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Like Arecibo | Puerto Rico |

Comunicación interestelar

El día que la humanidad "levantó el teléfono" para llamar a extraterrestres

Hace 50 años, desde un radiotelescopio en Puerto Rico, un grupo de científicos envió un mensaje al espacio con datos sobre la vida en la Tierra.

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El 16 de noviembre de 1974 no fue un día cualquiera para la ciencia, la humanidad se presentó oficialmente al universo. Un equipo de astrónomos, liderado por Frank Drake y con la colaboración de Carl Sagan, usó el gigantesco radiotelescopio de Arecibo en Puerto Rico para enviar un mensaje codificado hacia el cúmulo estelar Messier 13, a 25.000 años luz de distancia.

Lo que transmitieron no fue un saludo cualquiera, se trataba de un “currículum cósmico” de la Tierra. Entre los unos y ceros que componían el Mensaje de Arecibo había información sobre la estructura del ADN, una representación esquemática de un ser humano, la posición de nuestro planeta en el sistema solar y hasta un gráfico del propio telescopio desde donde partió la señal.

Una llamada sin respuesta (por ahora)

El mensaje, claro está, tardará miles de años en llegar a destino, por lo que resulta casi imposible que recibamos una respuesta. Pero para la comunidad científica, lo importante fue demostrar que la humanidad podía —y quería— dejar constancia de su existencia en el vasto océano cósmico.

“Fue un gesto de curiosidad y de confianza en el futuro. Más que buscar una respuesta, buscábamos dejar huella”, explicó Abel Méndez, astrobiólogo y director del Laboratorio de Habitabilidad Planetaria de la Universidad de Puerto Rico.

El legado de Arecibo

El Observatorio de Arecibo, inaugurado en 1963 y por décadas el más poderoso del planeta, se derrumbó en 2020. Pero su mensaje sigue viajando en el espacio, llevando consigo una foto de familia de la humanidad de los años 70.

En Uruguay, donde la curiosidad por los cielos siempre acompaña noches de campo y observaciones de lluvias de meteoros, la historia del Mensaje de Arecibo es como un recordatorio de que alguna vez, nos animamos a levantar el teléfono cósmico y preguntar si hay alguien más ahí afuera.

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