Pateando el tablero, el novel presidente de la Comisión Honoraria, el ingeniero agrónomo Eduardo Blasina, inauguró su cargo con una nota donde denostaba el documento base (conocido como Documento Preliminar sobre Plan Nacional para el Fomento de la Producción con Bases Agroecológicas elaborado en abril 2020) y presentaba una serie de novedosas modificaciones, aunque parece difícil que estas puedan hacerse sin un tratamiento legislativo.
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Uno de los principales cambios es el de poder incorporar la agroecología como un subproducto más del agronegocio, planteado por escrito por Blasina, redactado de tal forma que parece justo y democrático.
«Las políticas agropecuarias deben ser inclusivas, de modo que todo productor debe ser bienvenido sin discriminar acerca de si va a exportar o no, si contrata dos o cinco personas, si tiene hijos o nos los tiene […] como el resto de las políticas, son herramientas que se ponen a disposición de todos y no discrimina ni por sexo, raza, religión, tamaño o destino de la producción».
Si algo caracteriza a las políticas nada inclusivas, es el agronegocio que excluye constantemente a quienes no pueden o quieren aumentar su capacidad productiva y tecnología, con base en prácticas que estén en tensión con el medioambiente.
Mientras los cambios legislativos no llegan, Blasina va ganando adeptos a su causa y así logró que los ingenieros agrónomos nucleados en el Centro Agronómico Regional del departamento de Treinta y Tres (CAR 33) pidieran ser incluidos en la comisión y de paso disparar contra varios conceptos del documento base.
Es clara la intención del CAR 33 de sustituir en la conducción del Plan de Agroecología el rol de los representantes sociales por un gobierno tecnocrático cuando justifica en su nota “que es en el marco del manejo de agroecosistemas para producir alimentos o fibras que se orienta el accionar del ingeniero agrónomo, siendo, de acuerdo con la definición de esta carrera en la Udelar el profesional universitario preparado para comprender, manejar, mejorar y transformar sistemas de producción agropecuarios con el objetivo de servir al bienestar social y al desarrollo nacional sostenido”.
Considera el documento base aprobado “confrontativo, combativo y sesgado contra otras formas de producción agropecuarias vigentes”, por lo que con ese relato, lejos de propiciar un punto de encuentro, aumenta las tensiones en la interna de la comisión.
Para el exsenador e ingeniero agrónomo Ernesto Agazzi, consultado por Caras y Caretas, “el CAR 33 es uno de los grupos de ingenieros que hay en todo el país y no es representativo, por lo tanto, de todos los que hay en todo Uruguay”.
El tema de la agroecología está en disputa igual que el de la agricultura. Hay distintos enfoques de principios, ideológicos y filosóficos sobre él. Es bueno que se expresen, pero nadie tiene «la verdad» sobre ello, y mucho menos escudándose atrás de los programas de una facultad, en la que también hay lucha de ideas en la materia.
Pretender integrar la comisión que creó la ley es un despropósito. Es como si los técnicos en ciencia política quisieran estar en el Parlamento. Otra cosa son los productores, que son los actores directos.
En todo caso los ingenieros pueden dar su opinión, pero a través de su gremio, la Asociación de Ingenieros Agrónomos (AIA).
De más está decir que esta carta es un punto de vista capitalista sobre el tema. Es viejo, ven los componentes empresariales, ambientales y tecnológicos, pero no los sociales. O sea, son defensores del orden capitalista”.
Para los integrantes de la Red de Semillas consultados por Caras y Caretas, “es la primera vez que el CAR 33 se pronuncia sobre el tema.
En las consideraciones deja totalmente afuera a las familias productoras que son las que toman las decisiones o asumen los riesgos y responsabilidades en el manejo de los agroecosistemas.
Aunque no se han presentado formalmente, ya hacen objeciones y el plan aprobado en febrero del 20 no combate otros modelos de producción, es propositivo”.
Los»agrotóxicos» están definidos por la RAE y la «sojización» es un fenómeno que se viene dando y ha sido estudiado en los países que somos productores de commodities para el sistema agroalimentario global.
Los impactos sociales de la intensificación agrícola son muchos, y han sido registrados; uno muy importante fue la pérdida de 12.000 productores familiares en entre 2001 y 2011 según datos oficiales.
En el plan se usan ejemplos de países que trabajan en agroecología, principalmente Argentina y Brasil, por cercanía climática y cultural, y se citan ejemplos de Cuba y Nicaragua en metodologías de trasmisión de conocimiento.
El liberalismo llegó al campo con la revolución verde y el paquete de agrotóxicos, el neoliberalismo con los transgénicos y agronegocio para producir commodities, pero los productores muchas veces o se adaptan o abandonan.
La ley es clara, la producción familiar, sujeto principal a apoyar. Y entendemos eso sumamente importante para el desarrollo de la agroecología
Nosotros hacemos una agroecología popular, que busca y lleva adelante cambios estructurales, tanto en los sistemas productivos, con su perspectiva holística que integra lo social, ambiental y económico; los canales de comercialización directos, el acceso a tierra principalmente por jóvenes, como también en lo territorial que tiene que ver con la participación en la toma de decisiones”.
La nota del CAR 33 recibió respuestas de varios de sus pares, expresándose en sentido contrario mediante una carta que ha recogido cientos de firmas y sigue recogiendo para ser presentada ante la comisión honoraria.
Bajo el título “La ingeniería agronómica y el Plan Nacional de Agroecología”, fechada el 28 de mayo de 2021, entre sus conceptos principales, expresa: “Como ingenieras e ingenieros agrónomos, algunos integrantes de la AIA y otros no, y estudiantes de agronomía, que nos sentimos vinculados a la agroecología, sea por desarrollar nuestro trabajo directamente en sistemas agroecológicos y/o por nuestro interés en promover una transición de base agroecológica en los sistemas agropecuarios del país, deseamos manifestar:
a) Las primeras experiencias en agricultura orgánica y/o ecológica tienen más de 30 años en el país. Para llegar a aprobar la Ley 19.717 a fines de 2018 se venía trabajando desde 2015 en contacto con numerosos parlamentarios. Desde que se integra la comisión honoraria el trabajo fue intenso y con numerosa participación. Pero en todo este proceso no detectamos la presencia de la Asociación de Ingenieros Agrónomos como institución. La razón por la cual la AIA no solicitó su integración o no envió delegados para interiorizarse a la comisión honoraria o representante a los grupos de trabajo es una pregunta que creemos que generaría una reflexión interesante para la interna de la propia asociación.
Pero queremos dejar claro que, a pesar de la ausencia de la AIA a lo largo de este extenso proceso de construcción de la agroecología, fue constante la participación de ingenieras e ingenieros agrónomos durante el mismo. Específicamente en la comisión honoraria y en los grupos de trabajo participaron directamente 90 personas, 42 de las cuales fueron agrónomas/os. La comisión honoraria la integraban 31 personas (entre titulares y suplentes), 10 de las cuales eran agrónomas/os. El comité de redacción del Informe Preliminar estaba integrado por seis personas, cinco de las cuales eran agrónomas/os.
b) Por lo anteriormente expuesto el problema que enfrentamos no es un problema corporativo relativo a la participación de agrónomas/os, como podría desprenderse de la lectura del documento del CAR 33 de la AIA, sino que está vinculado a diferentes formas de entender, dentro de nuestra profesión, los complejos vínculos entre producción agropecuaria, ambiente y sociedad.”
Declaración del centro agronómico de Treinta y Tres (AIA) en relación al Plan Nacional de Agroecología
Visto: 1) Que el concepto de promoción de la Agroecología incluye aspectos temáticos inherentes al programa curricular de la Facultad de Agronomía, siendo el manejo sostenible de agroecosistemas un tema central en el accionar de la profesión. 2) Que el Documento Preliminar sobre Plan Nacional para el Fomento de la Producción con Bases Agroecológicas elaborado en abril 2020 por la Comisión Honoraria formada con tal fin, ha sido sujeto de discusión y aportes por parte del Centro Agronómico de Treinta y Tres.
Considerando: 1) Que es en el marco del manejo de agrecosistemas para producir alimentos o fibras que se orienta el accionar del Ingeniero Agrónomo, siendo, de acuerdo con la definición de esta carrera en la Udelar el profesional universitario preparado para comprender, manejar, mejorar y transformar sistemas de producción agropecuarios con el objetivo de servir al bienestar social y al desarrollo nacional sostenido. El CAR 33 resuelve: 1) Solicitar formalmente la participación de representantes de la profesión (Asociación de Ingenieros Agrónomos del Uruguay) en la Comisión Honoraria del Plan para el Fomento de la Producción con Bases Agroecológicas, de manera de contribuir con su acervo de conocimientos técnicos y experiencia para que esta iniciativa sea amplia, inclusiva, bien articulada y consensuada en el conjunto de la agropecuaria nacional, asegurando caminos realistas y alcanzables para el desarrollo agropecuario sostenible. 2) Presentar sus objeciones al marco conceptual del Documento Preliminar anteriormente mencionado, cuyo enfoque confrontativo, combativo y sesgado contra otras formas de producción agropecuarias vigentes, legales y mayoritariamente sustentables, no suma ni genera el ámbito para promover acciones efectivas de fomento de la agroecología o sus principios. En particular, se mencionan aspectos puntuales que fundamentan esta posición: a. Propuesta que plantea combatir otros modelos agrícolas de producción que han demostrado su sostenibilidad y trabajan para mejorarla. b. Manejo de terminología inapropiada y sesgada para sistemas productivos, tales como “agrotóxicos”, “sojización”, etc. c. Falta de conocimiento sobre algunos aspectos de la realidad agropecuaria nacional y de sus agroecosistemas predominantes que lleva a conclusiones muy discutibles o erróneas sobre las consecuencias de la intensificación y expansión agrícola. d. Ejemplos de modelos productivos de países con características socioeconómicas, climáticas y geográficas muy distintos al nuestro y cuyo desarrollo agropecuario es significativamente menor. e. Caricaturización y descalificación del negocio agropecuario (ej.: neoliberal). f. No uso de varios trabajos de investigación nacional y uso de otros de dudoso rigor científico y meramente declarativos. g. No participación de algunas instituciones fundamentales para el desarrollo de la agroecología en toda su dimensión. h. Exclusión de la ganadería sobre Campo Natural, en donde podrían estar las mayores oportunidades para la expansión de la agroecología y donde se encuentra una proporción significativa de los productores familiares del país. i. Visión bastante restringida del concepto de agroecología (pequeño productor/autoconsumo/etc.) sin considerar que hay valiosos ejemplos de la aplicación de buena parte de sus principios en todos los sistemas de producción. j. Respaldo bibliográfico sesgado y alguno de pobre rigor científico.
Por Centro Agronómico Regional de Treinta y Tres Ing. Agr. Mauricio Martínez – Presidente