Los días previos, dónde hubo emboscadas a los hinchas de Boca Juniors que viajaron a Río de Janeiro por la disputa de la final de la Copa Libertadores 2023. Pese al aumento de la seguridad y controles, horas antes de la final estos actos no cesaron.
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El primer enfrentamiento que se hizo viral fue el único que se produjo entre hinchas del "xeneize" y Fluminense, que tuvo lugar en una estación de metro, en dónde hubo corridas por las escaleras mecánicas del lugar. Más allá de todo, el problema no pasó a mayores y rápidamente cesó la disputa.
Ya sobre la hora del partido, y en la zona de acceso al Estadio Maracaná, la “Barra 12”, que llegó en las últimas horas a Río de Janeiro, tuvo fuertes cruces con la policía local. En primer lugar, hubo represión contra los parciales con palos e incluso sables.
Minutos después, en la puerta del Estadio, uno de los jefes de la “Barra 12”, Rafael Di Zeo, se cruzó duramente con la policía, la cuál respondió con gases lacrimógenos, los cuales afectaron a todos los parciales argentinos que estaban entrando a la tribuna.
Hay que recordad que se estima que a Brasil viajaron unos 130.000 hinchas de Boca Juniors, pero sólo se les permitió el acceso a 20.000 de ellos, el resto se reúnen en el Sambódromo de Río de Janeiro, dónde estaba previsto la colocación de una pantalla gigante, pero, pese a las gestiones por parte de AFA, las autoridades locales se negaron a colocarla.
Muchos hinchas que fueron a Río, mostraron su preocupación por lo que pueda suceder al término del partido con las barras de ambos clubes, independientemente del resultado que tenga la final. La policía y autoridades, más que nunca, están al pendiente de esto y buscarán que los problemas no vuelvan a repetirse en la salida de los clubes.