«El diálogo es el camino apropiado para superar las diferencias, esperamos que a la reunión de esta tarde los actores políticos concurran con voluntad de pacificación y de apertura, por el bien del país», dijo en conferencia de prensa el obispo de El Alto, Sergio Escarplini, quien informó que la iglesia estará en las conversaciones por Bolivia.
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El diálogo se realizará bajo fuertes amenazas de represión a las protestas y hasta persecución de parlamentarios opositores con las que el Gobierno de Jeanine Áñez, que cumplirá una semana el martes, trataba de restablecer el orden y normalizar las actividades.
Scarpelini indicó que las negociaciones en Bolivia tienen como objetivos centrales la pacificación y nuevas elecciones «transparentes y confiables», que deberían ser convocadas por el parlamento, controlado por el Movimiento al Socialismo (MAS) de Morales pero que el Gobierno de facto amenaza con llamar por decreto.