La educación como práctica de la libertad: una idea-estandarte del pedagogo brasileño Paulo Freire, y el título de su primer libro. Freire nació en Recife, Brasil, el 19 de septiembre de 1921 y vivió hasta mayo de 1997. Fue filósofo y pedagogo, ocupó diversos cargos estatales desde los que desarrolló sus teorías educativas, enfocadas en la alfabetización de las clases pobres.
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Su trabajo ha recibido diversos nombres, algunos coincidentes con sus publicaciones: pedagogía del oprimido, pedagogía de la pregunta, pedagogía crítica, pedagogía de la esperanza. Sus ideas fueron, y siguen siendo, revolucionarias, aunque parezcan a veces obvias: que la educación enseñe a pensar, que nos haga libres. Y sin embargo, los sistemas educativos formales siguen priorizando la memorización, la repetición y la normativización de la conducta.
Freire nació en el seno de una familia de clase media empobrecida y durante la Gran Depresión experimentó la miseria y el hambre, lo que marcó su camino personal y profesional futuro. Sus ideales lo condenaron al exilio político en 1964, tras 70 días de encarcelamiento por traidor a la patria. Vivió en Bolivia, Chile y Suiza.
"Paulo Freire se ocupó de los hombres y mujeres «no letrados», de aquellos llamados «los desarrapados del mundo», de aquellos que no podían construirse un mundo de signos escritos y abrirse otros mundos, entre ellos, el mundo del conocimiento (sistematizado) y el mundo de la conciencia (crítica). Porque para Freire el conocimiento no se transmite, se «está construyendo»: el acto educativo no consiste en una transmisión de conocimientos, es el goce de la construcción de un mundo común", en palabras del académico Juan Manuel Fernández Moreno.
En palabras de Freire: