«No hay ninguna evidencia estadística de fraude», afirman John Curiel y Jack R. Williams en The Washington Post. Los académicos realizaron diversos estudios para confirmar si en las elecciones presidenciales de Bolivia hubo fraude.
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«Las tendencias en el conteo preliminar, la falta de un gran salto en el apoyo a Morales después del alto y el tamaño del margen de Morales parecen legítimos», explicitan. Para ellos, entonces, «el análisis estadístico y las conclusiones de la OEA parecen profundamente defectuosos».
Además realizaron comparaciones y estudios cuantitativos que demostraron que el margen del 10% de Evo Morales fue legítimo y completamente probable teniendo en cuenta la intención de voto y los datos preeliminares.
Los investigadores se comunicaron con la OEA para contrastar sus investigaciones y no recibieron respuesta. Entienden que hubo numerosas irregularidades y falta de evidencia en el informe de la organización y que los datos muestran de forma clara que el fraude no existió y que el margen de diferencia que le dio la victoria a Evo Morales es correcto. Curiel y Williams concluyen: «El fraude electoral es un problema grave, pero confiar en pruebas no verificadas como señal de fraude es una seria amenaza para cualquier democracia».
El informe completo está disponible en inglés y con posibilidad de traducción en este link.