El exsubsecretario de Salud y asesor de la bancada del Frente Amplio, Miguel Fernández Galeano, dijo a Caras y Caretas que el Gobierno no debería guiarse por “simpatías” ni tampoco generar hinchadas que dividan a la población sobre la obtención de vacunas contra la covid-19. Consideró que la elección por una vacuna debe realizarse en base a criterios exclusivamente técnicos.
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“El gobierno no debería guiarse por simpatías por determinadas vacunas. Lo que hay que hacer es escuchar las agencias internacionales que habilitan las vacunas y también a las agencias regionales […] No hay que crear sobre ninguna vacuna mecanismos de hinchada porque le hace mucho daño a la propia confianza de la población. Las vacunas no son solo herramientas para proteger a las personas, son por encima de todo una herramienta de salud pública, han cambiado el mundo al asegurar la inmunidad colectiva”, dijo a esta revista Fernández Galeano, quien fue especialista en Sistemas y Servicios de Salud de la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS).
El exsubsecretario señaló que no puede asegurar que el gobierno esté estigmatizando a alguna de las vacunas que están disponibles contra la covid-19, pero aseguró que el presidente debe escuchar los informes técnicos para tomar una decisión.
Según el diario La República, la vacuna preferida por el gobierno es la que produce la farmacéutica estadounidense Pfizer. “El Ejecutivo tendría las negociaciones bastante avanzadas con el laboratorio norteamericano”, señaló ese medio.
El martes el gobierno anunció en el Parlamento un plan de vacunación contra el coronavirus en tres etapas. En cuatro meses se prevé vacunar a 600.000 personas, en una segunda fase a 900.000 en un plazo de 32 semanas, y se culminaría con la inmunización de 1.336.000 personas.
Sin embargo, aún no se sabe por qué vacuna optará el gobierno ni cuándo comenzaría el plan de vacunación. Las autoridades pidieron “paciencia” y aseguraron que el gobierno trabaja por tener la “vacuna más segura” y de “confianza” y no “la más barata ni la más rápida”.
Por su parte, Fernández Galeano aseguró que la elección de la vacuna no se trata de un tema de preferencia.
“No lo es en ningún país desarrollado. No sé si lo que dice la prensa es así. Pero no puede haber un tema de preferencia de los presidentes, tiene que haber evidencia científica respecto a las virtudes o limitaciones de las vacunas disponibles. Yo no estoy cuestionando la vacuna Pfizer. Estoy diciendo que hay otras vacunas que se pueden analizar no solo por costos, sino que también por un tema de disponibilidad. No me parece un buen camino guiarse por preferencias de autoridades de gobierno. La decisión por una vacuna debe ser inminentemente técnica”, agregó.
En otras palabras, consideró que las vacunas no deberían estar sometidas a un juicio político. La decisión de un gobierno solo puede estar en la ejecución de un programa de vacunación, expresó.
“Creo que se debería dialogar con la oposición para lograr el mayor respaldo político, pero me parece que nos metemos en un lío si empezamos a jugar con simpatías y habría que ver en base a qué evidencia se establecen”, reflexionó.
Vacunación
Por otro lado, el exsubsecretario aseguró que no le está diciendo al gobierno qué vacuna elegir, pero afirmó que todos los países están con la idea de implementar una canasta de vacunas y no estigmatizar a ninguna.
“Tendríamos que acelerar el proceso de aprobación de vacunas y diseñar un plan de vacunaciones que permita ir seleccionando a la población prioritaria. Tomo el ejemplo de varios países que lo están haciendo muy aceleradamente, el caso más importante es el de Israel que ya vacunó al día dos de enero al 12 por ciento de su población, al 41 por ciento de los mayores de 60 años y al 70 por ciento de los trabajadores de salud. Ese es el camino que tiene que tomar un país chico como Uruguay”, agregó.
Consideró que nunca estuvo en desacuerdo con que Uruguay adhiriera a un plan de vacunación como Covax, pero resaltó que a mediados de noviembre se veía que los Estados fuertes estaban perforando esa gobernanza global. “Uruguay debió en ese momento, sin abandonar Covax, iniciar negociaciones en múltiples planos con los estados. Yo no estoy diciendo cuál es la vacuna, hay varias en el mundo. 40 países están utilizando cinco vacunas diferentes. En las próximas semanas se van a incorporar otras”, expresó.
Consideró que tiene que haber transparencia sobre cuál es la estrategia que mantiene el gobierno en la negociación. Señaló que el gobierno estuvo bien en apostar en el mecanismo Covax, pero se equivocó cuando se confió en los resultados sanitarios, los cuales podían cambiar en cualquier momento.
“Lo menos que precisamos es dividir al pueblo uruguayo en hinchadas, sobre todo con la estigmatización de una vacuna sobre otras. Yo tengo un enorme respeto por todas las vacunas aprobadas. Hoy se tiene una garantía, tenemos que jugar en ese plano”, agregó.
Situación de la pandemia
Con respecto a la situación que vive Uruguay, el exsubsecretario afirmó que es “preocupante”. Señaló que el indicador de incidencia acumulada muestra un crecimiento “muy serio”, particularmente en Montevideo, Rivera, Canelones, Tacuarembó, Florida, San José y ahora Maldonado.
“Estamos con un crecimiento verdaderamente preocupante. El otro indicador que tenemos para medir la epidemia está asociado a la positividad, o sea, al número de casos positivos en relación al total de test realizado. Esto ha venido creciendo. Para la Unión Europea el índice de riesgo empieza a partir de cuatro y Uruguay ya llegó a tener un promedio de 10 por ciento y el 24 de diciembre pasó los 13”, agregó.
El tercer elemento a medir es la pérdida de la vigilancia epidemiológica, indicó. Fernández Galeano alertó que hay un porcentaje cada vez más alto de situaciones en las que no se conoce el nexo epidemiológico.
“Ese valor, hasta mediados de noviembre, representaba el 15 por ciento y hoy el 21 por ciento de los casos no tiene nexo epidemiológico. Cada punto entre 15 y 21 es un verdadero problema porque eso significa un porcentaje mayor de contagio. Pero la forma más resumida de decir cómo nos va es el siguiente: para llegar a 10.000 casos, precisamos 277 días hasta el 14 de diciembre. Entre los 10.000 casos y los 20.000 precisamos 19 días. En 19 días se produjo lo mismo que en 277 días. La pregunta es cuantos días en ese intervalo de cada 10.000 se va a producir el nuevo salto a 30.000. Seguramente cada vez van a ser más cortos”, explicó.
Señaló que de cada 10.000 casos que se producen, 150 van a cuidados críticos.
“Es absurdo todavía que la gente se pregunte qué son 200 muertes cuando por cáncer de próstata mueren 500. Estamos ante una enfermedad transmisible que produce estos casos de manera exponencial y hay muchos países donde la mortalidad por covid-10 ha superado a otras causas y eso es lo que hay que mirar hoy. Es una enfermedad transmisible que satura los sistemas de salud. El negacionismo no tiene sentido que se haga en Uruguay. Me sorprende que siga habiendo comparaciones de ese tipo”, agregó.
“El gobierno está tomando medidas insuficientes”
Fernández Galeano señaló que el gobierno está implementando “medidas insuficientes”. Consideró que se debe restablecer la vigilancia epidemiológica que se ha perdido. Además, dijo que hay que aumentar la capacidad de testeo para poder saber en dónde está situado Uruguay y así lograr aislar los casos positivos.
“En segundo lugar, creo que hay que restringir la movilidad. Es verdad que la actividad al aire libre es de menor riesgo, pero tenemos que buscar la manera de reducir la actividad económica, financiarla, hacer que la gente se movilice lo menos posible. Hay que tratar de reducir la movilidad, pegar un fuerte golpe de timón”, indicó.
Consideró que es “fundamental” el cierre de fronteras. “Hay muchas denuncias de que se está flexibilizando mucho, sobre todo en la frontera de Rocha y Rivera con Brasil. Hay niveles de flexibilización que podrían ser muy malos para manejar la pandemia”, agregó.