batlle (2000-2005) fue director de la Unidad Reguladora de Servicios de Comunicación (Ursec).
Desde que triunfó el FA, en 2005 hasta la fecha, siempre integró el equipo económico de los distintos gobiernos de la fuerza de izquierda. Fue subsecretario de Economía -cuando el titular de esa cartera era Danilo Astori-, ministro de Economía durante la presidencia de José Mujica y presidente del BCU hasta dimitir para dedicarse a la vida política.