El diputado por Cabildo Abierto (CA), Eduardo Lust, no tiene pelos en la lengua si tiene que mostrar disconformidad en algunos temas con respecto al Gobierno, tal es el caso de la implementación de la segunda planta de celulosa de UPM. El legislador dijo a Caras y Caretas que el presidente Luis Lacalle Pou lo decepcionó, ya que cambió de parecer luego de asumir su cargo como de jefe de Estado.
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“Claramente el gobierno actual en el periodo preelectoral habló muy mal del Frente Amplio porque había realizado esa entrega de soberanía de una empresa extranjera. No solamente se habló mal, sino que el presidente de la República llamó a sala a ministros del gobierno anterior, reprochándoles el negocio, incluso lo catalogó en un momento como una entrega. (…) Claramente Lacalle me decepcionó, porque él anunció algo que después lo cambió”, afirmó a esta revista Lust.
Afirmó que cuando el presidente asumió su cargo, pensó que iba a frenar el contrato con UPM. “Pero todo cambió y teniendo todas las condiciones para frenarlo, el presidente sigue con él”, expresó.
Dijo que “de forma increíble” en el contrato hay una cláusula, que podría ser utilizada por el gobierno, en la que se afirma que, si Uruguay entra en una situación de emergencia sanitaria, el contrato puede ser renegociado.
“Pensé que el presidente iba a renegociar. Se reunió con nosotros unos días antes de que se venciera el plazo, nos dijo que él tenía una estrategia sobre el tema (…) pero al otro día se reunió con los ejecutivos de UPM, la reunión nuestra fue pública, la de ellos fue casi secreta. Salieron por la puerta de atrás de la Torre Ejecutiva, lo que es un mensaje clave. Al otro día el presidente Lacalle dice que no va a hacer uso de la opción de renovación del contrato y no solamente eso, sino que anuncia el levantamiento de la cuarentena de la industria de la construcción para que UPM pudiera empezar su obra”, denunció.
Reclamó que Lacalle tiene todas las condiciones para salirse del contrato, pero que “no quiere” hacerlo. “Primero el virus le permite parar el contrato. Ahora las autoridades actuales descubrieron que tiene una cantidad de cláusulas que el gobierno no las puede cumplir. Entonces basta con decir yo no lo puedo cumplir, ahí lo para. Pero todo el gobierno trabaja para UPM. Esto lo voy a decir siempre”, agregó.
Consideró que al gobierno no le interesa la gente que vive al costado de la vía de ferrocarril que va ser construida para UPM.
“Se les debería pedir que compren una casa frente al tren, en Sayago, a 100 metros de la vía, te van a decir que no porque es imposible vivir ahí. Si una persona piensa eso, pudiendo sacar el tren de la vereda y no lo saca, es que la gente que vive ahí no le interesa. Si las autoridades dicen que hay un informe de Presidencia que dice que el tren viola los derechos humanos y tienen la posibilidad de sacarlo, si no lo hace, es porque no quieren. Entonces, no quieren a la gente que vive al costado del tren. La quieren para el voto, a esa gente la necesitan para que los voten, después de que lo hacen, las personas pasan a ser necesarias dentro de cuatro años para las próximas elecciones”, reflexionó.
El gobierno actual sigue con la implementación de la planta de UPM. ¿Qué piensa sobre esto?
Nosotros estamos haciendo todo lo posible por detener ese proyecto. Claramente el gobierno actual en el periodo preelectoral habló muy mal del Frente Amplio porque había realizado esa entrega de soberanía de una empresa extranjera. No solamente se habló mal, sino que el presidente de la República llamó a sala a ministros del gobierno anterior, reprochándoles el negocio, incluso lo catalogó en un momento como una entrega. Nosotros con siete u ocho personas más, sobre todo con ambientalistas, hicimos un libro que se llama La Entrega. Ese libro, que salió antes de las elecciones, muestra todo el negocio de UPM.
Cuando Lacalle asumió, dije que estaba la solución, sumado a que en 2016 el contrato de UPM, de forma increíble, siempre digo que parece como si lo hubiera escrito un profeta, se puso una cláusula que dice que, si Uruguay entraba en una situación de emergencia sanitaria, se puede renegociar. Entonces pensé que el presidente iba a renegociar.
Se reunió con nosotros, los referentes ambientales, unos días antes de que se venciera el plazo, nos dijo que él tenía una estrategia sobre el tema, no nos dijo que iba a hacer uso de la opción, pero al otro día se reunió con los ejecutivos de UPM, la reunión nuestra fue pública, la de ellos fue casi secreta. Salieron por la puerta de atrás de la Torre Ejecutiva, lo que es un mensaje clave. Al otro día el presidente Lacalle anuncia que no va a hacer uso de la opción de renovación del contrato y no solamente eso, sino que anuncia el levantamiento de la cuarentena de la industria de la construcción para que UPM pudiera empezar su obra. Eso fue muy negativo, pero estoy seguro que el proyecto no sale, la obra está parada en su estructura ferroviaria, sin tren no hay planta, nosotros vamos a presionar al ministro de Ambiente, Transporte y al director de Medio Ambiente, que es de Cabildo Abierto, para que no autorice el tránsito carretero. Si el director de Medio Ambiente no da una explicación admisible sobre los permisos, tendrá que responder a CA, porque el partido está en contra de la inversión. Creo que el proyecto no sale.
Más allá de si el proyecto sale o no, ¿lo decepcionó la actitud que tuvo Lacalle?
Sí, claramente. Me decepcionó porque él anunció algo que después lo cambió absolutamente. La explicación para cambiarlo no se sostiene. Se le están dando todas las oportunidades para salirse, pero no quiere. Primero el virus le permite parar el contrato. Ahora las autoridades actuales descubrieron que el contrato tiene una cantidad de cláusulas que el gobierno no las puede cumplir. Entonces basta con decir yo no lo puedo cumplir, ahí lo para. Pero todo el gobierno trabaja para UPM. Esto lo voy a decir siempre. El ministro de Transporte declaró que puso la cartera a trabajar para UPM. Ante esa confesión ya no se puede decir nada.
Usted dijo que hace unas semanas al gobierno actual y el anterior no les interesa la gente. ¿Por qué dice esto?
No les interesa la gente que vive al costado de la vía de UPM. Ninguno de los ejecutivos actuales y anteriores vive frente al tren. Se les debería pedir que compren una casa frente al tren, en Sayago, a 100 metros de la vida, te van a decir que no porque es imposible vivir ahí. Si una persona piensa eso, pudiendo sacar el tren de la vereda y no lo saca, es que la gente que vive ahí no le interesa. Si las autoridades dicen que hay un informe de Presidencia que dice que el tren viola los derechos humanos y tienen la posibilidad de sacarlo, si no lo hace, es porque no quieren. Entonces, no quieren a la gente que vive al costado del tren.
La quieren para el voto, a esa gente la necesitan para que los voten, después de que los votan, las personas pasan a ser necesarias dentro de cuatro años para las próximas elecciones.
Usted dijo en los últimos días que hay personas dentro de Cabildo Abierto a las que usted no les cae bien. ¿Quiénes son?
No sé quiénes son, pero me han dicho personas de mi confianza que hay algunos integrantes, tal vez numerosos, que, en reuniones de CA, comentan que soy una persona inconveniente dentro del partido. A mí nunca nadie me lo dijo. Las personas que me lo podrían decir, que me podrían afectar, serían (Guillermo) Domenech y (Guido) Manini Ríos, nunca me dijeron nada. Al contrario, dijeron que soy una persona valiosa. Entonces a mí no me ha afectado eso, no ha tenido consecuencias.
¿Por qué cree que hay personas que consideran que es una persona inconveniente para Cabildo Abierto?
Lo que puede parecer inconveniente es mi filosofía de lo que es la política, que consiste en que la persona es libre, entonces uno no va a ir contra los principios del partido político al que pertenece, porque sería una incompatibilidad. Pero en otros temas en el cual el partido no tiene un programa escrito que se haya aprobado por consenso, ahí el legislador es libre.
Hay determinados temas que integrantes de CA pueden tener un pensamiento y yo pienso distinto. Yo además lo digo y lo sostengo. Puede haber mucha gente que esté a favor de la Ley de Caducidad dentro de Cabildo porque hay muchos militares y yo entiendo que es inconstitucional. Algunas personas les puede molestar que yo piense así, seguramente algunos de ellos sean los que dicen que no soy una persona que sume dentro de Cabildo Abierto.
¿Cómo cree que CA se comportó con usted?
Muy bien. Yo soy blanco, el PN me invitó muchas veces a ocupar cargos o a formar parte de la estructura y cuando yo hablaba de mis proyectos, me decían que ‘lo que vos decís es cierto, pero a nosotros no nos sirve´. Mi militancia dentro del PN nunca me permitió ingresar al partido. Nunca se deja de ser blanco, porque pertenecer a un partido es algo emocional. Para combatir algo emocional, necesitas tiempo o lo que te convoca debe tener cierta historia y a Cabildo le falta. Cuando CA me invita a participar, comparto mis proyectos y me dijeron que si, que continuara dentro del grupo. Si a eso le sumas de que CA me dio la estructura partidaria, que es absolutamente necesaria en Uruguay y me puso de suplente en el Senado, se puede decir que conmigo se ha portado excelente, lo que yo le he pedido me ha dicho que sí. Sería muy desagradecido y desleal si hablara mal de CA.
Usted dijo que lanzará su propia fuerza política. ¿Podría buscar nuevos horizontes?
Como la agrupación que me llevó a la cámara tiene problemas burocráticos, no puedo permanecer sin un sector político. Hay gente que lo hace, pero con mi forma de trabajo, no lo puedo hacer. Lo que dije es que yo iba a abrir una agrupación nueva, que tenga un alcance nacional, y esa agrupación iba a nutrirse de las personas que quisieran venir, y seguramente muchos cientos de la lista a la que pertenezco.