Por Andrés González Flores
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El Partido Popular, partido alfa de la derecha en España, ha logrado un hito histórico al obtener una mayoría absoluta (58 de 105 escaños) en el bastión socialista. Andalucía era el Ferrari del PSOE. Entre otras cosas ha sido el lugar desde donde emergió la figura de Felipe González, seguro los veteranos lo recordaran aun en Uruguay, y ha sido su tradicional granero de votos, si el PSOE resistió la emergencia de Podemos en parte se lo debe a Andalucía.
¿Cómo es posible la victoria del PP?
El PP venía de los segundos peores resultados de su historia en la región en 2018, pero logró el gobierno gracias al éxito de Ciudadanos partido en vías de extinción) y a la emergencia del ultraderechista VOX. Estos tres años y medio de gobierno han sido continuistas de la última fase de los gobiernos socialistas con casi cuarenta años ininterrumpidos de gestión a sus espaldas en Andalucía. Esto le ha permitido al PP obtener la bandera de partido institucional y oficialista de la región. Además, ha convencido a los andaluces de que la forma para evitar que la ultraderecha llegue al gobierno era votar por un gobierno en solitario del PP en lugar de una coalición de izquierdas.
El PP ha optado por envolverse en la bandera andaluza y ha tomado con fuerza el andalucismo y su folklore, pues se trata de una región con una intensa identidad nacional y regional. Hemos visto los colores verdes y blancos de la bandera en todos los actos y símbolos de campaña, donde las siglas del partido han pasado a un segundo plano. A lo que hay que sumar la consolidación en el candidato del PP de una marca personal: Juanma. Estos días hemos visto a Pablo Iglesias por Uruguay, pues pareciera que Lacalle Pou hubiera hecho el viaje inverso a Andalucía. Juanma Moreno ha contado con una enorme capacidad para la comunicación y las herramientas del marketing político. Ha aprovechado la pandemia para consolidar su figura y presentarse como el candidato del orden, atribuyéndose los éxitos económicos del gobierno de España para sí y dejarle la rendición de cuentas negativas al gobierno central.
Estas elecciones abren un nuevo ciclo electoral de la política española, pues se vienen elecciones municipales, autonómicas y estatales en 2023. ¿Significa la apertura de un ciclo conservador? El bloque de la derecha no estaba tan fuerte desde hace diez años, la renovación del liderazgo del PP con el gallego Alberto Núñez Feijóo y la consolidación de VOX como tercera fuerza pueden llevarlos a la presidencia. Pero como bien sabéis en Uruguay los partidos no acaban hasta que el árbitro no pita el final. La izquierda española tiene aún margen de maniobra para iniciar una remontada qué pasa por el éxito del nuevo “Frente Amplio” de Yolanda Díaz y la generación de ilusión en los hoy fatigados votantes progresistas españoles.