Las fuerzas de seguridad iraquíes mataron a tiros no menos de 35 personas este jueves 28 de noviembre después que manifestantes invadieron e incendiaron el consulado de Irán durante la noche en la ciudad de Najaf, hogar del clero chií iraquí .El edificio quedó convertido en cenizas.
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El incendio fue el momento más violento de las protestas contra el gobierno iraquí que ya llevan dos meses de duración. Los manifestantes –en su mayoría jóvenes y chiítas-se han movilizado contra una élite gobernante en gran parte aliada a Irán alzando su voz contra la corrupción y exigiendo puestos laborales.
Un manifestante describió a la prensa el ataque al consulado “como un acto de coraje y una reaccionó del pueblo iraquí, considera que habrá aumento de la violencia: “habrá venganza contra Irán, tengo seguridad, ellos aún están aquí y las fuerzas de seguridad continuarán disparándonos”.
El Ministerio de Relaciones exteriores de Irán condenó el ataque y exigió un firme respuesta del gobierno iraquí a los agresores
Después del incendio por lo menos 29 personas murieron en Nasiriya cuando las tropas abrieron fuego contra manifestantes que bloquearon un puente antes del amanecer sobre el río Tigre reuniéndose posteriormente frente a una estación de policía. Decenas resultaron heridos.
Cuatro fueron asesinados en Bagdad lugar donde se iniciaron las manifestaciones. Estas se diseminaron a las ciudades del sur convirtiéndose en el desafío más complejo para la mayoría chiíta gobernante que controla las instituciones estatales y redes de apoyo desde la invasión norteamericana de 2003 que derribó el gobernante Saddam Hussein
Dos murieron durante el día en enfrentamientos en Najaf.
Desde que se iniciaron las protestas el primero de octubre, el primer ministro, Adel Abdul Mahdi, prometió reformas electorales y anticorrupción pero no las ha cumplido todavía. Hasta el momento 370 personas murieron como resultado de enfrentamientos con las fuerzas de seguridad gubernamentales.
El influyente clérigo Moqtada al-Sadr hizo este jueves un pedido para que el gobierno renuncie mientras alertó que cualquiera que incendiara el edificio arriesgaba una reacción violenta por parte de las autoridades.
“Manténgase lejos de los centros religioso” dice el comunicado recientemente divulgado en una red social. “Si el gobierno no renuncia esto podría significar el comienzo del fin de Irak”