El inicio de 2023 nos obliga a un reconocimiento. No podemos ser malagradecidos. Reconozcamos a Marset y Astesiano el favor que nos han hecho; porque gracias a ellos el gobierno afloja un poquito la soga en el cuello. Un escándalo más y tendremos nafta gratis.
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Aflojan, tiran unas migajas, porque el gobierno no sabe cómo salir del pantanal en que se metió con todos los escándalos de corrupción.
2023 será, en realidad, año de semiafloje y 2024 de bienestar, esperando que olvides tres años nefastos y los votes de nuevo; luego te exprimirán por tres años más, vendrá uno de semiafloje y uno de bienestar, y luego volverás a caer. A menos que dejes la estupidez y salgas de ese círculo vicioso y tramposo. Así ha sido con todos los gobiernos de derecha desde 1984 a la fecha.
Recuerdo al recién electo Julio María Sanguinetti diciendo que todos tendríamos que apretarnos el cinturón; pero cuando la derecha habla del “sacrificio de todos” se refiere a nosotros, y cuando habla del “bienestar de todos”, se refiere al de ellos.
El país creció por encima de 5%… Eso dicen; pero... ¿el país creció? No. Los que crecieron fueron ellos, y me refiero a las 500 familias propietarias de Uruguay. Mientras que el sector agropecuario exportador tuvo récord de exportaciones a precios siderales, los trabajadores negocian con la esperanza de, tan solo, recuperar el salario real y el poder de compra perdidos desde que asumió Luis Lacalle Pou.
Desde la octava ronda de los Consejos de Salarios la mayoría de los trabajadores perdió entre 4,2% y 4,8% de su poder de compra.
A Luis lo eligieron para eso las familias más poderosas: para que mantuviera a raya los salarios y terminara con la costumbre frenteamplista de aumentarlos por encima de la inflación. Claro; algo hay que aflojar, porque el tiempo pasa rápido y las elecciones no pueden llegar con descontento popular; así que habrá que tirar algunas migajas al populacho, ese populacho que tanto desprecian los Lacalle, Heber, Alfie, Da Silva, Lema, Bianchi y algunos mediáticos como Sergio Puglia, Antonio Maeso o Nicolás Lussich.
Dicen que la temporada veraniega es la mejor de varias décadas. ¿Cuál es entonces la excusa para no pagar salarios dignos? ¿Dónde diablos está el derrame? ¿Dónde quedó la frase del presidente sobre que no había que tocar a los “malla oro” porque ellos serían los que nos sacarían adelante cuando la crisis sanitaria pasara?
La verdad es que esas familias privilegiadas la están haciendo a paladas; pero es tal su mezquindad que buena parte de las ganancias han ido a parar a cuentas en el exterior y, mientras la economía crece, se desploma el poder de compra. Las estadísticas dicen que el país creció; pero, claro, la estadística es la ciencia por la cual, si una persona come dos pollos y otra ninguno, dos personas comieron un pollo cada uno.
Hemos vuelto a ser el país de las coimas y el amiguismo; el país donde si quieres ganar una “licitación”, tienes que hablar con alguien cercano a un ministro o al presidente; el país donde no importa cuánto estudies, sino a qué político conoces para acceder a un cargo en la administración pública.
El Frente Amplio ha propuesto reiteradamente una ley para que los ingresos al sector público se realicen por concurso y/o sorteo; pero los legisladores oficialistas se han negado rotundamente (pese a que eso figura en su programa de gobierno) porque sin comprar militantes con la promesa de un empleo público no ganan otra elección ni por casualidad.
Para los políticos sobran recursos; pero al resto que lo parta un rayo. La situación de la Unidad 5 de la cárcel de mujeres de Canelones es terrible. Un duchero para 80 reclusas, poca luz, hambre, sed... Tienen miedo a dormir por las noches porque las ratas pueden morderlas. Hace tiempo se había inhabilitado; pero volvieron a meter gente sin mejorar condiciones higiénicas. ¿Darán solución o se defenderán acusando al FA de algo?
Es el país de los curros; de aprovechar el poder para beneficio propio. Alberto Subí Chagas, diputado suplente del salteño Omar Estévez, realizó 26 contrataciones con el Estado con su empresa Boston Seguridad, pese a que la ley se lo impedía. El semanario Búsqueda, que dio a conocer el hecho, recordó que el artículo 124 de la Constitución expresa: “Los senadores y los representantes tampoco podrán durante su mandato: 1°) Intervenir como directores, administradores o empleados en empresas que contraten obras o suministros con el Estado, los Gobiernos Departamentales, Entes Autónomos, Servicios Descentralizados o cualquier otro órgano público.
2°) Tramitar o dirigir asuntos de terceros ante la Administración Central, Gobiernos Departamentales, Entes Autónomos y Servicios Descentralizados. La inobservancia de lo preceptuado en este artículo importará la pérdida inmediata del cargo legislativo”.
Estamos en el país del “si pasa, pasa”. Alberto Subí renunció a su banca recién luego de que esta información se hiciera pública y aquí no ha pasado nada. Ahora, ¿y qué hay de la responsabilidad de los directores de UTE, Ministerio de Transporte, OSE, Banco de Seguros del Estado y Banco de Previsión Social, que firmaron los convenios sabiendo que eran ilegales debido al cargo de este político colorado? Él renunció, pero quedó forrado. Se va; pero ya logró el objetivo por el cual buscó una banca en la Cámara de Diputados.
Para ellos todo es ganancia; para el pueblo todo es pérdida. El senador Jorge Gandini ha reconocido públicamente lo que otros miembros de la coalición discuten: “No es verdad que se va a ganar menos. Eh... Vas a ganar a los 65 lo mismo que hoy ganas a los 60. Eso es verdad”.
O sea...
Para que den las cuentas solo les da la cabeza para recortar planes sociales, mantener salarios, jubilaciones y pensiones lo más bajo posible, quitar recursos a la educación, invertir menos en medicamentos y aumentar la edad jubilatoria. De recortar sueldos, viáticos, viajes, gastos de representación, vehículos y viviendas de los jerarcas políticos, nadie habla.
En algún momento, más temprano que tarde, será el mismo pueblo el que tome esas decisiones mediante una reforma constitucional que ponga las cosas en su lugar.
¿De qué sirve crecer si solo crecen los mismos de siempre?
¿De qué sirve levantar vuelo si no volamos todos?
"Si nosotros no somos capaces de asegurar una vida digna y decorosa a tres millones de orientales, lo dije una vez y lo repito hoy, somos unos criminales".
Wilson Ferreira Aldunate, durante su discurso en la Explana Municipal tras ser liberado a pocos días de pasadas las elecciones.