En pocos meses habremos llegado a la mitad del mandato de Luis Lacalle Pou y sus subordinados de la coalición derechista. El balance, por lo menos hasta ahora, augura que cuando abandone el ambicionado sillón presidencial pasará a la historia como el mandatario que más daño hizo al país desde que retornó la democracia en 1985.
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Datos, no relatos
Cuando los años pasen será recordado como aquel hombre de mediana edad que logró mantener un alto grado de popularidad (que va en picada; pero aún es alto) pese a realizar una gestión antipopular en extremo, en aras de su fanatismo neoliberal. Esta hazaña la logró con la complicidad de los poderosos medios de comunicación afines a su ideología, que se encargaron de mantener entretenida a la plebe ocupando grandes espacios de tiempo y páginas para realzar su imagen. La crónica roja y los problemas económicos fueron perdiendo terreno para que lo importante fuera ver a Luis surfando, paseando con su esposa, pateando pelotas, golpeando una bolsa de boxeo, abrazando a negritos del África, jugando al tenis contra una máquina, cruzando un alambrado, comprando verduras, sacándose selfies, recogiendo un papel de la calle, etcétera. La idea: mostrarlo como una especie de Superman, pero a la vez, un hombre de pueblo.
Un ejército de periodistas cortesanos lo sigue a todas partes para grabar y difundir estas imágenes buscando que la ficción supere a la realidad. Hay que reconocer que han tenido éxito con buena parte de la población. Sin embargo, la realidad está ahí, gritando que ese personaje creado a puro marketing político nos ha hecho retroceder décadas en poco más de dos años.
Veamos algunos datos que sostienen tan temeraria afirmación.
* Gracias a él, Uruguay llegó a ser considerado a nivel mundial como el que menos invirtió (con relación a su PIB) para contrarrestar los efectos de la pandemia.
* Gracias a él, Uruguay dejó de ser el país con el Salario Mínimo Nacional más alto de América Latina y El Caribe.
* Se negó a tocar los ingresos de las familias más poderosas, mientras que desde los medios de prensa oficialistas comenzó una campaña persistente para demonizar el concepto de solidaridad. Lacalle logró imponer el concepto, por medio de sus laderos, de que aquellas familias en situación crítica que el Estado auxiliaba estaban compuestas por “vagos” que “no quieren trabajar”. La moralina contenía frases como que “el trabajo dignifica”; y, precisamente, quienes impusieron esta filosofía fueron los que toda la vida vivieron a expensas del Estado, como los Lacalle, los Sanguinetti y los Heber.
* Recrudeció la represión sindical, conjuntamente con un ataque despiadado a la imagen de los sindicatos.
* Sin llegar al nivel de una dictadura, se produjo un grave retroceso en cuanto a la libertad de expresión. Por citar un hecho paradigmático, recordemos las indagaciones macartistas de la senadora Bianchi contra la docente que se atrevió a increpar al presidente. El gobierno de Lacalle destinó grandes fortunas para beneficiar a la prensa amiga; pero llegando al extremo de no pagar una deuda a Caras y Caretas, que tuvo que llevar el caso a juicio.
El 3 de mayo Reporteros Sin Fronteras (RSF) dio a conocer su informe anual sobre la libertad de prensa en el mundo. Uruguay, que en 2021 se encontraba en el lugar 18 de su clasificación mundial, bajó estrepitosamente 26 posiciones y se encuentra en el lugar 44. El informe señala que “se han registrado varios casos de presiones políticas contra periodistas que cubrían asuntos sensibles, al implicar a miembros de la Presidencia de la república”. “En los últimos años, y a pesar de un contexto favorable, varios periodistas de investigación han sido objeto de amenazas, intimidaciones y presiones judiciales”.
* Esa “prensa amiga” es la que ha tenido como misión magnificar casos como el de la deuda (ya regularizada) de Óscar Andrade con la Intendencia de Canelones; pero no decir nada de la deuda incobrable de la familia del intendente de Rocha, Alejo Umpiérrez, con el BROU. El escasísimo tratamiento por parte de algunos de esos medios y el silencio absoluto de otros sobre los 5 millones de dólares que debe el Partido Colorado a la Intendencia de Montevideo raya en la complicidad. No hablamos de una deuda de algunos meses, sino de tres décadas; deuda que Sanguinetti dejó acumular mientras mueve sus hilos para lograr una exoneración de tributos por su sede de la calle Andrés Martínez Trueba y su cine en Piedras Blancas.
* Lacalle Pou llevó adelante una gestión plagada de hechos de corrupción, logrando en un lapso brevísimo un verdadero récord de escándalos, irregularidades y delitos protagonizados por miembros de la coalición, sobre todo del Partido Nacional y de Cabildo Abierto. Varios dirigentes y jerarcas fueron formalizados y condenados por la Justicia.
* Incumplió casi todas sus promesas electorales, siendo la más notoria la de no subir las tarifas de los combustibles. La única promesa cumplida fue la que se encargó de plantear, en nombre de toda la coalición, a un grupo de empresarios el expresidente Julio María Sanguinetti; la de “desplumar al pollo pluma por pluma para que no chille tanto”. El aplauso que le dieron por tal frase de manera espontánea y efusiva los representantes de la oligarquía fue ominoso.
* Los ataques del oficialismo y la prensa cómplice se extendieron al Poder Judicial, a la Institución Nacional de Derechos Humanos, al Frente Amplio y hasta expresiones de la cultura popular como las murgas.
* Bajo su presidencia se alcanzó un récord histórico de muertes violentas en las cárceles. Solo en 2021 se produjeron 86, la cifra más alta desde que se lleva el registro.
* Se duplicaron las denominadas “muertes dudosas” para simular una baja de los homicidios.
* Mientras se llenaba la boca diciendo que defendía a la Policía, le quitaba salario real con aumentos por debajo de la inflación. Las comisarías tuvieron que pedir ayuda a los vecinos para comprar útiles de limpieza.
* Debido a la prédica oficialista, se multiplicaron los casos de abuso policial; en algún caso con trascendencia internacional por la crueldad aplicada. Aumentaron las agresiones contra los indigentes, tanto por parte de policías como de civiles.
* El mismo día en que Luis Lacalle Pou llegaba a México para criticar a otros mandatarios por el tema derechos humanos, todo Uruguay se enteraba del horror que se vive en el ex-Comcar. Un hombre de 29 años llevaba dos meses secuestrado por otros reclusos sometido a torturas, vejámenes y privación de alimentos. Cuando se descubrió el hecho, el personal de salud constató un grave estado de desnutrición. Entre los maltratos figuraban golpes con una tabla con clavos y agresiones que le dejaron una cadera luxada.
* Se produjo escasez de alimentos y medicamentos en la cárcel de mujeres y hay varias reclusas pasando hambre.
* Día a día aumenta la cantidad de personas que van a pedir auxilio al Mides o a las ollas populares.
* El herrerismo ha dejado bien claro su escaso interés por los derechos humanos. Eso sí; los oficialistas sienten mucha pena con los terroristas de Estado encerrados en Domingo Arena y están estudiando la forma de liberarlos para que cumplan la condena en la comodidad de sus hogares.
*Mientras 66.000 uruguayos pasaron a vivir en la pobreza durante su gestión, él se aseguró lujos faraónicos para toda su familia. Aparte de cobrar el sueldo más alto de todos los presidentes de América Latina y el Caribe, cobra 10.000 dólares adicionales por mes para la alimentación de su familia y la servidumbre.
* Su política económica generó más pobreza y acumulación de la riqueza. Mientras la mayoría de la población sufría la crisis, las familias que lo llevaron al sillón presidencial, usando todo su poder mediático y económico, engrosaron en 9.000 millones de dólares sus cuentas bancarias y, en lugar de producir el prometido “derrame”, se llevaron la mayor parte de ese dinero para bancos del exterior.
*La entrega del servicio portuario a Katoen Natie se hizo de manera tan secreta que los mismos directores de la ANP declararon ante la Justicia que se enteraron por la prensa de lo pactado con el gobierno. Ahora, y debido a las irregularidades con que se realizó semejante entrega, Montecon (una de las muchas empresas perjudicadas) está demandando al Estado. Aunque aún no se ha definido el monto del perjuicio, si Montecon gana el pleito, se vendrán las demás empresas perjudicadas en cascada. Todo por la irresponsabilidad del gobierno; y ese dinero indemnizatorio lo pagaremos todos los orientales.
*La gestión de Lacalle se desarrolló bajo el eslogan “si pasa, pasa”, ya que muchas medidas fueron echadas para atrás solo cuando se descubrían y estallaba el escándalo, como los privilegios aprobados para la empresa privada de Isaac Alfie.
*La gestión de Lacalle se ha caracterizado también por infinidad de casos de acomodos, dedazos y tráfico de influencias, burlándose de los requisitos legales para el ingreso a la administración pública. Se han registrado múltiples denuncias por irregularidades en concursos y nombramientos. Gente sin la menor preparación ha accedido a cargos para los que no tenían más mérito que su apellido, caso de Julio Luis Sanguinetti, cuya carta de presentación con los uruguayos fue el escándalo conocido como “cangrejo rojo”. El nepotismo se instaló como política de Estado en la mayoría de las intendencias gobernadas por la derecha.
*Lacalle ha llevado adelante una política mezquina, negando un fideicomiso a Canelones y un préstamo del BID para saneamiento en Montevideo. No le importó la gente. Su preocupación era que dos futuros candidatos presidenciales de la oposición pudieran realizar buenas obras como intendentes.
Hay mucho más; pero precisaríamos un libro para desarrollarlo. Ahora, alguien podrá pensar que exagero o miento. Pues bien; entonces, si alguien del oficialismo encuentra que he faltado a la verdad, aunque sea en una de estas oraciones, que me demande por difamación e injurias al amparo del artículo 334 del Código Penal.
El que no llora no mama
Por otra parte, la organización Un Solo Uruguay se queja de que con el gobierno del FA discutían; pero con este ni siquiera tienen la posibilidad de discutir.
Mi respuesta no va para los pequeños y medianos productores; pero sí para los de arriba: háganse cargo. Lacalle Pou fue el candidato de la oligarquía rural.
Reconozcan que se equivocaron y perjudicaron a todo el país. Ahora se lamentan; pero no los veo cortando rutas (qué cosa, ¿no?; ahora es ilegal) ni yendo masivamente a Montevideo a protestar, como hicieron contra el Frente Amplio.
Ustedes son los autores morales de este caos; ustedes son los padres de la criatura. Tengan la grandeza y honestidad de reconocerlo y enmendarlo.
Si quieren hablar de más ayuda para el campo, comencemos por el salario de los trabajadores rurales; porque pese al récord histórico de exportaciones con precios de película, ustedes han usado la pandemia como excusa para mantenerlos en la pobreza. La están haciendo a paladas; pero se la están llevando para el exterior y les importa un reverendo carajo el pueblo uruguayo.
Si no es mucho pedir... tengan un poquito de decencia.
Tengan, si es posible, un pequeño destello de amor a la patria; por lo menos para que puedan mirar a los ojos a sus hijos cuando les cuenten cómo hicieron sus fortunas.