Hacete socio para acceder a este contenido

Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.

ASOCIARME
Mundo CELAC | UE | Cumbre

Cumbre

Celac-UE: ¿Qué tienen para decirse los dos continentes?

La cumbre Celac-UE fue un encuentro con intentos de acuerdos comerciales, desacuerdos geopolíticos y negociaciones inesperadas.

Suscribite

Caras y Caretas Diario

En tu email todos los días

Los gobiernos de los 33 países que forman la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) aterrizaron en Bruselas entre el domingo y lunes pasado para asistir a la cumbre con la Unión Europea (UE). La capital de Bélgica y de la burocracia europea se convirtió en el centro de un reencuentro luego de ocho años sin encuentro entre ambos bloques: el último había sido en 2015, una eternidad en los tiempos actuales geopolíticos.

Estuvieron los principales presidentes latinoamericanos: Luiz Inácio Lula da Silva de Brasil, Gustavo Petro de Colombia, Alberto Fernández de Argentina, el chileno Gabriel Boric, Luis Lacalle Pou de Uruguay, Xiomara Castro de Honduras, Luis Arce de Bolivia, Miguel Díaz Canel de Cuba. Por su parte, Europa estuvo representada por Ursula Van der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, y Pedro Sánchez como mandatario español y al frente del Consejo de la Unión Europea.

Algunos medios, como La Vanguardia, contaron luego que la fotografía estuvo a punto de no suceder como se la vio: “El presidente del gobierno de España tuvo que pedir a Luiz Inácio Lula da Silva y a Gustavo Petro que no delegasen en sus ministros de Asuntos Exteriores y asistiesen personalmente a la cumbre […] la ausencia de los presidentes de Brasil y Colombia habría hundido la reunión, puesto que había ya otras bajas confirmadas: los presidentes de México, Venezuela y Nicaragua”.

Pero la fotografía ocurrió y estuvieron reunidos los dos continentes con sus principales mandatarios: el anfitrión a través de su gobierno regional, con propuestas como bloque, y el segundo a través de sus diferentes gobiernos, sin estrategia común en vista de su heterogeneidad y del hecho de que la Celac se asemeja más a un foro de debate que a un instrumento de integración consolidado.

Recuperar terreno perdido

De 2015 a 2023 no pasaron solo ocho años, sino que ocurrió la continuidad del avance de China en América Latina y el Caribe (ALC) con acuerdos realizados con gobiernos de todos los signos políticos, y sucedió también la guerra en Ucrania a partir de 2022 con el desacople de Europa respecto a Rusia y sus energías. La política -y la geopolítica- aborrece el vacío y la ausencia europea fue ocupada por otros.

Esas razones están en la base de la decisión de la UE de intentar recuperar terreno perdido en ALC e ir en búsqueda de lo que tanto necesita: energías, minerales, materias primas. La decisión de iniciar el reacercamiento fue anunciada oficialmente en el mes de junio con la llamada Nueva Agenda para las Relaciones entre la UE y ALC: “La asociación estratégica UE-ALC es hoy más importante que nunca”, afirmó entonces Von der Leyen.

La Nueva Agenda vino acompañada de dos medidas. Por una parte la gira realizada por la misma Von der Leyen a Chile, Argentina, Brasil y México en el mes de junio, y por el otro el anuncio del llamado Global Gateway, que, según el periódico El País, es “una alternativa a la Nueva Ruta de la seda promovida por Pekín”, que destinará 45.000 millones de euros en inversiones para ALC como fue anunciado en la cumbre.

“Más de 135 proyectos están ya a punto de salir, van desde el hidrógeno limpio hasta materias críticas, primarias, producir vacunas, no se trata únicamente de extraer, sino que toda la cadena de valor esté localmente”, afirmó al respecto Von der Leyen .“Los países de la Celac quieren tener mayor poder de decisión sobre a dónde se van las inversiones europeas” señaló la canciller mexicana Alicia Bárcenas desde Bruselas.

Los acuerdos de libre comercio

Si Global Gateway es el intento de una política para ALC que rivalice con la Nueva Ruta de la Seda, el acuerdo UE-Mercosur es el gran objetivo de algunos sectores europeos desde hace largos años: 23 más exactamente, cuando iniciaba este siglo que para entonces era dominado sin contrapesos por Estados Unidos (EEUU) y las potencias europeas.

El objetivo de formar un área de libre comercio entre los dos bloques dio un paso en 2019 cuando el acuerdo fue firmado. Sin embargo, aún no se implementó debido a la resistencia de países europeos como Francia por el impacto negativo sobre su agricultura, o sudamericanos. Fernández lo afirmó recientemente al señalar que el acuerdo estaba “excesivamente centrado en lo ambiental, con nulo registro de las tres dimensiones de la sostenibilidad: la ambiental, la económica y la social”.

La UE tiene a su vez un Tratado de Libre Comercio con México que se encuentra ahora en proceso de relanzamiento bajo el nombre de Acuerdo Global Modernizado, y un acuerdo en elaboración con Chile conocido como Acuerdo de Marco Avanzado, que debería concretarse para fin de años según la cancillería chilena. Políticas europeas para buscar recursos naturales estratégicos como el litio en México, o el gas en el caso argentino como quedó establecido en el Memorándum de Entendimiento firmado entre Buenos Aires y Bruselas en la cumbre.

La UE necesita materias primas, al igual que Washington o Beijing. ¿Qué necesita o quiere ALC? No existe política común al respecto. “No es viable ni aceptable ser solo una cantera de recursos naturales, condenada al extractivismo y a la provisión de alimentos baratos y mano de obra de baja calificación”, afirmó al respecto Bárcenas desde Bruselas.

Kiev y Caracas

La cumbre Celac-UE tuvo varios temas geopolíticos centrales. Uno de ellos fue un desacuerdo predecible: la guerra en Ucrania. La diplomacia europea no solamente buscó un pronunciamiento conjunto de condena a Rusia, sino la participación del presidente ucraniano, Volodímir Zelensky, en la cumbre. El intento de Bruselas no prosperó en vista de la heterogeneidad de posiciones latinoamericanas donde predomina la apuesta por el acuerdo y la paz, y no por el envío de armas a Kiev como promueve Bruselas en línea con Washington.

Otro tema fue Venezuela, que se hizo presente en Bruselas a través de su vicepresidenta Delcy Rodríguez. La cumbre no solamente permitió que varios gobiernos se pronunciaran contra las sanciones económicas sobre Caracas y La Habana, sino que creó el escenario para una reunión internacional alrededor del conflicto venezolano, donde participaron los gobiernos de Brasil, Colombia, Argentina, Francia, el canciller europeo Josep Borrell, Rodríguez, y el representante de la Plataforma Unitaria de oposición, Gerardo Blyde.

“Fue un intento de aproximar posiciones entre gobierno y oposición […] el problema es cómo avanzar a la vez en el levantamiento de las sanciones, progresivo, por parte de EEUU y, digamos, normalizar el proceso, liberando presos políticos, haciendo que todos los líderes se puedan presentar en las elecciones [presidenciales de 2024]. Y allí, naturalmente, no hubo muchos acuerdos”, afirmó Borrell al respecto.

La cumbre entre los dos continentes dejó entonces varios temas sobre la mesa, económicos, diplomáticos, geopolíticos. Está previsto que tenga lugar un nuevo encuentro en 2025 en Colombia para continuar con el reacercamiento entre los bloques. ¿En qué situación estará entonces la Celac, que a partir de 2024 pasará a manos de Honduras como presidencia pro témpore? ¿Seguirá la guerra en Ucraniana? ¿Se habrá concretado el acuerdo UE-Mercosur? Preguntas en tiempos revueltos globales y nuevos y siempre asimétricos puentes entre Europa y ALC.

Temas

Dejá tu comentario

Forma parte de los que luchamos por la libertad de información.

Hacete socio de Caras y Caretas y ayudanos a seguir mostrando lo que nadie te muestra.

HACETE SOCIO