Hacete socio para acceder a este contenido

Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.

ASOCIARME
Política

EL GOBIERNO ENCERRADO EN SU IDEOLOGÍA

¿Dónde está Arbeleche?

El viernes 15 de enero, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, insistió en una política fiscal expansiva para hacer frente a la pandemia del coronavirus; la gerente búlgara instó a los países para “gasten y gasten” advirtiendo que habrá problemas si se retiran los estímulos prematuramente.

Suscribite

Caras y Caretas Diario

En tu email todos los días

Ya lo había dicho en marzo del año pasado. “En términos de políticas para ahora mismo, muy inusual para el FMI, ya dije en marzo ‘por favor gasten’. Gasten lo que puedan y después gasten un poco más”, dijo en la conferencia telemática “Futuro del crecimiento económico” de la XII edición del Foro Gaidar. “Tenemos que ser aún muy cuidadosos para no retirar el apoyo de manera prematura. Porque si lo hacemos, tendremos una ola de insolvencias y un desempleo estructural que sería muy difícil revertir”, alertó.

Georgieva dijo que el haber creado un sistema bancario más fuerte tras la crisis financiera ha servido para resistir los golpes, pero que esto ya no es suficiente en el mundo actual para esquivar shocks. Explicó que se necesitan “personas más resilientes, personas cualificadas y educadas que puedan adaptarse a unos mercados laborales cambiantes, que estén sanos y que pueden confiar en una protección social si es necesario”. Si los países no acometen esta transición, se quedarán atrás, advirtió.

La bruja hace oído sordos

Varios días después, la ministra de Economía de Uruguay, Azucena Arbeleche, aún no se dio por enterada de las recomendaciones de Kristalina Georgieva.
Nadie del gobierno hizo alusión al respecto ni tampoco rechazaron la propuesta. En la Torre Ejecutiva solo se escuchó el silencio.

En lo que va del verano, el presidente surfeó en las olas, pero no se lo ha visto visitar las ollas populares. Tampoco a la ministra, siempre lejos de los pobres.
El 28 de junio de 2020, en una entrevista con Infobae, le preguntaron a Arbeleche si ella tenía un pensamiento económico ligado a la corriente keynesiana, siendo que el presidente Lacalle es más liberal.

La ministra respondió que en realidad lo que sucedió en el momento que se refirió a Keynes, es que citó una frase que resume lo que es su idea de lo que hay que hacer en el marco de un balance entre las libertades de las personas, la asignación de recursos y la justicia social. “Hay que combinar la eficacia económica del mercado, con la justicia social que es para lo que está el Estado y la libertad individual. Ese es el equilibrio que se tomó para la crisis sanitaria según a austera Azucena. El presidente Lacalle Pou lo dijo, “hay libertad con responsabilidad y hay responsabilidad del Estado en estar ahí donde más se lo necesita”.

Según la ministra, es como si Keynes hubiera estado ahí, entre el presidente y ella, en el medio de la pandemia, reflexionando sobre las ideas de Lacalle y las consignas propagandísticas de su asesor Lafluf.

El gran Keynes pasó fugazmente y después desapareció del discurso oficial. En agosto, el gobierno estimó que se gastarían aproximadamente 768 millones de dólares para sostener a los cientos de miles de personas afectadas económicamente por las medidas para contener la pandemia. Afirmó que pensaba gastar 116 millones para atender las necesidades del Ministerio de Desarrollo Social (Mides), previó que 157 millones corresponderían a resignación fiscal y calculó que 396 millones serían destinados a cubrir el tendal de los seguros de paro.

Además, proyectó gastar 49 millones en seguros de enfermedad, 40 en “compra [de] insumos” y 10 en otros gastos. Los gastos de la pandemia correrían por cuenta del Fondo covid-19, creado en abril con anuencia de todos los partidos políticos.

En abril, el Parlamento en pleno otorgó su aval para que el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) informara de los gastos, en detalle, únicamente cuando finalice la emergencia sanitaria.
De este modo, a la fecha, el gobierno solo publica “datos globales”, a pesar de la insistencia de la oposición, que apoyó la postergación de información, pero se muestra inquisitiva ante la opinión pública.

El 8 de enero de este año, Arbeleche dijo que “en los hechos, los sectores más vulnerables tienen esa seguridad de acceder a una renta básica, porque por ejemplo, una familia que tenga cuatro hijos menores a su cargo por conceptos de Asignaciones Familiares del Plan de Equidad y Tarjeta Uruguay Social (TUS), hoy accede a unos 14.000 pesos, a lo cual se deberían sumar las canastas que son para cada persona mayor a 18 años”.

El monto de canasta es de $ 1.200, que deben ser usados en una misma vez, lo que implica que no se puede fraccionar. El beneficio es, además, intransferible, lo que implica que está asociado a una cédula y a un celular. Esto implica que no se puede solicitar más de una canasta con el mismo número. El total ofrecido por la ministra es $ 16.400, si tienen cuatro hijos y en la familia hay dos mayores de 18 años.

En Uruguay, el salario mínimo nacional (SMN) de los trabajadores es de $ 16.300 a partir del 1º de enero de 2020. La ministra Arbeleche dijo que, en realidad, en 2020 se gastaron 100 millones de dólares menos de lo estimado en agosto. Aunque solo se dieron a conocer las cifras hasta noviembre, en lugar de los 768 millones proyectados inicialmente, el gasto de 2020 fue de unos 625 millones. Adjudicó la diferencia a que las erogaciones destinadas a la seguridad social fueron menores a las estimadas.“Hicimos proyecciones más pesimistas, de más personas yendo al seguro de desempleo”, señaló.

Pero aunque se gastó menos, “lamentablemente la pandemia no terminó”, dijo la ministra. Y aseguró que el apoyo del Fondo covid-19 será “incondicional”.
Una segunda corrección a lo dicho en el pasado. Reconoció que “como se continúa con los gastos y la situación extraordinaria de la pandemia”, el déficit fiscal proyectado para 2021 será mayor a lo previsto. Cuando se presentó la ley de presupuesto, en agosto, el gobierno había estimado cerrar 2021 con 4,1 de déficit. “Lo estamos revisando”, actualizó Arbeleche.
Gastó menos, pero llegó a un déficit fiscal más alto del que había previsto.

En 2020 cayó el salario real y se perdieron más de 60.000 puestos de trabajo, de los que, según la consultora CPA Ferrere, el año que viene solo se recuperarán 20.000. Hay más de 35.000 nuevos niños pobres, según cálculos de economistas de la Universidad de la República.
según los últimos datos del Instituto nacional de Estadística (INE), el desempleo en octubre se ubicó en 11,2%, con casi 200.000 desocupados.

La renta básica de emergencia del FA

El 17 de diciembre de 2020, el Frente Amplio (FA) envió una carta al presidente Luis Lacalle Pou en la que le reiteró algunas propuestas que le había hecho el pasado 31 de marzo, entre ellas, el pago de una “renta básica de emergencia” por un tiempo determinado a los sectores más afectados por las consecuencias económicas y sociales de la pandemia.
En abril, el Pit-Cnt y la Intersocial también presentaron al presidente Luis Lacalle Pou una propuesta similar. La iniciativa era pagar por dos meses un salario mínimo de 16.300 pesos a unos 320.000 hogares (donde viven 1.312.820 personas) que están por fuera de la seguridad social y perdieron su ingreso por la emergencia sanitaria. El costo estimado en aquel momento por la central era de 120 millones de dólares.

Además, el Frente amplio propuso la “suspensión de desalojos y lanzamientos de inquilinos por 120 días y un diferimiento de intereses de cuotas hipotecarias entre enero y abril de 2021 para trabajadores en seguro de paro y aquellos hogares que reciban la renta básica de emergencia”.

El miércoles 23 de diciembre de 2020, el gobierno anunció que invertirá más de 635 millones de pesos en transferencias monetarias, concretando así una quinta duplicación en enero y febrero para alcanzar a 195.000 hogares (125.000 hogares menos de los propuestos por el FA) en los que viven 800.000 personas de las cuales 400.000 son menores de edad. También se destinarán 720 millones de pesos para dar continuidad a la entrega mensual de 300.000 canastas alimentarias, para alcanzar a aquellas personas sin ninguna protección social. Se dispuso, además, la transferencia de más de 17 millones de pesos para ollas y merenderos que brindan atención en Montevideo, Canelones, Salto y Ciudad del Plata.

Disidencias en la coalición

Con la aprobación de un presupuesto con recortes de grandes tijeras, Jorge Gandini, senador por el Partido Nacional, defendió el proyecto del gobierno. “Es un presupuesto muy responsable. Se hace cargo no solo del país que recibimos, con una cantidad de dificultades” sobre el que además “nos cayó encima la pandemia”, señaló Gandini.
“No vamos a seguir el camino del FA de repartir lo que no hay y pasarles a los que vienen la deuda que se va generando”. En otras palabras, el gobierno no va a gastar más, como propone Kristalina Georgieva, sino mucho menos que lo que se gastó en los gobiernos anteriores y a pesar de que les cayó encima la pandemia. No obstante, la ministra Arbeleche reconoció que el déficit fiscal va a ser más alto que el anterior.

El senador Mario Bergara, del FA, dijo que “tenemos una visión del rol del Estado diferente a la que está planteada. Ellos lo ven como una carga, como un lastre para el sector privado, para el mercado. Siempre hemos pensado que esa es una falacia de falsa oposición, como decía Vaz Ferreira”.

“Me parece bien que todos estemos preocupados por la deuda. Cuando asumió el FA, recibió el país con una deuda bruta en el entorno al 100% del producto bruto. Por lo tanto, sobre eso tenemos que seguramente todos evaluar con más autocrítica el asunto de cómo manejar los fondos públicos”, añadió.

“La propia formulación del Presupuesto es un recorte y ajuste. El recorte implica que se incumpla drásticamente el cometido fiscal. Nosotros decimos que no es momento de hacer un ajuste fiscal en plena pandemia. No lo hace ningún país en el mundo. Había que volcar más fondos a los sectores vulnerables”, dijo Bergara.

El 9 de enero, Eduardo Ache, economista y asesor de Manini Ríos, excolorado, y expresidente de Ancap, dijo que el agravamiento de la pandemia obliga a profundizar las medidas para salvaguardar el entretejido emprendedor del país. Agregó que “si esperamos a equilibrar las cuentas del Estado para empezar la reactivación, corremos el riesgo de que se nos vayan los cinco años. Muchas veces por cerrar las cuentas del Estado castigamos a los más eficientes”.

El 13 de enero, el senador Guido Manini Ríos, líder de Cabildo Abierto (CA), propuso exonerar impuestos a las pymes y devolverle “oxígeno” al sector para “evitar la muerte laboral de miles de uruguayos”. “Es fundamental darles oxígeno a los sectores que lo están requiriendo, y por eso creo que la pequeña y mediana empresa debe ser el gran objetivo del gobierno en los próximos meses”, dijo Manini.

En los asados veraniegos de los blancos se han oído las voces de Amin Niffouri, excandidato a intendente por Canelones, del exintendente de Cerro Largo Sergio Botana, del intendente de Maldonado, Enrique Antía, del expresidente de la Cámara de Representantes Martín Lema, y desde Suiza, del senador Juan Sartori pedir subsidios y mayor gasto para sacar cabeza de la crisis.

Lo mismo reclaman Un Solo Uruguay, el presidente de Cambadu, la Federación Médica del Interior, las agremiaciones vinculadas al turismo, los teatros independientes, los músicos, las empresas vinculadas al sonido y los espectáculos, las gastronómicas, los salones de fiesta, las agencias de viajes, los salones de barrio y cuanta pequeña o mediana empresa el lector pueda imaginar.

La evolución de Merkel

Con 66 años, Angela Merkel dejará la escena política después de 15 años como canciller del país, el 26 de setiembre, y después de liderar la Unión Europea (UE).
Merkel gobernó tres legislaturas con los socialdemócratas y una con los liberales, y en todas ha mantenido la estabilidad política en Alemania.

Merkel fue odiada en Grecia, pero además por el resto de los países de la periferia europea, por su gestión de la crisis del euro. Se trató de una mala gestión, bajo la idea del capitalismo alemán, según la cual la economía es una disciplina de carácter moral que debe recompensar a los que gastan poco y aplicar a los más derrochadores una mezcla de reglas e incentivos para que se disciplinen.

La canciller tenía 35 años cuando cayó el Muro de Berlín y recuerda bien la cadena de acontecimientos que llevaron a la división de su país. En esencia, una ideología -el nacional socialismo- que durante siglos lo llevó a asumir un papel desmesuradamente ambicioso en la política europea y a tener una nítida vocación imperialista.

Pero también por su carácter personal marcó su impronta de gradualismo como principal procedimiento político y una arquitectura mental muy imbricada en el conservadurismo moderado.
Con el paso del tiempo, ahora en medio de la pandemia y de una crisis global, esta doctora en química cuántica formada en física, que creció bajo el régimen comunista en Alemania Oriental, aceptó impulsar unas políticas fiscales ultraexpansivas que hacía menos de una década había rechazado reiteradamente.

Al mismo tiempo, durante el segundo semestre de 2020, Alemania presidió el Consejo de la UE. Fue el período más exitoso de la UE en mucho tiempo.

Merkel reconoció que esta crisis amenaza con golpear la economía alemana de una manera que la anterior no lo hizo. El resultado fueron 750.000 millones de euros para reconstruir la economía europea. Inmediatamente después, Merkel consiguió que el Consejo aprobara la condicionalidad de parte de estas ayudas al cumplimiento de la separación de poderes por parte de los países receptores, una medida destinada a intentar contener la deriva autoritaria de Hungría y Polonia. Por último, el año se cerró con un acuerdo de brexit razonable, más cercano a las tesis de Alemania que a las de Macron, que estuvo dispuesto a llevar más allá de los límites el enfrentamiento con el gobierno de Boris Johnson por cuestiones como la pesca y la aceptación británica de las regulaciones europeas. Y también con un pacto comercial con China según el cual esta se compromete a abrirse a la inversión de las empresas europeas en su mercado interno y que refleja la postura más negociadora de Merkel, que no ha querido adoptar la línea dura con China que cada vez más reclaman en Europa.

Merkel se retira de la cacillería alemana exitosa y aplaudida; fue entendiendo los cambios sometiéndose a las nuevas realidades y a punto de retirarse lo hace como la más importante líder de Occidente. Su gestión, particularmente en los temas referentes a la inmigración y la pandemia dan lecciones que Arbeleche podría aprender, como, por otra parte, muchos hemos aprendido.

Dejá tu comentario

Forma parte de los que luchamos por la libertad de información.

Hacete socio de Caras y Caretas y ayudanos a seguir mostrando lo que nadie te muestra.

HACETE SOCIO