El partido entre Rampla Juniors y Wanderers, que culminó con igualdad a uno lo que decretó el descenso del picapiedra, pasará a la historia por lo polémico, intrigante y hasta emocionante, que mantuvieron en vilo a los hinchas hasta el final.
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Sin embargo, uno de los puntos trascendentales en esto fue la muy mala actuación de Esteban Guerra, quien estuvo a cargo del arbitraje del partido. La primera situación se dio luego de que no expulsara a Dibble por un claro planchazo, algo que corrigió tras la llamada del VAR. Fue casualmente Ferreyra (a cargo del VAR) que volvió a salvar a Guerra cuando lo llamó para que sancionara un clarísimo penal a favor del bohemio.
Pero sobre el cierre todo se desmadró. Primero una adición extrema (agregó 9 minutos pero se jugaron casi 12 de descuento) en el que sanciona un inexistente penal para Rampla Juniors que pese a revisarlo lo dio por válido. El remate fue atajado por el golero bohemio y Rampla descendió.
El duro comunicado de Wanderers
Al finalizar el partido, el elenco bohemio emitió un comunicado en el que informan su “honda preocupación” por el nivel del arbitraje durante el partido. Destacan al menos seis fallos contra el club, sumado a una adición “sin la menor justificación”.
“Nuestra institución solicitará una audiencia en forma grave y urgente al Colegio de Árbitros, para pedir explicaciones sobre un arbitraje absolutamente parcial y bochornoso, en defensa absoluta de la deportividad, la justicia y que los partidos los decidan los jugadores en cancha”, cierra.