«Sigamos defendiendo la educación pública. Luchemos por el futuro» es la consigna del próximo 14 de agosto, Día de las y los Mártires Estudiantiles en Uruguay. Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos convoca a concentrar en la explanada de la Universidad de la República a las 18 horas.
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El 13 de junio de 1968, durante el mandato de Jorge Pacheco Areco (1967-1972), se decretó un estado de excepción y fuertes medidas de seguridad sin reunir la calificación de hechos que le exige la Constitución.
El 9 de agosto el ministro de Interior, Eduardo Jiménez de Aréchaga, ordenó el allanamiento de las facultades de Agronomía, Arquitectura, Psicología, Medicina y de la Escuela Nacional de Bellas Artes de la Universidad de la República. Se dijo que en esos lugares había panfletos y armas que «violaban las medidas de seguridad» del país.
Además, el gobierno pidió destituir a los miembros del Consejo Central de la Universidad de la República e imponer una censura previa a todos los comunicados emitidos por la institución. Esto provocó una fuerte indignación en el colectivo estudiantil que terminó por estallar en varios enfrentamientos contra las autoridades.
El 12 de agosto de 1968 le dispararon a Líber Arce, un estudiante de Odontología que estaba marchando por el boleto estudiantil. La policía le dio un tiro. Murió dos días después en el hospital.
El Día del 13 de agosto narró el hecho de la siguiente manera: «A unos cincuenta metros de la entrada principal de la Facultad de Veterinaria se produjo ayer un grave y lamentable episodio derivado de un enfrentamiento entre un nutrido grupo de estudiantes -probablemente más de un centenar- y tres funcionarios policiales dependientes de la Seccional 9ª que trataron de impedir que aquellos realizaran una manifestación relámpago […] Los dos agentes permanecieron juntos al vehículos (un “jeep” de la 9ª) y el oficial se adelantó. Su propósito al parecer, era parlamentar con los estudiantes. Se produjo de inmediato un forcejeo entre él y varios de los manifestantes y fueron arrojadas piedras sobre los tres policías. En determinado momento, por efecto de algún puñetazo o una piedra, se vio caer al oficial quien entonces hizo uso de su revólver de reglamento efectuando uno o más disparos. Uno de los dos alcanzó a Liber Alvez Rissoto (sic), uruguayo, soltero, de 28 años de edad. Al parecer la bala le penetró en el bajo vientre, por la región inguinal. Se produjo seguidamente una tumultuosa escena y el oficial (que no volvió a usar el revólver, por su voluntad o por haber agotado las balas) logró retroceder […] Alvez Rissoto, que es estudiante de los cursos superiores fue transportado al Hospital de Clínicas. Ingresó al block quirúrgico a la hora 1 y 45 y permaneció hasta la hora 17. Su estado es grave pues la bala en su trayectoria habría afectado la masa intestinal», recuerda una nota de UyPress.
La existencia de grupos paramilitares, de «contrainsurgencia» ha sido probada gracias a documentos y declaraciones de expolicías procesados, como Nelson Bardesio, que integraba el Escuadrón de la Muerte.
En los años previos al golpe de Estado del 27 de junio de 1973, estudiantes de distintas instituciones fueron perseguidos y asesinados tras participar en actividades que los vinculaban a la militancia en el movimiento estudiantil.
Mártires
Líber Arce, 29 años, estudiante de Odontología. Herido el 12 de agosto de 1968 por fuerzas policiales durante una manifestación por el boleto estudiantil.
Hugo de los Santos, 19 años, estudiante de Ciencias Económicas. Susana Pintos, 27 años, estudiante de la Escuela de la Construcción de la UTU. Asesinados el 20 de setiembre de 1968 en una manifestación frente a la Udelar.
Heber Nieto, 16 años, estudiante de la Escuela de Industrias Navales de la UTU. Asesinado el 24 de julio de 1971 por un francotirador mientras estaba en una actividad solidaria en el marco de un conflicto con la empresa Cicssa.
Julio Spósito, 19 años, estudiante del IAVA. Lo asesinó un policía el 1º de setiembre de 1971 durante una movilización estudiantil en reclamo por la desaparición de Héctor Castagnetto y Abel Ayala y las muertes de Heber Nieto y Ramos Filippini.
Íbero Gutiérrez, 22 años, estudiante de las facultades de Derecho y de Humanidades y Ciencias. Su cuerpo fue encontrado el 28 de febrero de 1972, un día después de haber sido secuestrado por el Escuadrón de la Muerte.
Santiago Rodríguez Muela, 24 años, estudiante en el turno nocturno del liceo Nº 8 y trabajador de Ancap. Lo asesinaron el 11 de agosto de 1972 en un asalto del grupo de extrema derecha JUP al liceo donde concurría.
Joaquín Klüver, 22 años, estudiante de la Facultad de Agronomía. Fue asesinado el 6 de diciembre de 1972 luego de ser detenido en una manifestación estudiantil contra la Ley de Enseñanza.
Ramón Peré, 28 años, estudiante de la Facultad de Veterinaria. Fue el primer estudiante asesinado por la dictadura, el 6 de julio de 1973, cuando estaba junto a sus compañeros ocupando la facultad durante la huelga general.
Walter Medina, 16 años, estudiante del liceo Nº 17. Lo asesinaron policías el 8 de julio de 1973 durante la huelga general, mientras pintaba un muro que decía “consulta popular” en el barrio de Piedras Blancas.
Nibia Sabalsagaray, 24 años, profesora de Literatura en el liceo Zorrilla. Fue detenida el 29 de junio de 1974 y murió, víctima de la tortura, en el Batallón N° 5 ese mismo día.
La lista se prolongó en los años sucesivos. Fueron miles los estudiantes detenidos, torturados y perseguidos. Este 14 de agosto recordamos a las y los mártires.
Homenajes en el espacio público
La memoria colectiva se construye en el relato público. En este sentido los espacios o sitios de memoria son bastiones fundamentales. El rol del Estado, como ha señalado la Corte Interamericana de Derechos Humanos, es trabajar de manera proactiva en la reparación a las víctimas del terrorismo de Estado. Uruguay está atrasado en la materia.
En el Municipio B existen ciertos elementos de memoria.
Entre la sede de la Universidad y la Biblioteca Nacional se encuentra el Pasaje Emilio Frugoni, que en agosto de 2016 fue declarado por el Ministerio de Educación y Cultura como Memorial de los mártires estudiantiles.
En el marco de lo dispuesto por los artículos 7 y 8 de la Ley 18.596 se instaló allí una placa de la memoria y cartelería alusiva al nomenclátor.
Por otro lado, en el extremo del pasaje que da a la calle Guayabos se encuentra una marca de la memoria. Consiste en una placa circular ubicada en la vereda y rodeada de esferas aplanadas a modo de asientos. Esa placa recuerda los claveles rojos que se depositaban en el lugar en forma clandestina, cada 14 de agosto, durante la dictadura.
A tres cuadras de distancia, frente al Memorial de los Detenidos Desaparecidos, en la esquina de Rivera y Jackson, se encuentra el Espacio Libre Mártires Estudiantiles, acondicionado por el Municipio B con cartelería alusiva a cada uno de los mártires.