A pocas horas de que el Frente Amplio elija sus nuevas autoridades y cierre un proceso de autocrítica por la dolorosa derrota electoral, después de 15 años de gestión, Daniel Martínez, su último candidato a la presidencia, habló con Caras y Caretas y analizó algunas de las razones del fracaso en las urnas.
Hacete socio para acceder a este contenido
Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.
ASOCIARMECaras y Caretas Diario
En tu email todos los días
El exintendente está convencido de que la derecha uruguaya utilizó «algunos métodos cuestionables» para convencer a la gente de que «todo estaba mal en el país», y provocar «indignación y odio ideológico contra el Frente Amplio».
Comparó esa estrategia con la que se puso en práctica en algunos países de la región mediante el lawfare y las acusaciones judiciales falsas contra figuras políticas que después “quedaron en la nada”.
Consideró que, si bien en Uruguay no se llegó a tanto, como en Brasil, Chile o Ecuador, donde se apeló a la judicialización de la política «inventando causas que después quedaron en la nada», se puede
decir que aquí, la derecha generó un método «a la uruguaya» para lograr el mismo resultado.
Mensajes falsos por redes sociales
«Se utilizó una estrategia de segmentación de las redes sociales para llegar con mensajes falsos a algunos sectores, generando odio ideológico e indignación contra el Frente Amplio», recalcó.
«Dentro de las reglas de juego democrático, esta gente trabajó para convencer a algunos sectores de
la sociedad de que estaba todo completamente mal, cuando no era así», explicó Martínez.
Según sus palabras, el Frente Amplio «no tuvo la capacidad de contrarrestar eso”, y por ese motivo,
llegó a las elecciones “con una baja intención de voto».
Recordó que la coalición multicolor sentó las bases de su campaña en el tema de la inseguridad, y que «hoy, la realidad demuestra que estamos igual o peor que antes».
«Recordemos cuando armaron una gran alharaca porque hubo 5 muertes en una semana, y ahora resulta que recientemente hubo 8 muertes en siete días, y nadie hizo el mismo ruido», agregó.
Lo mismo pasó, a su entender, con otros temas con el solo fin de demostrar que estaba «todo mal», por
ejemplo, con la desvalorización del ordenamiento macroeconómico del país o con el “falso descalabro de Ancap”.
«Se habló de la desaparición de millones cuando nada de eso sucedió, y así lo laudó la investigación
de la justicia. Puede resultar discutible alguna decisión, pero de ninguna manera hubo
corrupción», destacó.
“A la uruguaya”
Para Martínez, lo que pasó en Uruguay, es parte de la estrategia que hubo en diferentes lugares del mundo, y que, en la región, tuvo a Brasil como caso emblemático. «Que un juez inventara pruebas con un objetivo político ya fue el extremo de la inmoralidad», opinó.
Para el excandidato, el método más cuestionable que se utilizó en la campaña que llevó a la presidencia a Luis Lacalle Pou fue «el uso de las redes sociales para la mentira y para acusaciones de supuesta corrupción que después fueron a la justicia con gran ruido y difusión de la prensa, y terminaron en un cajón del juzgado, porque no
tenían ningún asidero».
«Pese a que el gobierno del Frente Amplio, en 15 años, mejoró la distribución de la riqueza, llevó la pobreza de un 30 a un 7%, y puso en práctica políticas sociales inclusivas, no supo manejar esta campaña de desinformación y mentira, que acabó generando odio ideológico e indignación en algún sector de la sociedad».
«Hubo enormes cambios en el país, pero muchos, inmersos en su pequeño problema, quedaron enojados. Aquí influyó la micro segmentación por las redes sociales y el uso de la tecnología, al punto que, en algún momento, un miembro de la coalición dijo que había que generar más indignación contra el FA. Hubiese sido bueno que esto no pasara, y que, en un marco democrático, se debatieran ideas, sin crear fantasmas donde no los
hubo», expresó.
Aclaró que esto no solo pasó en Uruguay. “En Europa mismo muchos gobiernos exitosos terminaron siendo castigados por la gente, principalmente por parte de sectores que se enojan con la democracia porque no pueden acceder a las cosas que el mercado les niega. Por eso, hay que volver a un mundo donde se debatan ideas y no
mentiras”, observó.
Grupo Puebla
Daniel Martínez participó junto a referentes políticos de Latinoamérica, el Caribe y España, de la séptima reunión del Grupo Puebla que se realiza en México bajo la consigna «Cambio ahora».
Consultado respecto a la trascendencia de este encuentro, señaló que «se está dando una consolidación del Grupo Puebla, un grupo que nació para el intercambio de los sectores progresistas dentro de América Latina, el Caribe y España, y que tiene por objetivo intercambiar experiencias en busca de la profundización de la democracia en Latinoamérica».
«Sin duda existe la confrontación de dos grandes modelos, uno mucho más de derecha, con la expresión del más puro neoliberalismo, y en algunos casos, acompañado de visiones autoritarias. Y el otro, que nosotros defendemos, que es el progresismo que busca el desarrollo y la inclusión social, con profundización democrática».
«Este grupo no es nada formal, ni tiene una estructura, ni recursos propios. Cada uno de los que vinimos asume sus gastos. Lo que se busca es generar un debate de ideas, aportar, compartir experiencias, y buscar apoyarnos a partir de las declaraciones conjuntas y de darnos una mano solidaria, cada vez que haga falta», concluyó.