Phnom Penh, Camboya, 12 de noviembre, 25ª reunión Asean+3; Bali, Indonesia, 15 noviembre, 17ª Cumbre G20, Bangkok, Tailandia, 29º Foro APEC. En menos de una semana, Asia fue el centro del mundo. Nunca antes, en apenas cinco días, tantos jefes de Estado y de gobierno de las principales potencias planetarias se dieron cita en el hemisferio oriental.
Hacete socio para acceder a este contenido
Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.
ASOCIARMECaras y Caretas Diario
En tu email todos los días
Distintas sedes, distintos organismos, distintos objetivos y alcances, pero todos y cada uno de esos encuentros fueron la expresión del cambio radical que asistimos en el sistema internacional. Mientras el multilateralismo y los organismos y organizaciones regionales occidentales concebidos, promovidos y liderados por Estados Unidos se estancan y debilitan, sus pares asiáticos crecen y se fortalecen y nacen nuevas expresiones y acuerdos de cooperación.
El epicentro del comercio mundial se ha instalado definitivamente en la región Indo-Pacífico y tiene su expresión más lograda en los países miembros de la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (Asean, por sus siglas en inglés) la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico y la Asociación Económica Integral Regional (APEC Y RCEP, respectivamente y por sus siglas en inglés).
Los organismos de integración regional, los acuerdos comerciales bilaterales o multilaterales son, en última instancia, la expresión del orden mundial actual y su creación, las condiciones de acceso y de exclusión de los mismos reflejan la correlación de fuerzas entre las dos grandes potencias mundiales.
Dicho de otro modo, llegó la hora de Asia; asistimos a lo que China califica como “un período de grandes cambios en el mundo sin precedentes en el último siglo” y los tres encuentros fueron una clara demostración del liderazgo de Beijing en una región que es el corazón de la disputa comercial, militar y política con Washington.
“La cooperación de Asean más 3 (APT, por su siglas en inglés), gracias a la paz y la estabilidad en la región, ha promovido su propio desarrollo socioeconómico nacional, ha salvaguardado la seguridad financiera y alimentaria regional”, afirmó el primer ministro chino, Li Keqiang, interviniendo en la sesión plenaria de APT a nombre de su gobierno. En la cita de Phnon Penh también participaron el presidente de la República de Corea, Yoon Suk-yeol, y el primer ministro de Japón, Fumio Kishida.
APT fue creada hace 25 años por los 10 países del sudeste asiático fundadores de la Asean -Brunéi, Camboya, Indonesia, Laos, Malasia, Filipinas, Singapur, Tailandia, Vietnam y Myanmar- más China, Corea del Sur y Japón, con el objetivo a largo plazo de establecer una Comunidad de Asia Oriental.
Su constitución surgió como una respuesta a la crisis financiera asiática de ese mismo año, también conocida como la crisis del Fondo Monetario Internacional por el fracaso del drástico ajuste estructural de corte neoliberal exigido por el organismo financiero internacional.
Medidas como el recorte del gasto público, reducción del déficit fiscal, altas tasas de interés y la liberalización del sector financiero, sumieron a la región en una recesión económica sin precedentes, cuyas consecuencias se hicieron sentir en el resto del mundo.
El protagonismo de China ha ido en continuo aumento y el comercio entre China y la Asean se multiplicó por 85 desde que ambas partes desde que ambas partes establecieron sus relaciones de diálogo en 1991. China ha sido el mayor socio comercial de la Asean durante 12 años consecutivos, mientras que en 2020, la Asean también se convirtió en el mayor socio comercial de Beijing.
Según datos del Ministerio de Comercio de la República Popular, en los primeros 7 meses de este año el intercambio comercial llegó a 544.900 millones de dólares (15 por ciento del comercio exterior total del país) y la inversión bilateral acumulada superó los 340.000 millones de dólares.
En el comunicado final de la cumbre, los países del sur de Asia pidieron avanzar en la implementación de la Asociación Económica Integral Regional (RCEP), salvaguardar la seguridad y la estabilidad de las cadenas industriales y de suministro, fortalecer la integración económica regional y enfrentar los desafíos globales.
La RCEP entró en vigor en enero de 2022, es el tratado de libre comercio más grande del mundo y equivale al 30% del producto interno bruto global. Concentra la mitad de la manufactura mundial, el 26% de participación en las cadenas globales de valor (CGV) y el 70% de la producción de electrónicos y telecomunicaciones.
La asociación -promovida y liderada por China- está conformada por los diez miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean), China, Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda. Junto a la Iniciativa de la Franja y la Ruta y el Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras son los instrumentos estratégicos para la proyección de los intereses chinos en Asia-Pacífico.
La integración en un área de libre comercio de esos 15 países es la demostración más acabada de que el centro del comercio internacional se ha movido del Atlántico norte al sudeste asiático y, cuestión no menor, de la creciente vulnerabilidad de EEUU frente a China.
Hay que recordar que el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP) -el instrumento príncipe de la estrategia “regreso a Asia” del expresidente Obama y al que Uruguay en estos días ha decidido adherir- fue concebido, entre otras cosas, para aislar a China, pero desde que Trump decidió retirarse, su influencia se ha reducido sensiblemente. Muy por el contrario el gigante asiático se ha consolidado como la fuerza hegemónica de Asia-Pacífico e incluso ha solicitado ingresar al TPP y así convertirse en la economía mayor del grupo.
“Asia-Pacífico no es el patio trasero de nadie y no debe convertirse en un escenario de disputa de grandes potencias”, alertó el presidente Xi Jinping en su discurso por escrito a la Cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacifico (APEC), la última de los tres grandes reuniones de alcance mundial realizadas en el continente asiático, celebrada en Bangkok bajo el lema “Apertura-Conexión-Equilibrio”.
El APEC es un mecanismo transpacífico concebido por Australia y Japón en 1989 para promover el crecimiento económico y el bienestar a partir de la liberalización del comercio y la inversión en la región de Asia Pacífico y hoy cuenta con 21 países miembros, entre ellos Estados Unidos, China, Rusia, Chile, México y Perú.
“Ningún intento de librar una nueva guerra fría será permitido por los pueblos ni por nuestra época”, agregó el mandatario sin mencionarlo, pero en evidente alusión a la política de EEUU.
El "desarrollo pacífico" de China es "una elección estratégica del pueblo chino", señaló Xi, que agregó que "la paz y la estabilidad" es "lo que más desea" su país, subrayó el líder asiático en lo que fue su primer viaje al exterior desde que fue reelecto por tercera vez como secretario general del Partido Comunista de China.
A pesar de que las decisiones del Foro se toman por consenso y no son vinculantes para los países miembros, las cumbres de APEC han adquirido una significación de primera importancia para
desarrollar y fortalecer el sistema de comercio multilateral en interés de todas las economías de Asia-Pacífico y sus acuerdos influyen en el resto del mundo.
A la cita tailandesa faltó con aviso el presidente Biden y en su lugar concurrió su vice, Kamala Harris
La ausencia del morador de la Casa Blanca, justificada por su decisión de asistir al casamiento de su nieta, no pasó desapercibida y dio lugar a una serie de especulaciones y comentarios.
El exministro de Relaciones Exteriores del país anfitrión, mezclando reprobación con ironía, que dijo que la actitud de Biden refuerza la percepción en el sudeste asiático de que EEUU está "demasiado ocupado, distante y alejado" para comprometerse efectivamente con Tailandia y la región en general.
Para la prensa china "en comparación con EEUU, la asistencia del presidente Xi en persona a la reunión de líderes de APEC y el enfoque en los asuntos económicos refleja plenamente las sólidas acciones de China para promover la construcción de una comunidad de Asia y el Pacífico con un futuro compartido”. Además contrastó la participación en la cumbre -a pesar de no ser miembro- del presidente francés Emanuel Macron con la ausencia de su homólogo estadounidense.
Harris, quien al margen de la reunión mantuvo un breve encuentro con Xi Jinping, en su discurso afirmó que "no hay mejor socio económico para esta región que EEUU” y, aunque sin nombrar a China, reiteró que su gobierno rechaza “las distorsiones del mercado y las ventajas competitivas injustas” y la “coerción económica”.
El hecho de que Asia haya sido la sede de
tres encuentros de relevancia mundial es la mejor expresión del mundo de hoy.
Se abre paso un multilateralismo bipolar que persigue un modelo de cooperación económica e integración impulsado por China y los países asiáticos más representativos, mientras EEUU y sus aliados occidentales enfrentan el quiebre del sistema unipolar de la pos Guerra Fría y el cuestionamiento de las instituciones que lo sostuvieron.
Horacio, quizás el más grande poeta lírico y satírico en lengua latina, hace más de 2.000 años acuñó la expresión carpe diem, es decir “aprovechar el instante, la hora, el momento”
Es el momento de Asia y también de China y no dejarán pasar su carpe diem.