La bajada es una fiesta que se ha convertido popular sobre todo entre los jovenes uruguayos. Es una fiesta masiva, donde una multitud concurre en los últimos años a la Rambla a la altura del Parque Rodó, y se decreta "La Bajada" en relación al fin de año y lo que se pospone para el siguiente año. Peñarol utilizando la oportunidad de la fiesta recordó una particular bajada futbolística.
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En los archivos históricos de Peñarol, un clásico inolvidable del 2016 resalta como un punto de inflexión. Aquel partido, disputado ante Nacional, terminó con un vibrante empate 2-2, pero fue una jugada puntual la que quedó grabada en la memoria de los hinchas.
En un momento crítico del encuentro, ya finalizando el partido Guillermo Rodríguez quedó mal parado ante la velocidad del delantero tricolor Sebastián Fernández. Desbordado por la jugada y con Fernández a punto de quedar mano a mano con el arquero, Rodríguez recurrió a una dura infracción desde atrás, lo que le valió la tarjeta roja directa por parte del árbitro.
La expulsión fue categórica y justificada, ya que Rodríguez era el último hombre en defensa. Peñarol quedó con diez jugadores en un momento crucial del partido, cuando el marcador favorecía 2-1 a Nacional.
Sin embargo, lejos de rendirse, el equipo dirigido por Pablo Bengoechea mostró carácter y resiliencia. Con un hombre menos, los aurinegros lograron igualar el marcador 2-2, con un gol agónico de Marcel Novick, un resultado que no solo salvó el honor en el clásico, sino que se convirtió en un punto clave para el desenlace del campeonato.
Semanas después, Peñarol se consagró campeón del fútbol uruguayo, y ese empate agónico quedó marcado como uno de los momentos determinantes de la campaña.