Hacete socio para acceder a este contenido

Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.

ASOCIARME
Cultura | Cristina Peri Rossi | exiliada | César Bianchi

Efemérides

Cristina Peri Rossi, habitante de la escritura

El 12 de noviembre de 1941 nació la escritora, poeta, profesora y traductora Cristina Peri Rossi, referente innegable de la literatura de habla hispana.

Suscribite

Caras y Caretas Diario

En tu email todos los días

Cristina Peri Rossi (1941) es una de las figuras más destacadas de la cultura uruguaya. Eterna exiliada, vive en Barcelona desde los '70. En sus palabras: "Soy una escritora uruguaya que vive en Barcelona, escribe en castellano y es, por tanto, una especie de extranjera en todas partes. Para los españoles, soy barcelonesa, para los barceloneses, soy uruguaya, y para los uruguayos, soy española".

Mujer que adora a las mujeres, el erotismo, el (des)amor y las distancias son temas recurrentes en su obra. Durante su carrera ha explorado la narrativa, la poesía, el ensayo, el artículo periodístico, el relato. Peri Rossi es una artista prolífica y referente para varias generaciones.

Obtuvo los premios: Vargas Llosa de relatos, Loewe de poesía, Ciudad de Torrevieja, Don Quijote de la Asociación de Escritores de España, Rafael Alberti y Ciudad de Barcelona. La Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas la eligió en 2008 como la escritora que más había contribuido a la lucha por la paz y la justicia en el ámbito castellano. En 2021 recibió el Premio Miguel de Cervantes.

Cuando César Bianchi le preguntó para qué sirve la poesía, ella dijo: "Nada sirve, salvo respirar cada día. Es lo único imprescindible. De qué goza cada cual es asunto propio".

Vía crucis

Cuando entro

y estás poco iluminada

como una iglesia en penumbra

Me das un cirio para que lo encienda

en la nave central

Me pides limosna

Yo recuerdo las tareas de los santos

Te tiendo la mano

me mojo en la pila bautismal

tú me hablas de alegorías

del Vía Crucis

que he iniciado

-las piernas, primera estación-

me apenas con los brazos en cruz

al fin adentro

empieza la peregrinación

muy abajo estoy orando

nombro tus dolores

el dolor que tuviste al ser parida

el dolor de tus seis años

el dolor de tus diecisiete

el dolor de tu iniciación

muy por lo bajo te murmuro

entre las piernas

la más secreta de las oraciones

Tú me recompensas con una tibia lluvia de tus entrañas

y una vez que he terminado el rezo

cierras las piernas

bajas la cabeza

cuando entro en la iglesia

en el templo

en la custodia

y tú me bañas.

Mi casa es la escritura

En los últimos años

he vivido en más de cien hoteles diferentes

(Algolquín, Hamilton, Humboldt, Los Linajes

Grand Palace, Víctor Alberto, Reina Sofía, City Park)

en ciudades alejadas entre sí

(Quebec y Berlín, Madrid y Montreal, Córdoba

y Valparaíso, París y Barcelona, Washington

y Montevideo)

siempre en tránsito

como los barcos y los trenes

metáforas de la vida

En un fluir constante

Ir y venir

No me creció una planta

no me creció un perro

Sólo me crecen los años y los libros

que dejo abandonados por cualquier parte

para que otro, otra

los lea sueñe con ellos

En los últimos años

he vivido en más de cien hoteles diferentes

en casas transitorias como días

fugaces como la memoria

¿cuál es mi casa?

¿dónde vivo?

Mi casa es la escritura

la habito como el hogar

de la hija descarriada

la pródiga

la que siempre vuelve para encontrar los rostros conocidos

el único fuego que no se extingue

Mi casa es la escritura

casa de cien puertas y ventanas

que se cierran y se abren alternadamente

Cuando pierdo una llave

encuentro otra

cuando se cierra una ventana

violo una puerta

Al fin

puta piadosa

como todas las putas

la escritura se abre de piernas

me acoge me recibe

me arropa me envuelve

me seduce me protege

madre omnipresente.

Mi casa es la escritura

sus salones sus rellanos

sus altillos sus puertas que se abren a otras puertas

sus pasillos que conducen a recámaras

llenas de espejos

donde yacer

con la única compañía que no falla

Las palabras.

No quisiera que lloviera

No quisiera que lloviera

te lo juro

que lloviera en esta ciudad

sin ti

y escuchar los ruidos del agua

al bajar

y pensar que allí donde estás viviendo

sin mí

llueve sobre la misma ciudad

Quizá tengas el cabello mojado

el teléfono a mano

que no usas

para llamarme

para decirme

esta noche te amo

me inundan los recuerdos de ti

discúlpame,

la literatura me mató

pero te le parecías tanto.

Dejá tu comentario

Forma parte de los que luchamos por la libertad de información.

Hacete socio de Caras y Caretas y ayudanos a seguir mostrando lo que nadie te muestra.

HACETE SOCIO