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Columna destacada | Mides |

DESPROLIJA IMPROVISACIÓN MULTICOLOR

Frustración nacional

Por Juan Raúl Ferreira.

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Caras y Caretas Diario

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La salida del ministro de Desarrollo Social (Mides) en plena pandemia. La desprolijidad de la misma; se olvidaron de avisarle y se comieron un artículo de la Constitución que obligó, cuando se hizo público, a sustituir al subsecretario Castaingdebat. Es suegro del ministro y, por lo tanto, no podía ser subordinado directo (prohibido por el código de ética). También olvidaron que al cesar el ministro, cesa el subsecretario (art. 183 de la Carta Magna).

El presidente se pelea con otro jefe de Estado por Zoom. Participa en la Cumbre Iberoamericana sin conocer la agenda.

Tremendo. ¡No estaban preparados!

Si bien es cierto que el área social y la política exterior son los dos talones de Aquiles del gobierno, por todos lados se deja mucho que  desear. ¿Y Obras Públicas? ¿Alguien sabe qué antecedentes tiene el subsecretario? Yo lo tenía por secretario (pero administrativo) como lo conocí. Pero subsecretario es viceministro. El puerto es un tema importante para todo país. Pero Uruguay fue primero puerto, luego Estado y finalmente nación. Volveremos al tema.

Ahora, que el presidente no tenga un asesor, el propio ministro que tiene años en la cancillería. ¿No le dicen al presidente la diferencia entre multilateralismo y bilateralismo? Se peleó con Fernández en la Cumbre  Mercosur ante los otros Jefes de Estado. Y agravió a un presidente en la Cumbre Iberoamericana. No creo que se tenga que andar peleando. Pero es bilateral, no poner a los terceros en el medio. No es así.

Desprolijo.

Sacan a Barthol. Una cambio en ese ministerio, en plena crisis por mal manejo de las políticas sociales por la pandemia, merece varias cosas previas: obviamente avisarle al saliente, asesorarse jurídicamente para evitar el asunto del suegro, el yerno y la Constitución. Pero dos cosas más muy importantes: explicarle al país el por qué. Coordinar una transición entre el que sale y el que entra.

¿No merece la opinión pública enterarse de qué pasó? ¿El panorama de las políticas sociales no era el que decían? ¿O pretenden que la gente piense que es un cambio de rutina? Ahora, en plena crisis y con las críticas de la oposición, ¿nos van a hacer creer que es un cambio sin un por qué?

Yo desconozco los antecedentes en la materia del nuevo ministro. ¿Alguna vez tuvo algo que ver con el tema? Pero aun si fuera un conocido experto en la materia, el ministro se va enterado por Twitter y no hay un proceso de transición. ¿Sigue el mismo equipo? ¿Cambia? ¿Quiénes se van (además del suegro)? ¿Sigue la misma política? ¿Entonces por qué el cambio? ¿Va a haber un cambio de políticas? Entonces tiene que haber un ciclo de transición.

¡Improvisación total!

Creo que la oposición tiene un papel muy importante que jugar. No se trata de ganarle al gobierno a expensas del sufrimiento de la gente. Y más allá de aciertos y de errores, el Frente Amplio ha dado muestras de estar a la talla. Pero también de librar batalla, parafraseando a Metele que son pasteles.

Un exministro del Mides está en el Senado. Una viceministra, en la Cámara de Representantes. Hoy el país necesita de la guía de Daniel Olesker y Ana Olivera. Ante la improvisación y la desprolijidad: un rumbo. En sus redes, el exministro dijo, tras el consuelo de que siempre se puede estar peor, que seguirá estando “listo para sumar desde la oposición (cuando nos dejen) con el centro siempre en la gente”.

Esa es la actitud. Responsable. No improvisada, sin desprolijidades en el camino. Igual actitud asumió, con serenidad de espíritu, Ana Olivera. Vamos entre todos a tener que ayudarlos a mantenerse los cinco años, sin que el peso de la improvisación recaiga en las condiciones de vida de la gente. Eso a veces va a requerir una crítica muy dura en una mano y propuestas y alternativas en la otra.

No nos podemos hacer trampas al solitario. Ni falsear la realidad. El cambio de ministro (y sin duda todo el modus operandi que lo rodeó) es, lo reconozcan o no, la confesión del fracaso de sus políticas en el área social. No sabían lo que les esperaba y no se prepararon. Pedirles que se hagan cargo no es querer sacar rédito político. Es evitar que el peso de la improvisación y la desprolijidad fruto de la total inexperiencia recaiga otra vez en la gente.

Los errores son del gobierno, el costo lo pagan los sectores más vulnerables. Muy triste.

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