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Derecho Humanos Misiones de Paz | Ejército |

Cuando no hay paz, imponiéndola

Diario de un sargento uruguayo de Misión en el Congo

Los entretelones de una misión en el Congo pasó para un sargento uruguayo de la vocación al martirio, del que ninguna autoridad en Uruguay se hizo eco.

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Una misión en el Congo (MONUSCO) raramente es noticia que acapare titulares, salvo cuando algún medio de prensa o la visita del Ministro o el Presidente hace encender los focos de las cámaras, esas que no se prendieron para un Sargento uruguayo, que estaba dispuesto a denunciar situaciones de acoso laboral y extralimitación de las tareas de paz.

Un Congo sin paz

Para el Sargento uruguayo H.B. con 19 años de servicio en el Ejército, su cuarta misión en el Congo en el año 2020 no debería deparar ninguna contratiempo, pero la estadía se convirtió en un estado de angustia y un retorno con diagnósticos de enfermedades que no tenía, sanciones y la indiferencia de sus jerarcas, según consta en la denuncia que presentó en el Ministerio de Defensa.

Para la carrera de un oficial y sub oficial del ejército participar de las misiones de paz no solo implica adquirir aprendizaje y poder cumplir su vocación de militar; también implica una mejora de sus ingresos ya que los mismos entre el pago de la misión mas los viáticos rondan los 30 mil dólares.

A pesar de ser su cuarta misión, donde se producen renovación de las jerarquías militares en el Comando y las Compañías en el Congo, este Sargento perteneciente a uno de los Grupos de Artillería, ya encontró en el Pre- Congo (una capacitación en Uruguay previo a aterrizar en el país africano) un clima distinto al de otros años.

En la estricta imposición de una orden, como muchas no claras y carentes de sentido común, el Sargento inició su nuevo viaje al Congo con una sanción que intentó recurrir, y sería la primera de varias.

La "vaca" congoleña

Al llegar a su Compañía, la Alfa, (una de las cuatro compañías que están desplegadas en el Congo) como Sargento estaba al frente de once soldados.

Recibió la orden de que cada integrante debía poner dos dólares para el arreglo de vehículos y reparación de techos de las instalaciones.

Si bien el monto no parece exagerado para alguien que al fin de la estadía va a recibir 30 mil dólares y las necesidades de arreglo eran objetivas, el Sargento entendió que dichos costos estaban presupuestados por la ONU, por lo que entendió que el criterio no era de recibo. (el presupuesto para el año 2021- 2022 era de $ 1.123.346.000)

Planteó como alternativa que el dinero se tomara en todo caso de los fondos de las Compañía, un fondo previsto para celebrar cumpleaños, pero la respuesta fue considerada fuera de lugar y fue sancionado con 5 días de arresto a rigor; era la segunda sanción para empezar a cuestionar en el legajo sus 19 años de carrera militar.

Cuando recurso la sanción, el recurso presentaba algunas faltas de ortografía, por lo que fue nuevamente sancionado y para completar el panorama, se contagió de Covid.

El frente de Bunia

Recuperado del Covid es enviado meses después al frente de Bunia, territorio de Irumu, la capital administrativa de la actual provincia de Ituri (antigua Provincia Oriental) en la República Democrática del Congo.

En dicho frente recibió la denuncia de que en uno de los contenedores que se encontraba en los limites de la unidad militar se había practicado un pequeño boquete por el que en la noche ingresaban mujeres congoleñas para mantener relaciones sexuales.

Con su grupo tapeó el boquete, definió medidas de vigilancia que le ordenaron, por toda medida ante la denuncia.

Como siguió recusando las sanciones el hostigamiento fue increcendo, acompañado de Tenientes que que no asumían la responsabilidad de las ordenes dadas, cambiándole el relato según con el Teniente o Coronel que hiciera el planteo.

Según denuncia además, la Doctora a cargo de recibir denuncias de acoso laboral a quién planteó algunas de las denuncias, era la pareja sentimental de uno de los Tenientes en el litigio.

Allí empezó notar que surgían informes cuestionando su estabilidad emocional y se llegó a plantear que no estaba apto para estar al mando de sub alternos.

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Denuncia extraviada

Con parte de estos informes las autoridades de la Compañía decidieron quitarle el mando de su grupo y lo pusieron al frente del control de los sancionados.

Esta situación que sintió como una humillación a su carrera empezó a que la denuncia fuera tomando cuerpo en su cabeza a la que fue sumando otras situaciones que entendía, eran por ejemplos los ejercicios físicos en la Plaza de Armas, que pasaron del necesario entrenamiento, a un castigo físico.

Ahogos innecesarios por utilización desmedida de gases, entrenamiento con visos de apremios físicos fueron completando la denuncia que finalmente presento, en una jornada de 7 horas de interrogatorio.

Presentó testigos pero estos no atestiguaron; al tiempo supo que fueron amenazados con no cobrar viáticos ni la misión.

Cuando finalmente al termino de la misión se presentó en su Unidad en Montevideo y consultó a su Comandante por la denuncia presentada en el Congo y los informes, le comunicaron que no había ni noticias de las mismos.

Solo había llegado el legajo con las sanciones y un informe médico que exponía las situaciones de angustia y aconsejaba tratamiento psiquiátrico.

A partir de allí presentó denuncia en el Ministerio de Defensa que desde entonces espera respuesta.

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