Son horas decisivas que marcarán el futuro del movimiento sindical. Llegó el XIV° Congreso que cerrará una etapa y abrirá nuevos escenarios. De allí saldrá la nueva conducción que tendrá la responsabilidad de transitar un tiempo de luchas sindicales en un contexto de rebajas salariales, vaciamiento de los Consejos de Salarios, desmantelamiento de las políticas sociales y de cara a la campaña por el Sí a la derogación de 135 artículos de la LUC. El secretario general del Pit-Cnt insiste una y otra vez en que ahora y más que nunca se debe privilegiar el diálogo y pensar en grande. Más allá que la expectativa de los grandes medios de comunicación está focalizada en los aspectos formales del congreso que se debatirán y resolverán en las próximas horas, Abdala considera imprescindible hablar de proyectos, ideas y responsabilidades.
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¿Cuáles son los grandes desafíos que tiene que afrontar el Pit-Cnt en su congreso?
Creo que es un congreso que tendrá que realizar un salto en calidad. Es decir, tiene que ubicar al movimiento sindical en la cancha grande de la historia con tres objetivos de un solo proceso. El primero es concebir un método para un diseño programático que transforme el país, construido desde el pie, como decía Zitarrosa, de manera ampliamente participativa. Todo indica que ese es el objetivo clave para derrotar la política de las clases dominantes.
¿Ese salto de calidad desde qué lugar lo visibilizás?
En función de los objetivos del largo plazo histórico, creo que entre todos debemos revolucionar al movimiento sindical. Porque la segunda cuestión tiene que ver con algo clave: tenemos que radicalizar la democracia en el país, es decir, profundizarla. Tenemos que desarrollar un camino para que la democracia tenga que ver con la vida cotidiana de nuestro pueblo, no solamente con lo sustancial que por supuesto es el derecho a definir gobernantes una vez cada cinco años, sino también a una forma de democracia que involucre a las grandes mayorías nacionales en la implementación de un programa para sus intereses. Ese es el segundo vector. Y el tercer componente de este proceso refiere a que mientras vayamos caminando, podamos ir generando espacios y procesos de poder popular. En cada barrio, en cada departamento, en cada lugar, ir potenciando la participación del pueblo en las arenas de la vida pública. Por ello creo que este congreso tendrá que definir un salto cualitativo, un cambio en calidad. Porque se necesita un movimiento sindical con una visión de conjunto mucho más afinada, se necesita extremar las formas de participación en la vida del movimiento sindical, llenar la central de gente, generar dirección colectiva y responsabilidad individual, armar todos los equipos para el trabajo colectivo del Pit-Cnt. Hablamos de un proceso estratégico en la defensa de los derechos y en este camino recientemente tuvimos un escalón sustancial que fue la conquista de los docentes en la elección de los consejeros para el Codicen. Ahí los sindicatos dieron una batalla dura y marcaron la cancha. Fue una enorme conquista de una trascendencia mayor. Luego tenemos que ganar la elección de la Lista 11 en la representación de los trabajadores en el directorio del BPS y posteriormente ganar el Sí por la derogación a los 135 artículos de la LUC. Son pilares de este tiempo y de nuestra lucha. La defensa de una seguridad social para el pueblo, la defensa de la ley de negociación colectiva precisamente en momentos que el Poder Ejecutivo está a punto de presentar algún proyecto en el Parlamento que eventualmente podría llegar a menoscabar la ley de negociación colectiva. Por tanto, es tiempo de pensar y actuar, y para ello debemos fijarnos como meta el Congreso del Pueblo y retomar la iniciativa histórica de construir una sociedad mejor. Para lograr estos objetivos, necesitas un movimiento sindical mucho más fuerte, más participativo, más abierto a la sociedad, con mayor el mayor diálogo posible con el vasto y diverso universo de las organizaciones sociales y políticas. Siempre desde los intereses de clase que defiende el movimiento sindical, pero con una mirada muy abierta a un proceso de trabajo conjunto y de diálogo permanente. Eso requiere otro activismo, otras cabezas. Personalmente creo que este congreso tiene que dar señales concretas de avances en esa dirección.
¿Sos consciente que cuando hablás de «radicalizar la democracia» provocás reacciones de editorialistas de algunos medios?
Claro, porque cada uno defiende sus puntos de vista en función de los intereses que defiende. El movimiento sindical históricamente ha actuado en la vida nacional desde una perspectiva de democracia profunda, que se vive y se transpira en la propia vida del movimiento sindical, que por cierto, es mucho más de asamblea horizontal que de cúpula como lo quieren hacer ver esos editorialistas. Es lo que está establecido como concepto de que nuestra estructura es una pirámide invertida. Pero además no se puede entender la democracia como una definición estanco, la democracia va evolucionando también en función de las necesidades de la sociedad. Las primeras luchas del movimiento obrero fueron por sufragio universal, que no existía. Antes, si no tenías una propiedad no podías votar. Y por definición el movimiento obrero carece de propiedad. Entonces, ese asunto de generar una democracia participativa, una democracia profunda, en definitiva, es lo mismo que los objetivos de cambiar la sociedad, de apuntar a una sociedad sin explotados ni explotadores, pero dicho de otra forma. O para decirlo más claro aún: creo que necesitamos un movimiento obrero que se pare y constituya como un abanderado de la Nación, es decir, de los interese del desarrollo nacional, de los intereses de la propia viabilidad del país en el contexto de América Latina. Pero claro que soy consciente que nuestros conceptos pueden ser molestos para los privilegiados.
Esa construcción más amplia con el tejido social se comenzó a tejer durante la recolección de firmas. Hubo una primera iniciativa con la Intersocial y luego se generaron espacios de encuentro con la cultura, el deporte, la academia. ¿Creés que el camino es profundizar ese tejido social?
Sin duda. Es lo que se viene haciendo con la Intersocial, son la relaciones con la Universidad de la República, es nuestro vínculo con las ollas populares, son los zonales funcionando, los plenarios departamentales, son los caminos de la unidad popular desde el punto de vista de las luchas reivindicativas y programáticas. Pero además es el trabajo clave de darle nuevos bríos a un potencial bloque histórico transformador. Claro que para lograr eso primero tenemos que poder concretarlo entre nosotros, en la propia vida del movimiento sindical. Por eso me parece que este es un congreso muy importante, histórico, en el que tendremos que ubicar al menos las piedras angulares de un proceso histórico de ese tipo. Y por supuesto, tendremos que apelar a la juventud trabajadora preparar relevos. Porque esta es una lucha que trasciende a las generaciones.
¿Es una lucha por cargos también?
Esa sería una visión pequeña del congreso. Claro que a veces aparece, particularmente en la forma que se presentan las discusiones dentro del movimiento sindical. Pero si tenés una concepción estratégica y organizativa, luego de eso cristaliza que el congreso también defina la dirección. Porque es absolutamente natural que se discuta cuál tiene que ser la dirección necesaria. Pero no desde el punto de vista de los cargos. Yo por ejemplo tengo la concepción de que los cargos no existen en el movimiento obrero, existen las responsabilidades. Algo distinto. Yo prefiero hablar de responsabilidades y no de cargos. Y si lo que queremos es impulsar una orientación transformadora, también tenemos que actuar consecuentemente en la propia vida del movimiento sindical.
Días pasados el Sintep organizó un conversatorio con las distintas corrientes sindicales para intercambiar posturas y visiones. ¿Se aventaron cucos?
Tremenda actividad. Fue excelente. Lamentablemente no sé cuánta atención se la haya podido prestar porque los medios no reflejaron los contenidos de todo lo que conversamos, debatimos y construimos. Creo que es muy saludable porque en un congreso, en realidad, lo que está en juego es qué síntesis se hace de la experiencia de vida de toda una clase en lucha. Y en ese cuadro, es absolutamente normal que en el seno del movimiento obrero haya lucha ideológica. La unidad no es unanimidad. Está bien, está fenómeno que las distintas formas de concebir y pensar el movimiento sindical, se expresen, se fundamenten, se organicen y actúen. Eso le hace mucho bien al movimiento obrero. También es importante que exista una separación de los conceptos que cada uno establece y que muchas veces entran en puja o en contradicción. Y algo fundamental, debemos cuidar siempre la unidad y fraternidad con las distintas compañeras y compañeros que son parte de la misma clase y que están en el mismo proceso histórico. Por tanto, inclusive quien piense diametralmente opuesto, es hermano de clase. Siempre es súper saludable el intercambio.
¿Cuánto marca el resultado de las elecciones de los consejeros del Codicen y el resultado que obtuvieron las listas sindicales?
Muchísimo. No podemos olvidar los ataques permanentes que se han lanzado una y otra vez contra los sindicatos. Creo que es un elemento que marca este escenario que ya había sido muy impactado por la obtención de las casi 800.000 firmas y que obligó al Poder Ejecutivo a salir al ruedo y abandonar su táctica de silencio. Y sinceramente a mí no me parece mal que los ministros o integrantes del gobierno participen de un debate en defensa de una ley que es suya, es de ellos. Lo que sí lamento es que sea una intervención basada en el miedo y la mentira. Cuando sostienen que si el pueblo vota Sí para derogar estos 135 artículos, entonces saldrán a la calle los presos o cuando vuelven a agitar el viejo cuco del régimen soviético, son argumentos de una pobreza franciscana. Y creo que es fundamental transmitirle a la militancia de los sectores populares que sin triunfalismos ni nada parecido, hay señales y elementos que muestran que una victoria del Sí es absolutamente plausible. El primero de ellos es el resultado de la elección a los consejeros del Codicen de la ANEP, en un escenario con viento en contra y una campaña feroz contra los sindicatos, los votos de las listas sindicales triplicaron a las que promovía el gobierno. Y en segundo término ahora tenemos por delante la batalla para la representación social en el BPS, donde vamos a competir con una organización que no es de trabajadores. En esos debates y en medio de una discusión sobre la reforma de la seguridad social que promueve el ajuste de las pasividades y cambia el cambia las formas de cálculo de cómo se computa la jubilación y, entre otras cosas, aumenta la edad para jubilarse, habrá que dar discusiones profundas. Son batallas que en cierta forma van anunciando el resultado del referéndum. Por tanto creo que el gran desafío comunicativo y político está en dialogar con la totalidad de la población para que los sectores directamente afectados por la crisis y por las políticas de ajuste del gobierno desarmen el andamiaje jurídico del ajuste contra el pueblo -que son estos 135 artículos de la LUC- con una gran victoria del Sí. Yo creo que del congreso del Pit-Cnt tendrá que salir una tarea relevante para afrontar.
¿Cómo será el día después del congreso?
Creo que tendrá que ser de inmediato compromiso, diálogo y trabajo para analizar cómo llevamos adelante las decisiones del congreso. Cómo montamos un esquema de trabajo, con un plan estratégico, que permita generar las condiciones para construir una dirección colectiva. Y lo que atraviesa todo el congreso es un asunto de principios y una conducta práctica, cotidiana del día a día, para fortalecer la unidad del movimiento obrero. Y éste es un elemento clave para la unidad estratégica de las fuerzas motrices de las transformaciones.
Están apuntalando la unidad por estas horas.
Siempre. Lo hacemos todos los días a cada hora. Desde el máximo respeto a las distintas opiniones, pero de manera consecuente con la construcción de la unidad del movimiento sindical.
¿Qué les dirías a las y los trabajadores a pocas horas DE que comience este congreso?
Que se sumen a una tarea histórica en la lucha por las reivindicaciones inmediatas del movimiento sindical, pero también sabiendo que esa acción tiene que ver con la tarea histórica de construir una sociedad mejor.
TEXTOS ALFREDO PERCOVICH
PRODUCCIÓN VIVIANA RUMBO