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Cultura | Buitres | Plaza Mateo |

Se fue el 2025 a puro rock

"Canción de Navidad" con calor del sur y pogo: Buitres en Plaza Mateo

Buitres volvió a demostrar que algunas de sus canciones no envejecen y que a pesar de los años, nos continúan acompañando en nuestras vidas.

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En el sur, la Navidad huele a leña y asado bajo el cielo abierto, es un momento de encuentro. El 20 de diciembre de 2025, en Plaza Mateo, Buitres volvió a confirmarlo con un ritual eléctrico bautizado, no por azar, "Canción de Navidad", que no fue solo un show, sino la confirmación eléctrica de nuestra propia identidad.

Fue una noche de celebración rockera a la uruguaya, donde el calor no se combatió sino que se abrazó. El casi verano apretó desde temprano y la gente respondió con el cuerpo, con el pogo persistente, con ese sudor colectivo que también es una forma de comunión.

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Buitres en Plaza Mateo

Buitres en Plaza Mateo

Buitres, la banda emblemática del rock uruguayo, nacida en 1989 de las cenizas todavía humeantes de Los Estómagos, volvió a plantarse frente a su público, que una vez más los acompañó en cada una de las canciones.

El setlist fue un recorrido por esa historia compartida durante más de tres décadas. "La invitación" abrió el camino para que todos los presentes comenzaran a ser parte del espectáculo. "Calaveratur" y "Música de bordeadoras" encendieron el pulso más áspero, ese que hizo de Buitres una banda popular sin volverse dócil.

El espectáculo tuvo su momento de oscuridad cuando entonaron "Madrugada", mientras que en "El tercer deseo" fue un recuerdo de que tanto en el rock como en la vida, pedir es una manera de resistir.

Con el paso de las canciones (muchas de esas que no eran entonadas desde hacía mucho tiempo), el pogo fue subiendo de intensidad y sumando más y más personas que entre empujones, cantos y alegría acompañaron a la banda durante toda la noche.

"Soy del montón" fue coreada como una consigna colectiva, una declaración de principios que atraviesa generaciones. "La primera vez" volvió a sonar nueva, como si cada escucha fuera realmente la primera, y los clásicos "Canción de cuna" y "No te puedo matar", sellaron una certeza compartida: hay canciones que no envejecen porque envejecemos con ellas.

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La historia de Buitres: 36 años de rock

Buitres nació en 1998, luego de la disolución de Los Estómagos. A Gabriel Peluffo, Gustavo Parodi y Marcelo Lasso, se le sumó Pepe Rambao. Su primer disco homónimo de 1990 marcó el camino de la banda en el que mezcló la crudeza sonora con la sensibilidad callejera.

A lo largo de su historia, los cambios de formación, principalmente en la batería (hoy en manos de Federico Bianco), ampliaron el pulso rítmico de la banda sin alterar su esencia. En ese entramado aparece también Orlando Fernández, integrante célebre del universo Buitres, que se mantiene hasta el día de hoy como el bajista de la banda.

Independientes aun en la masividad, Buitres eligió siempre el borde antes que el centro cómodo, la canción antes que el cálculo. Por eso "Canción de Navidad" no fue nostalgia sino vigencia. En Plaza Mateo no hubo invierno ni melancolía importada: hubo calor, humo, pogo y una multitud cantando bajo el cielo de diciembre.

En Uruguay, la Navidad también puede ser esto: una banda que no se va, una plaza llena, el fuego encendido, en la parrilla o en el escenario, y la certeza de que algunas canciones, como algunos afectos, nos acompañan toda la vida.

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