El Frente Amplio entendió esto y he allí la explicación de esta campaña intensa, directa, agotadora y eficaz. Allí la explicación de la impresionante votación del Frente Amplio en la primera vuelta en el interior y, en especial, repito, en las zonas rurales. Un dato nuevo en la realidad política del país.
Estas nuevas modalidades cambiaron el mapa político del Uruguay. Van de la mano con otro cambio. Ya no hay espacio para que los referentes políticos aparezcan una vez cada cinco años y, entre tanto, si te he visto no me acuerdo… Con o sin elecciones, será recorriendo el país. Todo ello ha fortalecido la democracia.
La segunda vuelta está pensada para dificultar el triunfo del Frente. Cuando en el 71 Wilson habló de balotaje, los mismos que promovieron la reforma se negaron a acompañar la iniciativa. Dos tercios del país votó por un cambio profundo de las estructuras y ganó el minoritario continuismo…
Esta nueva manera de entender la actividad política ha beneficiado a la dirigencia y a los electores. Éstos porque lo reclamaron, y aquellos porque aprendieron mucho. Yo no puedo pensar en ninguno de los grandes temas del país que debatieron los candidatos sin recordar algún rostro humano en algún punto del país donde aprendía cómo se manifiestan, cómo se viven los grandes problemas del país, contándome cómo se viven esos problemas en el país real.
La vigencia de un vecino o una vecina de Zapicán, en Lavalleja; de Fraile Muerto, en Cerro Largo; de Vergara o Rincón en Treinta y Tres; de Punta Valdez en San José… Una vuelta, usando de base Isla Patrulla, además de recordar la poesía de Rubén Lena, visitábamos una escuela rural con una sola casa de trabajadores y trabajadoras del campo que tenían su vecino más cercano a una legua… Colonos en San José a los que visitamos con Alfredo Fratti, prestando oído.
Y así llegamos al fin de la campaña electoral. No de las visitas y recorridas que seguirán durante los próximos años de gobierno del Frente Amplio. Así lo vimos de grande a Yamandú en el debate, con presencia y estampa presidencial, opinando por lo alto sin necesidad de rebajarse a agredir a su adversario, sin buscar sacar rédito de los problemas de la gente…
He oído algunas opiniones que respeto sobre que faltó debate. Respeto, claro, pero no comparto. Pasaron dos cosas: una es que no se envileció; por su parte ningún tema fue rebajado al nivel de sacarle el jugo a los problemas que sufre la gente, solo propuestas y soluciones. Y otro detalle que nos hace ser optimistas, no solo del resultado electoral, que ya lo éramos, sino en el de la gestión: Orsi, como demostró a lo largo de la campaña, está dispuesto a intercambiar, sí, pero no a que le marquen la cancha los adversarios.
Ni en los momentos en que se intentó enchastrar la cancha hasta que la Justicia puso las cosas en su lugar, nadie le impuso una agenda, un estilo, un formato… Lo único que le marcó un rumbo fue su pasado: diez años de experiencia de intendente y diez más como secretario general. Gestionó un departamento que se asemeja mucho a un pequeño país. Su condición de docente de historia, canario… Orsi fue el candidato y votó la gente.
Hoy, llegando al fin de esta etapa electoral, lo veo con la banda de Batlle y Bernardo Prudencio Berro en su pecho; la de Tabaré, la de Pepe... Valió la pena.
Muchos (una pequeña picardía) sumaron aritméticamente los resultados de los partidos de la coalición multicolor para decir que eran más. Ya se sabe que no funciona así, si no, no sería necesario convocar a una segunda vuelta. (Para elegir candidato se precisa el 40 % con más de 10 % de diferencia con el segundo; para ganar en primera vuelta, 50 % + 1 de los emitidos; en balotaje, el 50 % +1 de los válidos. Raro, ¿no?).
Ahora, a esperar tranquilos el resultado, con la tranquilidad de que a partir del momento mismo en que Yamandú sea presidente electo, todos estaremos cantando, sintiendo, jurando en el fondo del alma que SABREMOS CUMPLIR.