Un informe realizado por la compañía de software Scanntech reveló una caída de un 6% en el consumo en almacenes y comercios independientes del país, en lo que va del 2020 —y hasta el mes de setiembre —y en comparación con el mismo período del año anterior. Sin embargo, la facturación aumentó un 5%. Este reporte denominado “Radar Scanntech, publicado en la página web de la firma, analiza la “evolución del consumo de productos de consumo masivo, considerando 220 categorías de productos de alimentos, bebidas, cuidado personal y limpieza, en un panel de aproximadamente 1.500 puntos de venta”. La investigación se realizó sobre una muestra de 1.500 puntos de venta en todo el país, con énfasis supermercados independientes y autoservicios. Actualmente, el sistema Scanntech en Uruguay tiene 6000 puestos de venta registrados.
Hacete socio para acceder a este contenido
Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.
ASOCIARMECaras y Caretas Diario
En tu email todos los días
Además de señalar “una fuerte caída en consumo en lo que va del año (-6%) y crecimiento en facturación (+5%)”, el informe concluye que “enero fue el único mes del año con estabilidad, a partir de febrero todos los meses muestran una contracción en consumo respecto a 2020”. También señala que en agosto del 2021 se registró una caída de 8% respecto al mismo mes del año anterior, con variaciones negativas en todas las familias de productos. Según el reporte, Maldonado y Montevideo son los departamentos que experimentaron las bajas de consumo más significativas.
Al desagregar la información por familia de productos, informan que se observaron caídas “en todos los casos”, aunque las caídas mayores se observan en bebidas y alimentos. Otro dato que se desprende del reporte, es que el gasto promedio de cada compra, en setiembre de este año, fue de $323, evidenciando un aumento de un 4% respecto a 2020.
“El sector no está bien”
En diálogo con el presidente del Centro de Almaceneros Minoristas, Baristas, Autoservicistas y Afines del Uruguay (Cambadu), Antonio Ameijenda, reconoció que el rubro está sintiendo la caída de las ventas, pero explicó que para analizar la baja de consumo de alimentos es preciso observar el contexto, más allá de un sistema de facturación. “El sistema de Scanntech es muy bueno porque incluye muchos puntos de venta, pero también es necesario tener en cuenta que han aparecido en plaza otros puntos de venta, que algunas personas están eligiendo, aunque no estén registrados”. Para el dirigente, estos negocios nuevos son, de alguna manera, consecuencia del desempleo que provocó la pandemia, ya que algunas personas desocupadas optaron por emprender sus negocios. “En Cambadu observamos numerosas inscripciones de socios nuevos, pequeños negocios familiares, como puestos de verdura, que no forman parte del registro de Scanntech. Este tipo de reportes no se pueden ver como un determinante de la totalidad del mercado, pero si de un importante sector”.
Al analizar la situación del rubro, durante la pandemia, explicó que el 2020 fue un año “muy atípico”, donde bajó el consumo de ciertos alimentos y bebidas, pero aumentó la venta de insumos de limpieza e higiene personal. A su vez, remarcó, los bares cerraron y los comercios de cercanía incrementaron sus ventas mediante la comercialización de los alimentos que no podían vender los bares. En tal sentido, insistió en que es necesario analizar “todo el panorama”.
Consultado sobre los factores que influyen en la caída del consumo, Ameijenda se refirió a la crisis económica que impuso la pandemia por coronavirus y a otros factores que inciden en el poder de compra de las personas, como la suba de precios de la canasta básica y el aumento del combustible. También mencionó aspectos como los consejos de salarios y las fluctuaciones del dólar, aunque este último “en este momento está estable”. “El aumento de algunos insumos básicos importantes como la carne, la soja y la harina, utilizados para producir otros artículos, también provocan la suba del producto final. Todos esos aspectos pesan en la economía familiar”.
Al evaluar el escenario actual, con expectativas en la reactivación económica, reconoció que el sector también siente la crisis económica. “Si bien hay nuevos comercios, el sector no está bien. Viene complicado con la baja de consumo desde el 2019. Se podría decir que, en un primer momento, la pandemia favoreció al rubro porque la gente cocinaba en su casa y compraba los insumos en comercios cercanos. En ese sentido, fue de los sectores menos afectados, pero ahora se está notando la baja, entre otras cosas, por el encarecimiento de la canasta y que la gente debe pensar más lo que consume”.
Ante este panorama, según Ameijenda, el desafío del sector es “procurar que el negocio se vaya transformando de acuerdo a las necesidades de la población”. “La gente está más observadora de lo que consume. A veces no es que compre cosas más baratas, sino productos que rinden más. Durante la pandemia, observamos que hay artículos muy baratos, pero de bajo rendimiento. Las personas comenzaron a notar que algunos productos salían el doble, por ejemplo la pulpa de tomate, pero rendía el triple. También se observó un comportamiento diferente en relación con las segundas marcas, que comenzaron a ser vistas como productos que valen mucho menos y tienen las mismas prestaciones que los de mayor precio. Se está apelando más a la compra inteligente”. Este tipo de actitudes son, según el entrevistado, síntomas de la crisis económica, ya que “en un momento económico mejor la gente no tenía tanta observación sobre estas cuestiones”.
Apertura de fronteras
Otro de los desafíos a los que se enfrentará el sector será con la apertura de fronteras prevista para noviembre, lo que impactará en los negocios cercanos a la frontera —así como en comercios de otros departamentos— dada la imposibilidad de competir con los precios de Argentina “Los comercios de frontera son los primeros afectados, pero se extiende a todo el país porque nunca se sabe hasta dónde llega el contrabando”, explicó el dirigente. Este es un aspecto que preocupa, ya que no existen medidas para combatir el contrabando. “Es un problema difícil de resolver que involucra al contrabandista, pero también a la persona necesita comprar sus alimentos. Es un tema preocupante porque la industria nacional está en una desventaja muy grande debido a la diferencia cambaría, que nunca estuvo tan alta”.
Con respecto a las medidas posibles para revertir la situación, el director de Cambadu expresó: “Surgieron propuestas de hacer rebajas para las personas que viven ahí, pero tampoco sabemos cuál sería el límite y podría pasar que personas del centro del país vayan a comprar a la frontera, perjudicando a comercios de otros departamentos. Es muy difícil proceder y no tener idea cómo”.
Cambadu colabora para asistir a familias con desnutrición
La Intendencia de Montevideo registró 223 casos de desnutrición en embarazadas, niños y niñas que viven en diferentes barrios de la capital. El hallazgo se dio en el marco del programa de Apoyo Alimentario del Plan ABC, que gestiona la comuna desde el mes de junio, y que busca casos de malnutrición en las policlínicas municipales. Según una nota publicada en Búsqueda, los casos de desnutrición corresponden a 164 niños y niñas de cero a tres años y a 59 embarazadas, de las cuales 16 son adolescentes. También informaron que la mayor cantidad de casos se ubicaron en barrios correspondientes al Municipio A, como Cerro, Casabó y La Teja. Se hallaron 20 casos de desnutrición en embarazadas, siete en embarazos adolescentes y 81 en infancias. En los barrios de Maroñas, Villa Española, Punta de Rieles (Municipio F) se registraron 16 embarazadas y 27 niños malnutridos, mientras que en Piedras Blancas, Marconi y Aires Puros (Municipio D), fueron 17 embarazadas y 21 niños quienes presentaron síntomas de desnutrición. También se encontraron casos de malnutrición, aunque en menor medida, en otros barrios como Aguada, Prado, Goes (Municipio C) y Punta Carretas, Pocitos, Buceo (Municipio CH). Tras el hallazgo de los casos de desnutrición, la comuna capitalina se encuentra trabajando para que las familias mejoren la alimentación. Una de las acciones que se está llevando a cabo mediante la activación de un convenio con Cambadu, que incluye una red de comercios minoristas en los cuales las personas usuarias del programa, portando el documento de identidad, pueden retirar alimentos en el comercio adherido de su barrio, por una suma de hasta 2.800 pesos al mes, durante 18 meses.