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En el primer hoyo

¿Por qué Trump enterró a su primera esposa en un campo de golf?

La sepultura de la primera esposa de Trump en el campo de golf familiar, luego de fallecer por una caída accidental en el 2022, sigue dando de qué hablar.

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La decisión de Donald Trump de enterrar a su primera esposa, Ivana Trump, en el primer hoyo del Trump National Golf Club de Bedminster, Nueva Jersey, sigue generando suspicacias. Más allá del gesto familiar, documentos fiscales y antecedentes públicos muestran que la ubicación elegida habilitó al presidente a gestionar una recalificación del terreno como cementerio sin ánimo de lucro, una figura legal que en ese estado implica amplias exoneraciones impositivas.

Ivana Trump, fallecida el 14 de julio de 2022 en su casa de Manhattan a causa de una caída accidental, fue la primera persona enterrada en el lugar. Tenía 73 años. Su sepultura coincidió con una solicitud del Trump Family Trust para reclasificar parte del campo de golf como “empresa de cementerio”, según documentos divulgados por ProPublica y recogidos por medios estadounidenses como Insider.

De campo de golf a empresa cementerio

La legislación de Nueva Jersey establece que cualquier terreno destinado a cementerio queda exento de impuestos inmobiliarios, tasas locales y tributos sobre propiedad personal. Las empresas de cementerio tampoco pagan impuestos de sociedades, renta ni herencias. La definición de “empresa cementerio” abarca a cualquier persona o entidad que administre un cementerio, excepto organizaciones religiosas con restricciones de credo.

Este marco legal no tomó por sorpresa a quienes seguían desde hacía años los planes funerarios de Trump. Ya en 2012 se había reportado su intención de construir un mausoleo para sí mismo en Bedminster. Posteriormente, surgieron proyectos aún más amplios: primero un cementerio de más de mil tumbas, luego un diseño “familiar” con diez sepulturas, y finalmente un plan revisado que incluye 284 tumbas, algunas de ellas comercializables, según publicó The Washington Post en 2017.

La sepultura de Ivana, además de adquirir una fuerte carga simbólica como primera esposa y madre de tres de los hijos del expresidente, se convirtió en el primer paso visible de un proyecto mayor. Su presencia en el campo de golf permitió activar una categoría jurídica que, aplicada al negocio, habilita sustanciales beneficios tributarios.

¿Motivación personal o estrategia patrimonial?

La familia Trump no ha ofrecido explicaciones detalladas sobre la decisión, más allá de destacar que Bedminster era un lugar apreciado por Ivana. Sin embargo, los antecedentes documentales, sumados a la secuencia de proyectos funerarios planteados durante la última década, sostienen el debate sobre si la ubicación obedeció a una motivación estrictamente personal o si formó parte de una estrategia patrimonial de largo plazo.

Lo cierto es que la tumba de Ivana Trump hoy se encuentra en uno de los terrenos más importantes del conglomerado familiar. Su descanso final, en un espacio inicialmente concebido para el ocio y las operaciones comerciales del presidente, terminó entrelazado con la normativa fiscal y con los planes funerarios del propio magnate.

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