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Mundo

China ante el desafío de crecer y distribuir

Acostumbrada a mantener tasas de crecimiento económico de dos dígitos por largos períodos de tiempo, lo que le permitió entre otras cosas sacar a más de 750 millones de personas de la pobreza en los últimos 40 años, China se enfrenta ahora a un nuevo desafío: crecer y distribuir en tiempos de enlentecimiento económico.

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Por Mateo Grille.

En diciembre próximo se cumplirán 41 años del célebre discurso de Deng Xiaoping ante el Comité Central del Partido Comunista, con el que propuso “emancipar la mente, poner en juego la inteligencia, actuar en función de la realidad y mirar unidos hacia adelante”.

En aquel discurso, Xiaoping sentó las bases para una serie de reformas económicas que lograrían el milagro de pasar de ser un país con altos niveles de atraso a ser la segunda economía del mundo y con perspectivas de desbancar del podio a los Estados Unidos antes de 2049, cuando se cumplan 100 años de la fundación de la República Popular.

Los tiempos de crecimiento anual por encima del 10% han pasado a la historia y las perspectivas no son buenas. Con un panorama externo que no contribuye a reforzar el ciclo expansivo, China enfrenta hoy nuevos desafíos, muchos de los cuales fueron expuestos en un seminario sobre la coyuntura económica china dictado por el profesor Xinye Zheng, titular del Departamento de Economía de la Universidad Rendmin, y organizado por la BRNN (Belt and Road News Network), la alianza de medios de comunicación de países y regiones que participan de la iniciativa Una Franja, Una Ruta, de la cual Caras y Caretas es signataria.

 

El socialismo es el mejor sistema para distribuir

¿Cómo adaptar la economía china a los tiempos que corren? ¿Cómo enfrentar el desafío de sostener un crecimiento económico que sea compatible con el medio ambiente? ¿Cómo distribuir los resultados de ese crecimiento de manera más equitativa? Son preguntas que las autoridades chinas se hacen diariamente y que están en la base del proyecto chino del futuro.

Con claridad meridiana, el economista Zheng trazó un panorama sobre las fortalezas y debilidades de la segunda economía del planeta de cara al futuro.

Zheng inició su exposición señalando que la economía china debe continuar con su proceso de apertura para continuar creciendo porque el mayor defecto de la economía es que aún le falta mucha competencia. “Necesitamos mayores niveles de competencia”, dijo. Además, estableció los principales lineamientos de cara al futuro: “Mantener el crecimiento, reducir la volatilidad, reducir la contaminación y equilibrar la distribución”, señaló.

China precisa mantener niveles de crecimiento de al menos 5% anual hasta 2035 para dar respuesta a la creciente demanda de una sociedad que aspira a un nivel de vida impensado décadas atrás.

Para ello necesita estabilidad política y económica y controlar variables como la inflación y el desempleo, dos ítems que suelen ser letales para cualquier sociedad si se descontrolan.

Pero el crecimiento que precisa China no es a cualquier costo. Según lo manifestado por el economista, el país debe “sacrificar ritmo de crecimiento en función de mejorar la calidad del crecimiento”, lo que se traduce en la necesidad de elevar los niveles de cuidado medioambiental y garantizar la distribución del producto que se incrementa.

Según el profesor Zheng, para que se verifique el desarrollo deben existir planes de largo alcance y una estabilidad política, económica y social imprescindible de la que no todos gozan en Occidente. Y para lograr ese largo aliento China creó el Comité de Desarrollo Estatal, un organismo encargado de planificar la economía y cuya relevancia es absoluta.

La China de hoy promueve el libre mercado, pero reservando importantes niveles de intervención estatal ante la aparición de ciclos económicos negativos, de manera de impulsar el desarrollo que el mercado no puede garantizar.

Para que la economía continúe con su proceso expansivo, Zheng argumenta que debe abrirse aún más la economía a la libre competencia, pero para ello es necesario crear leyes que habiliten, por ejemplo, a las empresas estatales, verdaderos motores del desarrollo nacional, a competir.

El ciclo iniciado en 1978, tras aquel discurso de Deng Xiaoping que proponía abrir la mente, ha dado importantes frutos. Hoy es otro presidente el que propone un nuevo reto, al que llamó “nueva normalidad”, que no basa su desarrollo exclusivamente en exportaciones y propone crecer y distribuir para una nueva era y un “país socialista, moderno, próspero, fuerte, democrático, avanzado culturalmente y armonioso”, según las palabras del propio Xi Jinping al inaugurar el XIX Congreso Nacional del PCCh en octubre de 2017.

 

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