El 11 de mayo de 1958 era domingo. Finalizaba ese día un congreso nacional de trabajadores de la construcción que, reunido en Montevideo con delegados de todo el país, acordaba la creación de un sindicato único para toda la industria. Terminaban así décadas de dispersión y nacía el Sindicato Único Nacional de la Construcción y Anexos (Sunca), un instrumento para la defensa de los intereses de los obreros del sector que les permitió importantes conquistas sociales.
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Analizando este proceso, Daniel Diverio, secretario general del Sunca, dijo a Caras y Caretas que en este complejo 2021 el sindicato constituye una “herramienta de unidad que nos permite a los trabajadores, justamente, seguir levantando las banderas reivindicativas”.
En este 63º aniversario de la constitución del sindicato, ¿cómo se encuentra el Sunca y la industria de la construcción en general?
La fecha del 11 de mayo tiene una particularidad muy especial. Recordamos lo que hicieron aquellos viejos queridos que en 1958 se reunieron para buscar espacios de unidad, con amplitud y generosidad.
En realidad la lucha de los trabajadores de la construcción no arranca en 1958, tiene una historia mucho más rica. Se habla de que cuando se construía la fortaleza de Santa Teresa, y hay documentos que lo certifican, los trabajadores de la época mandaban una carta al virrey reclamando no trabajar en los días de tormenta eléctrica y no sufrir castigos ante el incumplimiento de las tareas. Un poco más acá, cuando se construía Piriápolis, también está documentado, los trabajadores reclamaban tener el derecho al agua potable y no recibir más apremios físicos. O sea que hay una historia de lucha previa a 1958.
Por eso decimos que esos viejos, que venían con sus mochilas cargadas de derrotas y de victorias, fueron capaces de dejar al costado sus diferencias para construir una herramienta de unidad. Instrumento de unidad que lleva el nombre de Sindicato Único Nacional de la Construcción y Anexos, que permitió enfrentar al pachecato, ser parte de la huelga general de la CNT contra el golpe de Estado, que fue parte de la resistencia clandestina en defensa de la Ley 14.411, que fue parte junto al pueblo de la derrota de la dictadura y el regreso de la democracia. Y de ahí para acá podemos hacer un libro con los avances históricos de nuestro gremio. Está claro que no hubiéramos logrado ninguna conquista sin aquellos viejos que construyeron esta herramienta de unidad que nos permite hoy tener otra expectativa.
En este año 2021, un año complejo, esa herramienta de unidad es lo que nos permite a los trabajadores de la construcción tener elementos para, justamente, seguir levantando las banderas reivindicativas.
Por eso este año, está claro que el tema sanitario es prioritario y por eso nosotros peleamos por un protocolo de prevención de la covid-19, pero tenemos otros desafíos y estos tienen que ver con la defensa del empleo y a partir de eso el reclamo de inversión pública como la gran generadora de empleo. Por cada puesto de trabajo en la construcción hay uno o dos puestos indirectos. Y la garantía para mantener el nivel de ocupación en la construcción tiene que ver con la inversión pública.
La decisión de este gobierno de derecha, de recortar los recursos de las empresas públicas, genera mayores dificultades en los sectores más carenciados para acceder a la educación, la salud y fundamentalmente la vivienda. En este caso el recorte es grosero y no solamente para un sector importante de la población que no puede acceder a la vivienda social, sino porque genera miles de puestos de trabajo.
Por eso el objetivo para este 2021, en el marco del aniversario, es poner proa a lo que va a ser un encuentro programático que vamos a organizar con dos o tres ejes de discusión como son el empleo con inversión pública; la seguridad social, que en el marco de la pandemia y por intermedio de la LUC se generó esta comisión de notables cuya única argumentación es el recorte de pensiones y jubilaciones y los años de aporte.
En tercer lugar la vivienda, no solamente como un factor de derecho humano, sino también como un generador de empleo.
Por eso este 11 de mayo, a pesar de la pandemia, a pesar del gobierno de derecha, no bajamos nuestras banderas reivindicativas y nos preparamos para generar mejores condiciones de hacer grades movilizaciones para lograr este objetivo.
Usted señaló los desafíos que provoca la pandemia, y en este sentido el Sunca ha tenido un conflicto en la planta de UPM por este tema. ¿Cómo se desarrolla la situación ahí?
La pandemia, en general en la industria y por el trabajo que hacemos al aire libre, no ha provocado la misma dificultad que a otros sectores. Pero particularmente la obra de UPM, que tiene 3.500 trabajadores, que por lo general no son de la zona y tiene que convivir en alojamientos tanto en Paso de los Toros, en Pueblo Centenario o en Durazno, hace que la situación de la covid-19 sea mucho más compleja, porque cualquier compañero con síntomas se replica mucho más en esos lugares.
Sentimos mucha preocupación, no solo por la salud de los compañeros, sino también mucha preocupación por la población de los lugares donde se están alojando. Tuvimos unos días de conflicto, paramos la planta no reclamando un premio ni un aumento de salario, sino reclamando por la vida. Por eso exigimos que se tomaran medidas que aportaran y se sumaran al protocolo que tenemos para intentar bajar al mínimo la posibilidad de contagio en la planta. Yo creo que se tomaron medidas, se lograron avances que permitirán generar condiciones para que los contagios no se den, por lo menos, en los niveles que se estaban dando.
En el marco de este aniversario, el Sunca está movilizado por la recolección de firmas contra 135 artículos de la LUC. ¿Cómo viene la marcha de esta iniciativa?
Creo que la campaña arrancó con mucha fuerza a pesar de ser austera porque no había un mango ni siquiera para hacer un afiche, pero había una necesidad del campo popular de salir a militar, fundamentalmente para confrontar con las decisiones de las políticas neoliberales. Y eso creo que es un gran empujón.
Después tuvimos dificultades de infraestructura, y en medio de la pandemia mayores dificultades para seguir militando al ritmo que veníamos para lograr juntar las firmas. Algunos gremios, como la educación, están inactivos porque no hay clases presenciales.
De todas maneras creo que fue muy importante el 1º de Mayo. La convocatoria del Pit-Cnt a una gran movilización en todo el país con la característica de hacer barriadas, de juntar firmas en las plazas, en las esquinas, fue una gran jornada no solamente por la cantidad de firmas que se recogió, sino también fue una demostración de que las firmas están y lo que nosotros necesitamos es un ejército de miles de militantes para recogerlas. Ese día no solamente se juntaron las firmas, sino que la jornada también permitió que miles de compañeras y compañeros que iban a firmar por primera vez se comprometían a sumarse a las brigadas. Eso permitió que a partir del 1º de mayo se multiplicara la cantidad de militantes en la calle. Eso fue un gran impulso para estar gran recolección.
En la construcción en particular, estamos llegando a las 35.000 firmas, que es importante para el gremio, insuficiente, pero vamos a seguir trabajando para superar largamente la cifra.
Si bien la industria de la construcción tiene convenio salarial vigente, ¿cómo se ve desde el Sunca la situación salarial en general?
En junio se convocará a la novena ronda de Consejos de Salarios. Nosotros tenemos convenio firmado, pero vamos a ser solidarios con todos los gremios que van a ser convocados a negociar. Porque cualquier retroceso de los gremios va a ser nuestro retroceso y los avances también serán nuestros. Porque de esto no se sale solo, es colectivo. Más allá de tener convenio firmado, si logramos que la mayoría de los trabajadores avancen, va a ser un escenario para mantener lo que tenemos y seguir avanzado. Por eso miramos con mucha expectativa a pesar de que tenemos claro que el objetivo que tiene el gobierno es utilizar la misma herramienta que el año pasado de ubicar una fórmula para la rebaja del salario y en consecuencia de las jubilaciones y pensiones.
En definitiva lo que tiene claro el gobierno es lograr que el déficit fiscal se licúe en las jubilaciones los salarios. Está claro que es un desafío que no es menor y que hace que no sean los trabajadores y los jubilados quienes paguen el costo de la crisis.
Y, sin embargo, a aquellos mallas oro de los que hablaba el gobierno, que eran los que nos iban a salvar, no se los toca. Ahora los mallas oro están vendiendo la soja al precio que la están vendiendo. Son lo que tienen un rendimiento de la producción de arroz que es récord. Es momento de que esos mallas oro empiecen a aportar a la sociedad en un momento tan jodido y no seguir haciendo lo que hace el gobierno de ajustar el cinturón a los que trabajan.
Uno de los temas que tratará el encuentro programático será el del empleo. ¿Cómo se encuentra ese tema en la industria de la construcción?
La industria de la construcción tiene un nivel de empleo que es similar al del campo que mantiene el nivel de actividad. En el sector el promedio histórico es de 38.000 puestos de trabajo, llegamos a tener 72.000 en 2013 y ahora estamos en una meseta que está entre 42.000 y 46.000 trabajadores. Cuando firmamos convenio estábamos en 42.500 trabajadores; hoy estamos en 45.000. Tuvimos un pequeño crecimiento.
Ahora, es cierto que no está en crisis la industria, pero el tema es que la construcción es una gran absorbedora de trabajadores que están libres, o sea, de mano de obra desocupada. Aquel que se queda sin trabajo en la fábrica o la tienda encuentra en la construcción la oportunidad de laburar. Eso hace que si la construcción no despega, es muy difícil absorber puestos de trabajo.
Ahora, la preocupación que tenemos es que mantenemos este nivel de ocupación a partir de obras que vienen del gobierno anterior. Tenemos por ejemplo UPM, Ferrocarril Central, el Puerto de Montevideo, el viaducto de la rambla portuaria. En esa franja hay entre 8.000 y 10.000 trabajadores. Está claro que esas obras terminan a partir de 2023 y la expectativa que tenemos sin inversión púbica es que va a haber menos puestos de trabajo. Por eso a pesar de que hoy no estamos en una crisis de ocupación en la industria estamos viendo de que mantenemos los puestos de trabajo con proyectos que vienen del período anterior. Por ejemplo las PPP con la que se están construyendo los CAIF y los centros de educación de primera infancia en todo el país vienen el período anterior. O lo que tiene que ver con algunas obras puntuales que se están haciendo de vivienda. El problema es que terminadas esas obras la expectativa que tenemos es que habrá una caída muy importante en la industria si no se toman medidas.